jueves, 3 de junio de 2010

Absolutamente modernos

Ayer veía un programa en que residentes argentinos en el extranjero presentan su ciudad de residencia a la teleplatea (Clase Turista: el mundo según los argentinos, trasnoche, Telefé). En este caso se trataba de Amsterdam -se pronuncia "Amsterdám"-, que para algunos puede ser la Sodoma y Gomorra de Europa, y para quienes persiguen la absoluta modernidad, la Meca y Eldorado, a saber:

1) La ciudad en que está prohibido absolutamente fumar tabaco en cualquier lugar cerrado, pero sí se permite fumar marihuana en los "coffee shops", que son lugares cerrados de venta y consumo autorizados. [Pero ojo, ni se les ocurra prender un pucho ahí adentro]

Para consumidores informados y modernos, productores también avanzados, como El Líbano, Tailandia, Jamaica, Swazilandia y Colombia.

2) La ciudad en la que también hay locales de venta de otras drogas más duras, siempre que sean orgánicas, tales como hongos alucinógenos, peyote, cocaína líquida, drogas de diseño con base vegetal, etc.

3) La primera ciudad en que hubo un bar gay en el mundo, fundado en 1927 y aún en intenso y celebratorio funcionamiento (sin corbatas, por favor; allí obligan a dejarlas, porque se juzgan un artilugio de diferenciación presuntuosa).

4) La ciudad en la que los OKUPAS (sic) son una organización legal, que funciona así: ponen un escarbadiente en la cerradura de una casa que presumen deshabitada, y llaman a un escribano que precinta. Si pasado un año, el escarbadiente sigue allí con su precinto, el usurpador está habilitado a ingresar por la fuerza y apropiársela, previa -obviamente- constatación notarial. Una vez dentro, en el hipotético caso de que el dueño legal regresare, por ejemplo, de un año sabático en la India, funciona un mecanismo muy aceitado de solidaridad represiva, y cientos de otros okupas se hacen presentes en minutos en el inmueble a defender el apoderamiento.

En esta página está minuciosamente explicado el procedimiento. Extraigo el párrafo final: (Una vez adentro del inmueble intrusado) "Nadie, incluido el propietario, puede entrar en tu casa sin tu consentimiento. Esto sería ilegal ya que después de constatarse por la policía que vives allí, entras dentro de las reglas legales de asalto a la vivienda. La policía tampoco puede entrar a no ser de que tenga una orden para ello. Ésta te la tendrán que enseñar antes de entrar. Posiblemente el propietario no esté muy contento con que hayas okupado su casa, pero no deberías preocuparte por ello, a no ser que que no se tome muy en serio las reglas holandesas. En este caso también puedes tomar algunas medidas de precaución como barricadas o hacer un trabajo de investigación buscando nuevas propiedades del (viejo) dueño por si tienes que tomar algun tipo de represalia".

La okupación legal permite también soslayar la exigencia notarial, a través de testigos (asambleas de okupas) y de un agente de policía que dé fe, al momento de derribar la puerta). Herramientas requeridas para okupar: una silla, una mesa y una cama, una cerradura nueva y herramientas de forzamiento (cinceles, palancas, destornilladores, limas, etc.).

5) No es la ciudad de nacimiento de Van Gogh (pronúnciase Vfan Gjof, más o menos), pero como excluyente punto turístico neerlandés, tiene un museo allí, donde los guías, habituados a la trivialidad de los turistas, que en general van (pronúnciase "van") a los museos porque tienen que ir, se dedican fundamentalmente a consignar socarrones las choluleces harto conocidas y berretas, tales como: mano en la hornalla, corte de oreja, y banalidades varias absolutamente modernas.

6) La ciudad absolutamente automatizada, donde hay locales de comida rápida en los que se compran las hamburguesas a las máquinas, y máquinas también son las cajeras de los supermercados.

En fin, una ciudad absolutamente moderna. Tan moderna, que como tienen un hijo cada 10 parejas, más o menos, el Estado se encarga de brindar gratuitamente a cada parturienta un servicio de niñera-acompañante-sirvienta por una semana desde el alumbramiento.

En fin, todo es tan absolutamente moderno, que ante tanta esterilidad voluntaria y DINKs felices, se importan hijos de otros países. Y ahí viene el dato interesante. Ocurre que los homosexuales, que pueden casarse y son el primer país que ha gozado de esa institucionalización (2001), NO PUEDEN ADOPTAR. Hay legalización del matrimonio entre dos contrayentes del mismo sexo, pero sin derecho a adopción.

Las adopciones están habilitadas solamente a los matrimonios heterosexuales y a las personas individuales, situación que angustiaría supinamente a Pepito Cibrián Campoy, y que lo obligaría a gritar a todo pulmón: ¡¡¡¡Maricaaaa!!!!, puesto que su argumento fundamental en esta cruzada que se viene produciendo en la Argentina pre-Mundial es que, si él adoptara un chico y luego se muriera, su pareja no tendría ningún derecho sobre el menor. Pues bien, se trata de una lamentable laguna jurídica holandesa.

Y ello resulta así (no hay realmente lagunas en el derecho), porque de otra forma los holandeses temen que los países exportadores de criaturas, por cuestión de prejuicio religioso o moral, nieguen las adopciones transnacionales.

En España, país en el que sí está permitido adoptar a los matrimonios unisexuales, las dificultades se tornan evidentes. Según explica Jesús Santos de la asociación Galehi “las mujeres lo tienen más fácil. Recurren a la inseminación artificial de una de ellas. Los hombres deben acudir a las adopciones internacionales, ya que hay pocos niños nacionales, un trámite más complicado", consigna el sitio web militante español dosmanzanas.com.

Ello nos conduce a una tremenda contradicción, de ésas que por ejemplo atormentan a la izquierda vernácula cada vez que intenta peronizarse, o popularizarse, o simplemente charlar con un negro de mierda ignorante que no entiende las relaciones de producción y la explotación capitalista ni quiere pelearse con el mundo, a saber: Solamente pueden ser absolutamente modernos los países en los que se tienen muchos hijos. Digamos mejor, un exceso de hijos. O sea, países sin sanas políticas de control de fecundidad, o con retraso cultural (sistema de valores consuetudinario del campesinado), o con prejuicios religiosos (siempre también retardatarios, of course) como puede pasar con los católicos. Pero ocurre que países como ésos, están en las antípodas de la absoluta modernidad. Antes bien, escandalizan por la falta de progresividad de sus culturas.


Debieran los países extremadamente avanzados, ésos que no tienen mucho que hacer en la historia, más que gastar cómodamente sus tremendos excedentes de divisas e ingeniar nuevas formas de igualación que los hagan un poco más modernos cada día (Países Bajos, por ejemplo, tiene además un sistema de ambulancias para animales, que atiende sin demoras a los patitos que están rengos, y también a las palomas que se estropearon un alita, con la mera denuncia telefónica de algún ser sensible), ponerse entonces a procrear.

Familia numerosa en el Reino Unido (13 hijos y uno más en camino). La madre tiene 37 años, y entre cada uno no hay en ningún caso una diferencia mayor de dos años. Más que una rareza, una atracción de circo decimonónico en la avanzada Europa. Fuente.

Pero ocurre que tener hijos los retrasaría en su carrera hacia la absoluta modernidad, una utopía realizable, diríamos. Porque tener hijos ocasiona diferenciación en el estándar de vida de las parejas, ocasiona mayores gastos a las familias y pérdida de hábitos de consumo como los restaurantes paquetes, el turismo de élite y los "coffee shops". Porque también tener hijos implica que aumentan los requerimientos sociales de la población, y en definitiva, aumenta la población de una manera no controlable, o por lo menos, menos controlable que con este sutil sistema de importación-adopción. Y si aumenta la cantidad de partos, el Estado no podrá seguir abasteciendo del servicio gratuito de apoyo a las madres en su primera semana, y deberá concentrarse en mayores gastos en salud, educación, deportes, etc. Además, con una mayor base demográfica de gente joven (con una pirámide poblacional con más forma de pirámide y menos de rombo en proceso de fungizarse, de transformarse en hongo), habría una mayor demanda de trabajo, y eso entraría en contradicción (¡uff!) con las graciosas y siempre prestas maquinitas que hoy día monopolizan el sector servicios.




"Hay que ser absolutamente moderno" dijo el grande de Arthur Rimbaud, antes de partir a Chipre, Indonesia, radicarse en Yemen y luego en Etiopía como próspero mercader traficante de armas, hasta su temprana muerte.

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Mañana


¿No tuve una vez una juventud amable, heroica, fabulosa, digna de escribirse en hojas de oro? - ¡Demasiada suerte! ¿Por qué crimen, por qué error, he merecido mi debilidad actual? Vosotros, quienes pretendéis que los animales sollocen de pena, que los enfermos se desesperen, que los cadáveres tengan malos sueños, tratad de contar mi caída y mi dormir. Yo ya no logro explicarme mejor que el mendigo con sus Pater y Ave Maria. ¡Ya no sé hablar!

Sin embargo, hoy, creo haber terminado la crónica de mi infierno. Era, en efecto, el infierno; el antiguo, aquél cuyas puertas abrió el hijo del hombre.

Desde el mismo desierto, en la misma noche, siempre se despiertan mis ojos cansados bajo la estrella de plata, siempre, sin que se conmuevan los Reyes de la vida, los tres magos, el corazón, el alma, el espíritu. ¡Cuándo iremos más allá de las playas y de los montes, a saludar el nacimiento del trabajo nuevo, la sabiduría nueva, la huida de los tiranos y de los demonios, el fin de la superstición, a adorar -¡antes que nadie!- la Natividad en la tierra!

¡El canto de los cielos, la marcha de los pueblos! Esclavos: no maldigamos la vida.



Arthur Rimbaud, Una temporada en el infierno,
abril-agosto 1873 (Trad.: Ramón Buenaventura).

11 comentarios:

Destouches dijo...

Interesante post. Otro intento más o menos utópico de realización de una sociedad perfecta y definitiva, como la de los anabaptistas de Münster. No hay que olvidar que Menno, el fundador de los anabaptistas menonitas, era holandés.

Personalmente, creo que todas estas ingenierías sociales utópicas y escatológicas (el comunismo es nuestro ejemplo "laico" contemporáneo) son, en el mejor de los casos, vanos, cuando no directamente nefastos.

Como dice Baudrillard, la alteridad es irreductible en el hombre. El mundo del control absoluto del hombre que produce su propia realidad (lo que él llama Realidad Integral, una de cuyas manifestaciones es la realidad virtual), nacido de la metafísica de la subjetividad denunciada por Heidegger, también resulta poroso. Y por sus intersticios se cola su contrario: el retorno a lo simbólico, a nuevas formas de sacralidad, a nuevos (o viejos) esquemas de relación comunitaria no normalizada o racionalizada. El juego de la historia nunca se detiene, y esta imagen de fin de la historia, de sociedad ideal y final, es meramente transitoria. Eterno retorno de lo idéntico: tal es la esencia de lo que es.

monsieur sandoz dijo...

Excelente análisis. Y verdaderamenten preocupante. Respecto de la adopción gay, creo que ver a Pepito Cibrián vociferando en el Congreso resulta un argumento a favor de NO conceder la adopción a parejas homosexuales y tampoco a homosexuales sin pareja (por lo menos si son como Pepito), puesto que cualquier persona con un mínimo de sentido común se puede dar cuenta que dejar un chico en manos de ese orate energúmeno sería atroz.
En cuanto a los efectos de la modernidad, no es preciso extenderse pues Occam ha hecho un certero recorrido al respecto. Tal vez podríamos agregar que todo esto se desarrolla en un mundo crecientemente individualista donde la meta se centra en la exaltación de la imagen propia, a niveles que rondan (por no decir que tocan) lo patológico, cosa que puede observarse en la pauperización del idioma en los jóvenes, en la carencia simbólica, en el crecimiento impresionante de psicóticos, en el aumento de cuadros anoréxicos, adicciones y consumismo, etc. Esta narcisización (si se me permite el horrible neologismo) del hombre lo está destruyendo, pues lo aliena cada vez más a sí mismo. No es casualidad que nuestro principal interlocutor en la modernidad sea virtual (Facebook).
No quiero ser pesimista. Afortunadamente, todo sistema tiende a la homeostasis. Este modelo está condenado a su implosión. Y el retorno de las bases tradicionales (con todos sus pros y sus contras) es algo que, tarde o temprano, volverá a imponerse.
Es bueno que este cuadro de situación nos angustie a muchos. Y es aún mejor que tratemos de no paliar nuestra angustia con los objetos (fármacos y otras yerbas) que se nos proponen todo el tiempo. No hay camino existencial posible sin angustia.

Claude dijo...

Lo que cuenta el post me impresiona como distópico, salvo lo del matrimonio sajón con muchos hijos. Hay que procrear, procrear y procrear.

Occam dijo...

Resulta que casualmente hoy Destouches me pasó por mail un artículo de Rolando Hanglin, tipo con el que cada vez coincido más, y ya resulta repetitivo para este blog mencionarlo o citarlo, pero que (otra vez) no puede soslayarse. Como una feliz casualidad, al pensador y notable escritor de origen irlandés, le saltaron a la cara las mismas dudas que al suscripto.
Incluso, como atisba Claude, si prescindiéramos de nuestro estructural retraso y nuestro criminal abandono del desarrollo a favor del pobrerismo y el "favorismo" (Copyright: Occam), y pudiéramos hacer realidad la ilusión del progreso a través del progresismo de las reivindicaciones ocurrentes y sofisticadas.
Es decir, si por arte de magia estas Provincias Unidas del Río de la Plata, perteneciéramos al selecto círculo de las Provincias Unidas del Mar del Norte (a la que además del nombre nos une una princesa, una bodega de vinos y una final de Mundial), ¿resulta realmente el camino elegido un bálsamo a nuestras presentes angustias, o por el contrario representa una distopía demasiado sombría, unas puertas del Infierno que abre el hijo del hombre?

Como haciendo caso a la cita de Rimbaud, Hanglin dice en ese artículo:
Esto es el Carnaval de Venecia, donde todos se colocan una blanca máscara andrógina, que evoca a la muerte. Porque -no está de más decirlo- el macho y la hembra al unirse se sacan chispas y generan... vida.

Éste es el link: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1268296

Saludos a todos, y gracias por pasar, leer y comentar.

Mr. Sandoz: Impresionante su aporte, y un gusto tenerlo por aquí de vuelta, "después de larga ausencia", como cantaría Cafrune.

Mensajero dijo...

¡Absolutamente moderno con Rimbaud!
Absolutamente antimoderno ahora que la modernidad se ha consumado.
Me impresionó el detalle de las ambulancias para mascotas. ¿Será que encontraron el modo en que gatos y perros paguen las jubilaciones de los holandeses?
El parlamento debería debatir la imperiosa necesidad de propiciar los partos bajo el agua, declarar a la homeopatía medicina oficial y al yoga actividad física obligatoria.

Occam dijo...

Mensajero: Espere a que termine el Mundial, y ya verá algunas otros consensos modernistas en el parlamento, que tanto desvelan al trabajador de Burzaco y al ama de casa de Versalles...

Claro que si lo ganamos, y van 2 millones de personas al Obelisco, primero habrá que aguantar al gobierno exultante por esa muestra de apoyo, la proclama del 40%, y todas esas maravillas de una sociedad dividida: unos pan y circo, los otros huida (de la gayola) hacia adelante.

El futuro es de los que arriesgan. Yo no me voy a quedar en la cola del tren de la historia. Ahora es mejor que en un mes: Maradona presidente 2011.

Mis cordiales saludos.

Almafuerte dijo...

No sabría que decir respecto de las excentricidades de las sociedades desarrolladas. A la distancia, y sin conocer el paño, apenas se me ocurre que mientras puedan pagárselo... qué se yo, que lo disfruten si les gusta.

El tema es que entre nosotros, como cada vez se abre más la brecha entre los que son ciudadanos y los caídos del mapa, conviven las propuestas de temas del primer mundo con las atrocidades del quinto. Cirugías de avanzada para unos, y a diez cuadras de ahí pisos de tierra, parasitosis africanas y agua de pozo contaminada para otros.

Almafuerte dijo...

Con respecto a la natalidad: en la pirámide de los países europeos no influye la inmigración musulmana?

Más allá de toda consideración teórica o política, la reproducción humana es ante todo un tema esencialmente individual, íntimo y personal, no pasible de ser determinado por el Estado a menos que se violen las más elementales reglas del respeto a los derechos humanos.

Y es de notar que invariablemente y sin excepciones, cuando la mujer tiene la posibilidad de elegir, elige reducir la cantidad de hijos. Esto va más allá del nivel de desarrollo o ingreso per cápita de un país: una vez que se alcanza la posibilidad, la mujer elige un hijo, dos, tal vez un tercero accidental, o ninguno.

Hace poco le señalaba ésto a una amiga un poco filokirchnerista, que hacía la elegía romántica de la pobreza y las familias numerosas: "el amor es lo importante... se tienen el uno al otro...". Bullshit.

Creo que la dejé muy mortificada a mi amiga...

Natalia Cartolini dijo...

¡Hola! he visto un par de posts tuyos y me parecieron geniales. Encontré que tenemos algo en común, adoramos a los lobos. Te seguiré leyendo pues escribes muy interesante. Hasta la próxima. Saludos

Occam dijo...

Almafuerte: Cierto que es inadmisible que el Estado se entrometa en la esfera privada de las personas, determinando sus elecciones de natalidad... Pero lo cierto, es que lo hace y lo hizo siempre. No sólo en Esparta o Roma, o en la actual China pseudocomunista. Lo hace con medidas de promoción y fomento de determinadas prácticas, o por el contrario, fomentando o permitiendo formas de disuasión, algunas muy sutiles, otras no tanto... Después de todo, 20 años atrás hubiera sido afrentoso para cualquier bien nacido que existieran hoteles o restaurantes en los cuales el ingreso de menores de 16 años estuviera vedado, y que ello no obedeciera, naturalmente, a que eran telos o cabarets.
En Nueva York, hace unos años, detuvieron a una mujer danesa que había dejado el cochecito con el bebé en la vereda mientras ella cenaba en un restaurante, y lo miraba por la ventana. Ella explicó que en Dinamarca era una práctica usual y aceptada, para no molestar al resto de los comensales, y la soltaron por error de prohibición.

En cuanto a lo que opina su amiga, bueno, a mí me parece el producto residual de una cultura campesina ya desaparecida, de peones golondrina que iban detrás de las cosechas y las zafras, cobrando magros jornales, y que engrosaban los mismos agregando manos al trabajo. Además, para esa gente y en esa época, los hijos eran la auténtica medida de previsión social, ya que se aseguraban una vejez mínimamente digna, mantenidos por una gran familia contenedora. Luego esos peones migraron a la megalópolis acromegálica, se marginalizaron en villas miseria, y ya sus hijos replicaron la costumbre sin ni siquiera plantearse que, hoy día, sumar hijos es sumar necesidades insatisfechas, abandono y pobres espectros vagando por las calles, mendigando, hurtando, drogándose... Paralelamente, se produjo la destrucción de la familia, y ya ni siquieran comparten entre ellos padre y madre, a veces no son queridos por "la nueva pareja", desplazados, expulsados.
Lógicamente, "alguien" debería hacer algo, por lo menos, para cambiar hábitos residuales sin sentido... Pero claro, ese "alguien" estaría violando la intimidad y la libertad reproductiva del "individuo", con lo que entramos nuevamente en la contradicción del principio.

Mis cordiales saludos, y gracias por su interesante comentario.

Occam dijo...

Natalia: Muchas gracias, y bienvenida a este humilde espacio (¿o diría mejor, esta humilde jauría?). Te espero por aquí cuando gustes pasar, y voy a darme una vueltita por tu sitio también.

Mis cordiales aullidos.