lunes, 30 de junio de 2014

Le génie

Leyendo a Saint Pol Roux (Ideorrealidades. Poemas y papeles dispersos de la obra futura, Ed. Descierto, Buenos Aires, 2013, pág. 92-3; Trad.: Violeta Percia), me encuentro, dentro de sus Pensées Inédites (Pensamientos Inéditos), con este fragmento, que quizás explique muchas cosas:

Le génie est un désordre qui produit de l'ordre.

El genio es un desorden que produce el orden.

Se aplica a muchas cosas, a muchos planos de la vida y a sectores y actividades, a todos esos microsistemas en que se fragmenta y compone el barullo que llamamos sociedad, y que algunas raras veces suena como una sinfonía.

Se aplica a muchas cosas, y explica otras tantas. Explica sobre todo carencias, ausencias, orfandades. Explica el marasmo de la mediocridad omnipresente, ominosa, triunfante y hegemónica.

Es que claramente,

Le génie c'est l'erreur pour les hommes, et c'est la vérité pour les dieux.

El genio es el error para los hombres, y es la verdad para los dioses.

 Y el programa propuesto dice que

Il faut cesser d'être quelqu'un pour être quelque chose. On était dieu, on devient homme. Il faudra cesser d'être un homme pour redevenir un dieu.

Hace falta dejar de ser alguien para ser alguna cosa. Éramos dios, devinimos hombre. Hará falta dejar de ser hombre para redevenir dios.

(págs. 94-5)