miércoles, 2 de noviembre de 2011

La visita a Santa Genoveva




Santa Genoveva es la patrona de París. Nacida en Nanterre en 423 de padre romano y madre griega, por una inspiración divina y sobre todo, la resolución de su carácter, impele a los parisinos en 451 a no huir de la ciudad y resistir a los hunos, confederación de hordas bárbaras mongolas que finalmente sería derrotada ese mismo año en la batalla de los Campos Cataláunicos por Aecio y sus aliados germanos, conducidos por el visigodo Teodorico I.

Tras 89 años de piadosa existencia, es inhumada en la iglesia consagrada a los apóstoles Pedro y Pablo, que años antes erigiera Clodoveo I, obedeciendo a la insistencia de la santa. A Clodoveo y a la reina Clotilde precisamente iría Genoveva a acompañar en su lecho de muerte.

Durante la Revolución Francesa sus restos fueron profanados: el ataúd fue fundido y los huesos fueron quemados y esparcidos por el río Sena. El recinto donde se encontraban fue tranformado en el Panteón francés. En verdad, ese "recinto" era la iglesia que en homenaje a Santa Genoveva y para albergar sus restos mortales, dispuso se erigiera Luis XV en 1764. Las obras sin embargo se demoraron 26 años, y cuando estaban prontas a ser consagradas como templo católico en 1790, las autoridades revolucionarias dispusieron el cambio por un destino más jacobino (la Asamblea Nacional resolvió en 1791 que el edificio se destinara a templo laico para albergar a los muertos ilustres de la patria).


No puede dejar de mencionarse que el emperador Napoleón I, en 1806, con su encomiable capacidad pragmática y política, sin que el edificio abandonara su carácter de Panteón de Francia, le agregó el de iglesia consagrada a la Santa Patrona de París. En 1830 la "Monarquía de Julio" le vuelve a eliminar el carácter sacro, y pasa a denominar a la construcción "Templo de la gloria". Con la Segunda República, entre 1848 y 1851, las cosas se clarificaron más: el edificio se llamó "Templo de la humanidad". Después de una breve restauración durante el Segundo Imperio, la Tercera República reafirmó el uso laico del Panteón, fundamentalmente a propósito de las exequias de Víctor Hugo en 1885.

Hasta hoy día el Panteón alberga también los restos de Émile Zola, Marie Curie, Jean Jaurés, Jean Moulin, Louis Braille, Jean Monet y del arquitecto del edificio, Jacques-Germain Soufflot. Alejandro Dumas ingresó al Panteón recién en 2002. De entre los idéologos burgueses pueden mencionarse a Voltaire y a Rousseau. Como ejemplo de los convulsionados y aciagos días que deparó al mundo la revolución francesa, Marat, que allí estuvo luego de una justiciera puñalada en su propia bañera en 1793, fue retirado en 1794.


Santa Genoveva, además de patrona de París, es patrona de la Gendarmería Nacional francesa y de los fabricantes de velas (en honor a las visitas nocturnas que ella hacía a la basílica de San Dionisio).

Los españoles veneran a Santa Genoveva Torres Morales (canonizada en 2003 por Juan Pablo II), nacida en Almenara el 3 de enero de 1870, y muerta casi exactamente 86 años después, un 5 de enero de 1956. Mujer de vasto sufrimiento, que culmina (pero no termina, pese al equívoco semántico tan difundido actualmente) en su adolescencia con la amputación de una pierna, desarrolla una abnegada e intensa obra piadosa, a través de la fundación de la Sociedad Angélica en 1911, que se consagra como orden diocesana el 18 de diciembre de 1925. Desde ese momento, con sede central en Zaragoza, la orden se extiende por muchas ciudades, aunque debe sufrir las persecuciones de la República y luego los estragos que los "rojos" producen en el marco de la Guerra Civil (¿un paralelismo con su remota homónima?), y pierde varias de las casas de la orden, que son recuperadas por su empeño y determinación algunos años luego de vuelta la paz a su tierra.

Anoche soñé que visitaba un santuario en una gruta, una suerte de ermita excavada en una montaña, que tenía varias salas conectadas, como las capillas que se disponen en los laterales de las iglesias. En una de ellas, con las paredes bien lisas y blancas, de planta de forma trapezoidal (con la cara menor en la abertura), se distinguía una imagen bien blanca, de una virgen o de una santa, rodeada de muchas velas encendidas. Recuerdo que se hablaba -no está bien clara la procedencia del mensaje, pero sí la conciencia de que era algo sabido por todos los presentes en el recinto- de que era "el Santuario de Santa Genoveva". Mucha gente lo visitaba, aunque entendí en el sueño, que más por afán turístico y por curiosidad histórica que por devoción.

Como desconocía de quién se trataba la santa en cuestión, a la mañana me puse a averiguar algo sobre ella, que finalmente me llevó a las dos mujeres que he mencionado. Nunca estuve en París, y reconozco que en materia de viajes, es mi gran asignatura pendiente. Como suele sucederme, aquellas cosas a las que les doy demasiada trascendencia quedan postergadas para un momento ideal y pleno que por lo menos, suele demorarse mucho. Es así que a veces pasan años antes de que estrene alguna corbata, porque me parece demasiado linda como para "quemarla" en una jornada laboral cotidiana.

En el sueño también se dejaba saber, aunque también desde una esfera superior a la vivencia, como una información previa y apócrifa, que el santuario en cuestión estaba en Australia. Resultaba bastante curiosa la locación, siendo preliminarmente un país mayormente protestante. Digo "preliminarmente", puesto que, informado sobre el asunto, parece que el último relevamiento se hizo en 2001 y arrojó un 68% de cristianos. Esos cristianos se dividen en un 41% de protestantes y un 27% de católicos, con lo que los protestantes no son la mayoría, sino la primera minoría, aunque con changüí suficiente como para ganar sin balotaje.

Lo cierto es que, cuando agregué "Australia" a la búsqueda de "Santa Genoveva" en la espléndida biblioteca de Alejandría que es Internet, me encontré con resultados inverosímiles y sin sentido. Ello así, salvo en un caso: el pasado 20 de octubre de 2011 el Papa inauguró en Roma la "Domus Australia", una capilla y albergue para peregrinos australianos. Noticia que desconocía en absoluto, y que aún ahora que la conozco no deja de asombrarme. No me imaginaba que había tantos peregrinos australianos como para merecer una instalación tan importante. Y debo aclarar, por las dudas, que peregrino no es lo mismo que turista. Quien se aloje en la "Domus Australia" deberá hacerlo con circunspección, respeto y un régimen bastante monacal...

La imagen que vi en mis sueños, puede parecerse tanto a la Santa Genoveva de París:


...como a la imagen de Santa Genoveva Torres Morales que el Papa bendice luego de ser ubicada en una hornacina en la parte posterior externa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, en 2006:


Después de todo, cómo saberlo. A ninguna de las dos la había visto jamás en mi vida.

Entre las diversas interpretaciones de los sueños que circulan por allí, puede mencionarse:

"Dependiendo en gran medida de la religión y creencias propias del soñante, este sueño suele ser un buen presagio y anuncia beneficios, no necesariamente económicos en la vida. Es generalmente un indicador de que se tienen las condiciones necesarias para que nuestra propia vida se desarrolle sin contratiempos y advierte que no debemos desviarnos del camino actual que es el correcto, y que si se sigue este camino nuestra vida estará llena de paz y libre de preocupaciones. El sueño puede variar ampliamente en su significado dependiendo de qué santo se sueñe y las condiciones y circunstancias en que el santo o santa aparezcan".


Si afrontamos la cuestión desde los números de la quiniela, el asunto se circunscribe al 60: "la Virgen"; y el 77: "pierna de mujer". Aunque no le he jugado a ninguno de los dos, porque no sé si creo en esas cosas.