viernes, 4 de junio de 2010

De creadores y criaturas


El Miércoles 19 de mayo de 2010 reproduje en el post Iconoclastia (que se puede consultar un poco más abajo en esta misma página) una palabras de ese peronista y hombre del pensamiento nacional cabal y brillante que es Américo Rial. Era en los preparativos de los festejos del Bicentenario. A una semana y monedas de su finalización, corresponde volver con otras opiniones del autor, algunas de las cuales refrendan un comentario que me hizo un par de días atrás un compañero respecto de la cuestión Colombia y su indigestión mediática.

Están enojados con la realidad. Ofendidos por las ignorantes mayorías que poco o nada entienden de corrección política. Molestos por toda esa gentuza que se negó a votar como indicaban las encuestas. Irrespetuosos aluviones zoológicos que cada tanto hacen retroceder esta historia que avanza hacia un sinárquico "mundo feliz". Esto es lo que se desprende de lo escrito en los principales medios de Buenos Aires sobre las elecciones en Colombia.

Opositores u oficialistas, soldados de Magneto o de Szpolski, se manejan con las mismas tablillas de verdad consagrada. Sólo ese fanatismo común en el progresismo gramsciano hizo que pronosticaran un empate en Colombia, y hasta el eventual triunfo opositor en la segunda vuelta. Una avalancha de votos consagró a Juan Manuel Santos -que no responde a lo que el apellido sugiere-. Para completar el descalabro de los "pronosticadores de turno " y enviados especiales, el tercer lugar no fue para los zurdos sino para la derecha dura. No pegaron una...

Realmente a uno le tienen que faltar varios jugadores para creer que el pueblo colombiano, con toda una gran historia a cuestas, podía elegir presidente del hermoso país de las esmeraldas al estrafalario profesor Mockus. El país de aquellos bravos que llegaron a Lima a darle a San Martín lo que le faltaba para definir la independencia americana, el de Gaitán y el bogotazo, el del batallón Colombia, el de Rojas Pinilla y Maria Eugenia, el de las Farc y sus contracaras, las Autodefensas, no podía terminar prefiriendo a un Woody Allen lituano cuyo mayor acto público fue bajarse los pantalones.

Ya les había fallado el horóscopo en Honduras. Despues, en Chile, recibieron otro sopapo y terminaron queriendo consagrar "ganador moral" al que salió tercero lejos. Tal vez la conclusión de los comunicadores fubistas del oficialismo y la oposición sea la misma: estamos frente a pueblos incorregibles...

Pero no sólo en los medios se mezclan los aparentemente rivales de la política argentina. La foto de tapa de los caretones que, despues del patriotazo del 25, se quisieron colgar de la ola yendo a rendir homenaje a Mariano Moreno (nunca a Saavedra, ni ebrios ni dormidos...) muestra tomados de la mano al camionero Agustín Rossi y a la ex reina de la belleza del Chaco, junto con al radical que la trabaja de hijo y el progreperonista Solá Gonzalez Bergés. Allí en plaza Lorea (no Congreso, como erran los movileros), a la sombra del gomero (no es ombú) podrían haber reflexionado sobre lo que alguna vez pasó en ese lugar, uno de los hechos mas sangrientos de la historia social argentina, pero ellos están "en otra". Venden los mismos tomates con diferentes marcas...

. . . . .

Hace más de un año un viejo compañero me conminó a asistir a la cena de una peña creada por dirigentes peronistas y radicales, la mayoría de los cuales estaban desavenidos con sus conducciones partidarias. Como en Lalín hay buenos platos, asistí de buen grado. Escuché anécdotas interesantes y opiniones poco novedosas. El "qué hacer" quedó para otra vuelta. Al poco tiempo encontré en la City a uno de los participantes, hombre del núcleo central de la Coordinadora Radical, muy cercano a Nosiglia. Le recordé la reunión y le tiré una pregunta...

- ¿Cómo ven ustedes todo esto..?
- Hay muchas cosas que no nos gustan, pero éstos son los más parecidos a nosotros que hay...

No me extrañó la reflexión. Me sorprendió su sinceridad.




La República Mediática comenzó a enseñorearse a mediados de la década del '90, cuando Menem les dio alas a las empresas que coparon la prensa en la Argentina, permitiendo que se hiceran fuertes adquiriendo los canales de TV que Alfonsín no se atrevió a privatizar y sostuvo en manos del Estado. La falta de códigos también fue inaugurada como sistema por esa mediocracia, que ahora se escandaliza de cómo Kirchner está arremetiendo contra el sombrío Grupo Clarín, amagando seriamente con llevárselo puesto como a un guante, y con encarcelar en vejatorias condiciones a la "viuda de Alcalde".

Primera manifestación de esa falta de códigos, fue morder la mano que le dio de comer, matar al creador, como Rutger Hauer en Blade Runner, hundiéndole los ojos con los pulgares. Así se creó esa entelequia berreta y a gusto de la edulcorada clase media urbana progresista, que fue el Frepaso, ensalzando como grandes estadistas a pequeños militantes del montón como Chacho Álvarez, o a empáticas amas de casa sufrientes como Graciela, o incluso al mismísimo Pilo Bordón.

Jorge Abelardo Ramos supo decir por entonces (agosto de 1994), con su aguda mirada:

"El botarate éste… piojo resucitado como dicen en Tucumán… Álvarez… es el resultado coyuntural del Pacto de Olivos, son los votos de los conservadores y los radicales de la Capital, que votaron contra Menem. No significa nada, es una hipertrofia de la prensa mentirosa de la Capital, un invento. Pero sí, el peronismo sigue siendo el que reúne, aún a aquellos que, ante el asombro de los ignorantes de los periodistas dicen “¿cómo es posible que voten por Menem los desocupados? Pobres, si están embromados”. Pero es lógico, porque la historia social argentina, que esa gente no la lee en los libros sino por tradición oral, les enseña que cuando hay un gobierno peronista, por malo que sea, algo hay para los pobres, y cuando hay un gobierno radical no hay nada para los pobres. Pero miren ustedes qué difícil sociología política llegamos nosotros a comprender. ¡Es así! ¡Ahí está!"



Esa prensa mentirosa de la Capital fue creciendo cada vez más, e instalando los focos mentales aceptables, acotando el horizonte de discusión al octavo del círculo de posibilidades, y dejando todo el resto del panorama, las alternativas, la creatividad vital de un pueblo, en el cono de sombras de los otros siete octavos.

Los argentinos fuimos haciéndonos cada vez más estrechos de pensamiento, más elementales, más esloganizados, nos hemos sintetizado en el escueto puñado de palabras que permiten los titulares de periódicos y noticieros. Nos escandalizamos de cualquier boludez, como hace un periodista de TV al final de una nota para "estirar" hasta que ponen el siguiente tape.

Ayer nomás, a la hora de la cena, Pettinato contando que por culpa de una panelista que tenía en su programa, una tal Kampfer (ciertamente, una colorada de pocas luces y menos gracia), el INADI les había iniciado un proceso, ya que la susodicha había dicho en la emisión anterior "gay" a Redrado en sentido que se juzgó peyorativo. Los que estábamos comiendo nos miramos. Alguien dijo: "¡Qué jodido que se está poniendo todo! Tenés que pensar mil veces antes de decir cualquier cosa, emplear cualquier eufemismo, morderte la lengua antes de hablar. Aunque estés hablando en joda, aunque estés haciendo un chiste... ¿A esto conduce la libertad?"

Y sí, la libertad manipulada y condicionada por el universo mediático conduce a una observación permanente, un monitoreo orwelliano, una celaduría de los comunicadores, nuevas solemnes aves negras preceptoras de lo correcto. La libertad condicionada por el universo mediático conduce también a estructuras rígidas y muy acotadas de debate y realidad.

Por eso la política se ha simplificado y reducido a su negación: un montón de enunciaciones programáticas sin implicancias prácticas, todas coincidentes entre todos los partidos, movimientos y/o actores. Pero sin la más mínima capacidad de influir en la realidad, en cambiar algo para la pobre gente que cada vez padece cosas más aberrantes. Es la agenda mediática. Anoticia, opina. Nunca hace.

Que hay que asegurar la inclusión de todos los argentinos. Que cada niño debe tener derecho a la asignación universal. Que el delito proviene de la pobreza, y que la derogación de la pobreza elimina entonces el delito. Que el transporte público es preferible al privado. Que hay que fabricar y vender cada vez más autos. Que es mejor que los aviones los maneje el hijo de Recalde que el nefasto grupo Marsans. Que el hijo de Recalde compró aviones a Brasil demasiado caros... ¿no hay otro hijo por ahí? Que todo el mundo merece recibir una jubilación, aunque no haya aportado. Que Argentina para unirse con Latinoamérica en forma efectiva debe dar residencia sin limitación y sin requisito a todo hermano latinoamericano al que se le ocurra venir para estos pagos. Que los talleres clandestinos son una afrenta a los derechos humanos donde se esclaviza gente. Que toda la gente tiene derecho a trabajar. Que la pilcha de La Salada equivale a darle a los pobres la oportunidad de vestirse como los ricos. Que es re-pintoresco y de paso da laburo a cientos de feriantes. Que el corte de puente en Gualeguaychú está mal. Que la protesta es legítima, porque todo el mundo tiene derecho a protestar y nada entonces puede entonces hacerse. Que...

Todos siempre de acuerdo en todo. La gente descree de la oposición porque la oposición no se opone. Y la oposición no se opone porque el gobierno defiende la agenda mediática. Y, ¿hace falta decirlo? La oposición es también una criatura mediática (¿o a quiénes y sobre qué temas la Prensa da cámara o espacio en los tabloides?).


El gran talento de Kirchner, la última gran criatura de la República Mediática, ha sido tomar la agenda y llevarla estrictamente adelante, cagándose en las necesidades del pueblo y renegando del divorcio cada vez más notable entre las preocupaciones populares y las necesidades mediáticas, los esquemas mentales de los comunicadores, todos surgidos de las mismas usinas, todos cortados por la misma tijera, todos productos de un gramscismo inercial, que no se detuvo ni siquiera cuando toda la farsa se había develado. Suplemento Ñ. Nota a Laclau. A Rigoberta Menchú. La autogestión en la fábrica y la democratización de la cultura. Saramago. Gelman. Bayer. Los Premios Nobel de la Paz y de Economía. Los pibes del paco. El Subcomandante Marcos. Todos adentro de un cubilete, y a jugar a la Generala (¡Perdón!)


Así Kirchner se sigue divirtiendo con Clarín, porque a cada nota que saca sobre el grosero enriquecimiento de Jaime (que, huelga decirlo, ha sido entregado a las fauces mediáticas como chivo expiatorio, tanto porque es indefendible, cuanto como cobertura de otros sobreseimientos más necesarios), se le responde con la cárcel a Martínez de Hoz o un acto en la ex-ESMA. Y Clarín no puede hacer otra cosa que ponerlo en la tapa, y relegar las (ahora, tarde como siempre) desvelantes corruptelas, a la página 16. Porque Clarín está sufriendo del cáncer que él mismo instaló, y porque Kirchner se le anticipó un año más o menos, y desde que salió escorado y lleno de agua del affaire 125, intuyendo que iba a ser la víctima propiciatoria de quien lo creó y entronizó, lo señaló con el dedo acusador, lo ubicó como challenger.

Ahora a joderse. Cada cosa que diga Clarín va a tener tufillo a vendetta, a resentimiento, a ataque del monopolio que como cíclope arremete. Entonces, Clarín no puede salirse de su agenda, debe respetarla a rajatablas. Y la agenda de Clarín conducía a destruir cualquier opción de concordia en el peronismo (de izquierda y de derecha) a favor de una opción progresista "más seria", más potable a los ojos de las clases medias urbanas. En esa agenda, la arqueología de los '70, "volver a donde nos quedamos", en lugar de avanzar, era punto 1 de la página 1.

Pero resulta que de esa arqueología vienen ahora los puñetazos: que las acciones de Papel Prensa provienen de esa época oprobiosa, que los (presuntos) hijos de desaparecidos que adoptó la viuda conjuntamente con el ya para entonces difunto fundador...


La criatura, monstruosa criatura, está desmadrada y sin control, y lo único que puede oponérsele es una tibia impugnación en cuanto a las formas. Pero las formas, nos lo ha enseñado la mediocracia, son lo de menos. Cualquier herramienta estará bien justificada (testigos omnipresentes, para varios juicios, con memorias de elefante, que a su vez recuerdan a testigos que no están, argumentos epocales, seudologías, deducciones macabras, identificación de tendencias políticas con hechos y actos concretos, etc., etc... Si no, véase lo que pasa con Garzón, procesado por prevaricato y falseamiento de pruebas por el Supremo Tribunal español en unanimidad, y protegido llamativamente tanto por la presidenta como por Clarín). Todo sirve al objetivo final, que es un objetivo mediático. La prensa nunca lee las sentencias, y menos aun las analiza. Y por supuesto que nunca horada el tejido de un expediente.

Julien Freund decía que la Política era una ciencia autónoma del Derecho, y lo decía en plena época del Estado de Derecho, cuando el Derecho ocupaba todos los intersticios de la vida social y el futuro parecía sería de los abogados. La Prensa es un fenómeno también autónomo del Derecho. Por eso los periodistas-abogados son cosa del pasado, de principios del siglo pasado. Por eso los periodistas cruzan los dedos y turcen el cuello cada vez que alguien intenta argumentar con base en cuestiones jurídicas. Por eso no hay abogados en los noticieros, o hay abogados de familia o abogados mistongos que nunca ejercieron. Y menos aun, hay juristas. Doctrinarios de talla. Y si por casualidad se entrevista a alguno, obviamente debe éste siempre respetar "los tiempos" y las preguntas del periodista. La prensa es fugaz, veloz y caprichosa. Lo que importa ahora, en 10 minutos se olvida. El Derecho influye para siempre en la vida de las personas. Por eso debe ser mesurado, cauteloso, reflexivo. Pero la Prensa hoy influye en el Derecho, y entonces sobre la vida de muchas personas. E influye en la Política, y entonces sobre la vida de todas las personas.


Hace ya más de 15 años tuve de profesor a Enrique Zuleta Puceiro, que en esa época tenía la sana costumbre de dar las clases personalmente. Él por entonces sostenía que la clave estaba dada en la fórmula de consagración de la libertad de prensa por nuestra Carta Magna fundacional: el único derecho que no admite ser reglamentado. Luego, el único derecho absoluto. Claro está, nadie respetó la Constitución hasta que a Menem se le ocurrió la peregrina idea de republicanizarnos de un plumazo, como clave para entrar definitivamente en la modernidad. Desde entonces hasta ahora, sólo hemos asistido al exponencial crecimiento del poder e influencia de la Prensa. Influencia que no solamente pone presidentes, sino que los saca y les marca la cancha.

Nunca ha habido un gobierno más mediático que éste. De la Rúa lo intentó desde el primer día, pero se quedó sin hilo. Lo abandonaron las luminarias frepasistas y los más mediáticos del radicalismo renovador, que fueron siempre los hijos dilectos de la mediocracia, y se esclerotizó. Quiso aguantar el chubasco, la información clasificada indicaba que en 6 meses la soja iba a subir drásticamente, y que entonces ni siquiera era necesario salir de la Convertibilidad para crecer (de hecho, hoy día la Argentina tiene costos en dólares muy superiores a los que tenía en 2000). Pero había necesidades más inmediatas, y una agenda mediática que, en vista de sus incapacidades e impopularidad, no lo contaba como su ejecutor.

Vino entonces la pesificación asimétrica (léase, la licuación de deuda de los más poderosos, principiando por Clarín), el pilotaje de tormenta, y cuando ya empezaba a consolidarse la decisiva recuperación económica, el pase de bastón al delfín elegido, aquél que podría llevar adelante el programa de la progresía mediática, el de la transversalidad de izquierda, que se "justicializó" (se pejotizó, término que entonces le causaba urticaria, y que hoy día defiende y esgrime obsesivamente como práctica) 4 años después para dar lugar a una mujer -su mujer, aunque eso pareció no importar en el mundo de los fines y la abrogación de la forma- que nunca tuvo una gota de sangre peronista, ni la más mínima formación ni el más pequeño concepto, al punto que entendió que, para parecerlo, debía recurrir a una caricaturesca imitación en muecas, gestos y tonos de voz, de Evita.


Jorge Asís relata magistralmente el devenir de nuestra democracia reciente en este artículo, que se trata de un ensayo que espero profundice y exprima al máximo, como sólo él puede, y del que no puedo resistir la tentación de transcribir unas líneas:

Para evitar el regreso de Menem, es la polea, o sea Duhalde, el que decide catapultar a otro exponente de la perversión estructural del peronismo.

Kirchner, en adelante, domina ampliamente en los dos mil. Se continúa, insólitamente, a través de su esposa, cuando ingresan, juntos, en el periodo declinante.

Cuesta aceptar, en su saludable agonía, que se trata de otro político de extraordinaria magnitud. Para ser situado al nivel de Alfonsín y de Menem. Con una comprensión superlativa del manejo del poder.

No obstante, la gravitación de los medios de comunicación, a los que Kirchner hoy combate (después de haberse beneficiado políticamente con ellos, sobre todo con Clarín), es inmensamente superior a la influencia de los noventa. Etapa que catapultara a los ya aniquilados Álvarez y Fernández Meijide.

La hegemonía mediática se torna políticamente patética en los dos mil. Se diseñan prioritarios modelos de esfinges. A través de exponentes estructurados con los códigos publicitarios del marketing, la encuestología y la gestualidad.

Es el turno de las virtudes emanadas por provenir de universos ajenos, a los inspirados en la formación política militante. Universo gestual, donde se devalúa el discurso, y se impugna hasta la gratuidad de la discusión.

Se crece, inclusive, a partir del cuestionamiento a la política, con el frívolo agregado del adjetivo “tradicional”.

Es el drama, hasta hoy irresoluble, de la declinación de Kirchner.

Las alternativas para heredarlo distan, aún, de exhibir solvencia y credibilidad. Al extremo de permitir que el sujeto declinante -Kirchner-, planifique la utopía demencial de su permanencia.
Es el turno, curiosamente, otra vez de Duhalde. Le corresponde un rol bastante ingrato en la historia.

En fin, ¿qué explicar, un 4 de junio como hoy, aniversario culposamente escondido de la génesis del peronismo, o sea, del golpe militar de 1943? Dolorosa identidad para quienes pretenden heredar con beneficio de inventario, forjada por el último proyecto exitoso del Ejército (Asís) o por el más feliz encuentro entre el Pueblo y su Ejército en todo el siglo XX (Ramos). Tal vez sea lo más sabio recurrir nuevamente a la sabiduría del fundador de la izquierda nacional y del Movimiento Patriótico de Liberación, y creo yo, hilo conductor entre dos épocas, ya que siendo su conducta política tan coincidente con la de Perón, lo sobrevivió en 20 años, y pudo ver y opinar desde una mirada nacional y peronista, mucho mejor que las especulaciones necrófilas o ridículas del peronómetro.


Porque además vivió intensamente la política de su época. Porque cuando pronunció estas palabras era viejo. Y la juventud de ahora desprecia a los viejos, como la juventud iluminada de hace 37 años despreciaba al otro Viejo. Y la Tradición enseña que hay que respetar a los viejos, porque "el Diablo sabe por Diablo pero más sabe por viejo" ha dicho el Martín Fierro. Y los pueblos son Tradición o desaparecen, como desaparece cualquier persona con amnesia e identidad suprimida. Está pero ya no es (¡qué valiosa distinción del castellano la dualidad ser-estar!).

"En el año ’43, nuestra generación se movía en las grandes valoraciones del mundo: la Guerra Mundial, Hitler, la naturaleza del imperialismo, estudiamos El Capital. Yo no sé si aprendimos algo pero estudiamos El Capital. Era la generación de esa época. Después, al lado nuestro, estaban las juventudes, como hoy podría ser por ejemplo, la juventud del Frente Grande, ¿no? Estaban los botarates, que hablaban y decían que el gran dilema del mundo en esa época era el dilema Democracia y Fascismo. No era la lucha entre los grupos imperialistas, que deseaban avasallar los pueblos del Tercer Mundo. No: estaba la Democracia y estaba el Fascismo. Nosotros nunca, gracias a Dios, participamos de eso. Pero llega el año ’43 y el año ’43 es el año del 4 de Junio. En ese año hay un 4 de Junio, que es el día en que se produce el golpe militar de los coroneles de Campo de Mayo, entre los cuales se encuentra Perón.

"Fue, como se dijo, un rayo en cielo sereno porque hasta ese momento la política argentina se caracterizaba por el hecho de que dominaba desde el año ’30, desde la caída del gran caudillo que fue Yrigoyen, el régimen que llamamos usualmente oligárquico. Un régimen conservador-radical; radical antipersonalista.

"Y, en consecuencia, había fraude electoral... En fin,
en ese cuadro, el escepticismo que ganaba a nuestra generación era muy grande y al ganar ese escepticismo respecto de la política y de los falsos valores que la sociedad nos ofrecía, mirábamos hacia el exterior". (...)

"La sociedad estaba cambiando. Había cambiado por la crisis mundial, había cambiado por la guerra que estimuló la industria y aumentó el número de obreros. Y empezamos a estudiar y empezamos a convertirnos en revolucionarios argentinos. Y fuimos dejando atrás, poco a poco, toda la literatura mundial. De izquierda o de derecha, porque también hay una parte de la juventud argentina de nuestra época que era inconformista. No éramos nosotros los únicos inconformistas. Había un sector nacionalista, de uña lustrada, de…. Que le gustaba mucho las dictaduras, que eran hijos de las “buenas familias” y que eran nacionalistas y eran inconformistas, no querían esta sociedad. Y por el otro lado estábamos nosotros, que estábamos más bien del lado de los trabajadores, de los pobres. Pero ni ellos ni nosotros entendíamos a la Argentina. Ellos, porque se fundaban en sus teorías, en los grandes mitos reaccionarios de la vieja Europa. Eran maurrasianos, monárquicos, les gustaba “bigote”, el tanito del palazzo Venecia, les gustaban las dictaduras. Y a nosotros nos gustaba la otra dictadura… la dictadura del proletariado. Nos gustaban las barbas. Estábamos impregnados de un inconformismo marginal a los centros mundiales de poder, ellos y nosotros. Pero no habíamos encontrado el estilo y el pensamiento de una revolución que fuera para argentinos y latinoamericanos.

"Por eso yo resalto la importancia del ’43 en lo que yo puedo recordar de mi vida intelectual y de mis compañeros de lucha de esa época, porque ahí encontramos a la Argentina por la cosa más inesperada del mundo: los que nos abrieron el camino –fíjense qué paradoja- para entender la Argentina, fue el Ejército.


"El Ejército dio un golpe y cambió todas las piezas del juego. El Ejército mismo había sufrido un proceso intelectual crítico muy importante porque el Ejército que había derribado a Yrigoyen era un ejército cipayo, liberal, pero el Ejército del ’43, trece años después, cuando los muchachos que eran tenientes en el ’30 se hacen tenientes coroneles…
(…)

"Entonces se da la paradoja, decía, de que nada menos que el Ejército argentino abre la posibilidad de que pensemos en la Argentina y que todos los valores sean sometidos a una nueva luz porque efectivamente el Ejército da expresión a los cambios estructurales de la sociedad argentina: peso de la clase obrera, desarrollo del mercado interno, normas técnicas derivadas de que nosotros fuimos neutrales en la guerra y al ser neutrales en la guerra, ante los bandidos imperialistas, permitió que la economía interna trabajase mucho y mientras sufría el mundo en la guerra terrible de Europa, la Argentina prosperaba con la neutralidad.

"Ese fue el papel del Ejército y dentro del Ejército estaba Perón".



Finalmente, de otro blog amigo, Desierto de Ideas, extracto algunas otras frases de Jorge Abelardo Ramos, que ha dejado allí algún comentarista no identificado, pero que me suscitaron la curiosidad por profundizar y recordar a su autor, sugestivamente olvidado. Ese texto tiene soprendente actualidad, y fue parte de un extenso discurso pronunciado en el seno de su partido el 27 de agosto de 1994:

"Si usted considera desde el punto de vista de las ideas del Siglo XVIII, de las ideas del Iluminismo, las características exteriores de algo, le diría, por ejemplo, “peronismo”: nace de un golpe de estado, de una dictadura militar, ya es malo. Apoyada por los curas, es malo. Disuelve los sindicatos, prohibe los diarios, paraliza los partidos políticos, todo es malo. Por otro lado, en ese momento, ¿no?, en el ’45, el Partido Comunista, se funda en la defensa de los obreros, se funda en la expropiación del capital, se funda en el establecimiento de una sociedad sin explotadores ni explotados, se funda en que debe eliminarse a la burguesía y el capitalismo, y a los militares reaccionarios y a los curas oscurantistas… está muy bueno.

"La exteriorización reaccionaria del peronismo, esconde su contenido revolucionario y la exteriorización ideológica de la izquierda esconde su contenido contrarrevolucionario. Cuando llega el momento, la izquierda está contra el pueblo. El secretario general del Partido Socialista, Américo Ghioldi, diputado nacional, discípulo del Dr. Juan B. Justo, traductor de El Capital, cuando fusilan al General Valle y al Coronel Cogorno, dice la frase: “Se acabó la leche de la clemencia”. Y es embajador de la dictadura de Aramburu y embajador después de Videla. Esto quiere decir que aquello que parece ser, no es. Eso es lo que quiero decir, el enmascaramiento de la realidad, entonces cuando nosotros planteamos la defensa de las Malvinas y somos invitados nada menos al despacho del Ministro del Interior de la dictadura de Galtieri, felicitamos al ministro así nomás y salimos a luchar por las Malvinas. Entonces, el público peronista, acorde con eso asimismo nos considera suyos. Uds. habrán oído mil veces la frase “che, ustedes son mejores peronistas que nosotros, métanse”. Y entonces es cuando yo digo, en chiste, que ahora que estamos afuera tenemos un millón de amigos y cuando estemos adentro tendremos un millón de enemigos. Es un chiste. ¿Qué quiere decir eso? Lo siguiente: el peronismo de los últimos quince o veinte años no es el de Perón. No solamente porque la Argentina es una sociedad distinta a la que conoció Perón, no porque la Argentina es solamente una pirámide invertida que es absolutamente inviable. En la débil base de esa pirámide se acumula un numéricamente débil grupo de obreros industriales, productores agropecuarios, de servicios, de investigadores científicos que representan el núcleo productivo. Y todo el resto hacia arriba es improductivo, es el resultado de cuarenta años de contrarrevolución. Millones de jubilados, millones de empleados públicos estatales y municipales, millones de pequeños comerciantes totalmente improductivos, millones de servicios que no son indispensables a la producción. Todo eso está arriba. En estas condiciones es inviable. Es inviable. No puede haber jubilación, no puede haber buenas remuneraciones a la educación. Porque la Argentina fue detenida en el año ’55 por las fuerzas reaccionarias liberales e izquierdistas en la tentativa de capitalismo ampliado y multiplicador que Perón había encarnado en sus primeros dos gobiernos. (...)

"Y esa sociedad generó sectores intersticiales de clases medias que iban a entrar al peronismo cuando gozaran del poder. El mundo de los Manzano, por hablar de una fruta no sé si podrida o en buen estado… pero en fin… una sola manzana echa a perder un cajón; un solo Manzano, también. Ese mundo de arribistas que se apoderan de las personerías jurídicas. Los Kirchner, Constanzo…"

19 comentarios:

Mensajero dijo...

Había leído la cita ya en Desierto de Ideas, blog que frecuento en silencio.
Siempre me simpatizó Abelardo Ramos.
El primer reportaje que de él vi en mi adolescencia fue una burla a una de las tribus que frecuentaba entonces:
-...los jóvenes de sobaco ilustrado...
- ????????
- Esos que andan siempre por Corrientes con un libro bajo el brazo.

Destouches dijo...

Un post tan largo como esclarecedor. Todos aquellos que por estos días están haciendo un curso intensivo de peronismo deberían leer un poco al Colorado.

Muy interesante la tesis del poder mediático y su influencia decisiva en la entronización de los dirigentes políticos. Teoría que, por lo demás, comparto.

La audacia de Kirchner ha sido discutirle el poder a los medios con sus propias armas, pero sin impugnar en lo más mínimo la naturaleza ni la orientación de ese poder. Como dice Asís, lo mejor que puede resultar de la guerra Kirchner - Clarín es que ambos terminen exhaustos y derrotados.

Destouches dijo...

Una reflexión más:
El texto de Américo Rial confirma una intuición mía que -creo- he hecho explícita antes: el kirchnerismo es una versión remozada del alfonsinismo.

Occam dijo...

Mensajero: No sé por qué me imaginé que usted también andaba por ahí. Yo de vez en cuando comento, aunque a veces me tratan bastante mal los otros comentaristas; no así el dueño del espacio, que es un caballero, por lo menos hasta donde uno puede inferir por este medio.

El Colorado es un tipo increíble, al que siempre viene bien repasar de vez en cuando, sobre todo por estos tiempos, que tanto se habla de "nacional y popular", pero su recuerdo y figura sugestivamente se silencia.

Destouches: Siguiendo, con el párrafo anterior, entiendo que Ramos puede ser un útil vaso comunicante, un puente conductor y de interpretación de los 20 años que median entre la muerte de Perón y su propio fallecimiento. El cúmulo de coincidencias y de batallas comunes que han librado ambas figuras, permite que él pueda generar una lectura más adecuada de nuestra moderna democracia que aquélla proveniente de los jóvenes de los '70 que tratan de hacer arqueología sesgada o especulaciones adivinatorias, a las que animosa y caprichosamente, tildan luego de "peronistas", o bien, de "gorilas".

Otra vez agudo y admirable el Turco. No sé cómo hace, pero siempre da en la tecla. Suele ser, por lo demás, en la chestertoniana historia argentina, la clave para entender algunos Boca-River tan llamativos por el núcleo de coincidencias que en realidad unen -y no oponen- a los oponentes.

Sobre las coincidencias con el alfonsinismo, que son demasiadas, y se extienden a la intención superadora de las antinomaias partidarias como "tercer movimiento histórico" (tanto en su versión transversal como en su modelo más lavado de la concertación), a la adoración a la patria contratista, incluso a las exasperaciones y destratos para con los opositores y los débiles, etc., da para hablar en extenso. Probablemente la historia en 20 ó 30 años hará de ambos gobiernos un solo capítulo (¿será acaso por esa sospecha que se trata del único presidente de la última democracia reconocido y alabado por los actuales?).

Un cordial saludo a ambos, y gracias por la paciencia y perseverancia en la lectura. Espero a otros voluntariosos.

Almafuerte dijo...

Occam, ¿el alfonsinismo y el kirchnerismo son equivalentes para ud.? Eso es una desmesura.

Los contextos históricos difieren como si fueran dos eras geológicas distintas: ¿qué otro presidente argentino contemporáneo asumió luego de perder una guerra con una potencia del primer mundo y de un enfrentamiento civil de décadas simultáneamente?

Y las diferencias de fondo abruman. Empezando por el hecho de que la UCR es un partido, y el Fpv es una juntada de chorros, ilusos, insolentes y atorrantes.

Alfonsín fracasó en muchos aspectos. Pero asumió en un momento histórico en el que la demanda por institucionalidad y paz social era clamorosa: no más golpes de estado, no más violencia política. Y ésto lo interpretó como nadie, y lo logró a rajatabla. ¿Acaso existe algo en el kirchnerismo que le resuene remotamente similar? Si Kirchner recitara media línea de la Constitución, causaría el mismo efecto que una tapa de la revista Barcelona.

"la historia hará de ambos gobiernos un sólo capítulo". Un simple ejemplo en contrario: el Juicio a las Juntas y la descolgada de cuadros, que son antípodas políticas y éticas. ¿Quien es el Strassera del kirchnerismo, Verbistsy o Diana Conti? ¿Acaso el kirchnerismo tiene a alguien capaz de limpiarle las suelas a Strassera?

¿Cómo cuantificar la distancia entre el Fiscal Molinas de Alfonsín, y los espectros a los que el kirchnerismo redujo cada organismo de control estatal, comenzando por la designación en la SIGEN de la mujer de De Vido, hasta las recientes agresiones al fiscal de la AGN a cargo de organizaciones rentadas por el mismísimo Estado?

En un plano económico, tambien difieren completamente. Alfonsín fracasó estrepitosamente como pocos en la historia, en cambio Kirchner es exitoso 100%, porque lo que hay es exactamente lo que el kirchnerismo ha buscado.

¿Las relaciones con las cúpulas sindicales de ambos gobiernos, le parecen parte del mismo capítulo histórico también?

Podría seguir un día entero señalando antípodas. En tren de buscar similitudes, podríamos encontrar hechos puntuales entre todos los gobiernos. Pero Alfonsín y Kirchner pertenecen a especies biológicas diferentes.

En fin, cada cual tiene sus broncas personales. No es sencilla la ecuanimidad. También he visto leyendo silenciosamente por ahí como ud. y Destouches se aguantan una buena cantidad de guarangada y mala leche, así que supongo que no se va a tomar a mal lo mío, que es de buena fe...

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Creo que el punto de comparación entre el Kirchnerismo y el Alfonsinismo son precisamente las definiciones. No son radicales y peronistas. Son Kirchneristas y Alfonsinistas. Sus ideas están por encima de las del partido y son capaces de negociar con personajes impensados por el sólo hecho de conservar o volver al poder.

Más allá de las lógicas diferencias en cuanto a los patrimonios, matrimonios y demonios, hay dos o tres pelotudeces que recuerdo de Alfonsín que no me lo dejan parado como un pacificador, precisamente.

Decirle "gordito" a un tipo que le decía que se estaba cagando de hambre, es un poco violento. Pretender movilizar al pueblo para frenar un levantamiento militar, me da a inconciencia. Y escapando a Alfonsín, de La Tablada no tengo los mismos recuerdos que del Italpark. Quizás porque el Italpark no tenía que ver con el Coty Nosiglia.

La dilapidación de los fondos públicos con el sólo de hecho mantener empresas inviables y deficitarias para el Estado sin ponerse a hablar de planificación, por el sólo hecho de tener un Estado grande y no tener el coraje de decir "esto no va más". Puede que en el caso de Kirchner no sea por falta de planificación -de hecho no debe ni saber que significa- sino por tener un tubo más para chupar dinero.

Excelente el post!

Abrazo!

Occam dijo...

Almafuerte, Relato: No es mi intención polemizar sobre la cuestión. Ya he señalado con anterioridad las similitudes en algunas facetas incómodas, y he recomendado la lectura de libros escritos "sobre el tambor", en esos convulsionados ochentas, y no en la pacífica beatitud de los sepulcros. Se me ocurre ahora, ya que me han pegado y ridiculizado por su mención -y yo soy perseverante- como colección de artículos políticos, "La Ficción Política", y del mismo autor, pero como novela (buenísima) "Partes de inteligencia". El autor, claro está, Jorge Asís, en la época en que era el escritor argentino vivo más leído, y todavía no había recibido la excomunión de Clarín (aunque con Partes de Inteligencia no estoy tan seguro).
De ese último, por ejemplo, y reitero que sin ánimo de quedarme en esas similitudes, recuerdo la Side paralela, y el uso extorsivo y persecutorio para la política interior, de los cuadros y elementos de inteligencia (incluyendo algunos negocitos privados criminosos, algunos a su vez, con desenlace muy infeliz).
También recuerdo las mordazas a la prensa independiente, las detenciones "a disposición del PEN" sorpresivas e ilegales y los estados de sitio dictados por decreto, el endilgar a casi todo opositor el incómodo y esquemático mote de "enano fascista"...
Sobre los pruritos ideológicos (nunca entendí por qué la social democracia centra su "ideología" en la economía, que para cualquier político debe ser meramente una herramienta, pero bueh), me acuerdo de los híbridos público-privados pergeñados como "salida" a los déficits endémicos de las empresas públicas, todas tan vaciadas como sobredimensionadas, y nunca llevados a cabo, en gran medida, para no indisponerse con el poder sindical. Tampoco debemos detenernos demasiado en el asistencialismo elemental y siempre creciente de las cajas PAN.
Y es cierto: no es comparable sacar a bailar a la reina de España, que tratar de opacarla poniéndose un atuendo real en juego con las cortinas del palacio...
A Alfonsín lo salvó para la historia la salida negociada con Menem y la impunidad acordada. Ha sido para él una suerte tener semejante sucesor. Algo de eso está buscando el kirchnerismo. Vamos a ver si lo consigue, o debe perseverar en una perpetua huida hacia adelante, poniéndose el país de sombrero si es necesario.

En fin, que la comparación no la traje yo sino un muchacho de la Coordinadora, y que va en línea con las opiniones de unos otros cuantos correligionarios, sin ir más lejos, los mismos que se plegaron al proyecto englobante de la Concertación plural.
Y más acá, observamos que el resultado de la interna reciente conduce a una similitud programática aún mayor entre persas e iraníes.

Pero la cuestión que pongo de relieve está vinculada con la estructura teleológica de la prensa dominante, alimentada y soltada a la desmesura por la candidez de Menem, tiempo después, pero que maneja un paquete de instrumentos conceptuales que ha llevado, por ejemplo, a una permanente nostalgia de los '80, en consonancia con un consecuente denuesto de los '90. Prensa y progresía comparten incluso la visión que emparenta a Martínez de Hoz con Cavallo, pegando un salto por sobre las loables (o a lo menos "potables") experiencias socialdemócratas del alfonsinismo, del kirchnerismo, más el programa del Frepaso.

Pero Almafuerte tiene razón en algo muy importante, y merece mi excusa: No es válido en un país tan agitado como éste señalar identidades en contextos políticos diferentes. Sí similitudes o parentescos. Y yo hablé del "mismo capítulo". Debí decir, tal vez, "el capítulo siguiente del mismo libro".

Muchas gracias a ambos por entrar, leer y opinar, y mis más cordiales saludos.

Almafuerte dijo...

Relato, Occam: en tren de señalar mugres políticas de cualquier gobierno podríamos estar dos años seguidos. Alfonsín no fue un santo, ¿uds. creen que me entusiasma el pacto con Menem y la reforma constitucional? Acá nunca gobernó San Francisco de Asís.

Pero estructuralmente, las divergencias son abismales.
Alfonsín fue un socialdemócrata honesto, que asumió en un contexto espantoso y cumplió cabalmente con la encomienda institucional y social de su tiempo, en tanto que fracasó más que ninguno en el plano económico.
Es decir, un político de sólida ideología partidaria, honesto pero fallido.

Kirchner es un mafioso de cabotaje. Un atorrante guarango, sin partido ni ideología. No hay marcos de referencia ni para empezar a compararlo con nadie. Y es totalmente exitoso en sus objetivos, que son estrictamente personales.

Almafuerte dijo...

Ahora bien, ningún gobierno fue ajeno a esos sectores afines entre sí: los nosiglias, los manzanos, los dromis, cualquier kirchnerista. Son innegables, están ahí y siempre fieles a lo suyo en cualquier contexto.

¿Cuánto definen a la totalidad de su partido éstos sectores? Depende, por ejemplo en el kirchnerismo no podría señalar a ningún monje negro, ya que los mismos jefes son los dueños de la pelota (cuac, chiste futbolístico).

En el caso del peronismo, es sencillo: los que se mandan las cagadas nunca son los verdaderos peronistas. De Lopez Rega a Firmenich, pasando por Menem o Kirchner, siempre habrá una tonelada de ensayos explicando que "aquello" de ningún modo fue peronismo.

Es por eso que me resulta gracioso que se pretenda asimilar la totalidad del alfonsinismo a la coordinadora, y vía este argumento incluír a Alfonsín - el socialdemócrata honesto y fallido de la UCR- en el mismo libro del exitoso truhán Kirchner -el que pese a haberse presentado a elecciones en boletas del PJ más de diecisiete veces no es peronista, faltaba más.

Occam dijo...

Almafuerte: Coincido con usted. La identidad peronista no es propicia para análisis de cuño racionalista. Es, como toda identidad, más o menos difusa, más o menos esquiva, siempre dinámica, pero siempre también la misma. Más o menos como pasa con las personas, que son, siguiendo a Schopenauer, una sucesión de hombres, tal vez algunos muy distintos a otros, siempre en el mismo envase y acotados por la personalidad y por el estilo (que es lo que define al hombre), y por supuesto, cautivos de la historia.

No pasa algo muy diferente con la nacionalidad, por lo menos si se entiende por ella algo diferente a la posesión de un documento de identidad y un pasaporte.
Y también pasa con las ideas políticas. Ayer veía en CQC a la kirchnerista senadora tucumana Rotjes de Alperovich, de conocida y constante militancia comunista, hablar del matrimonio gay y de los derechos de los homosexuales con un pluralismo tal, que ciertamente había que hacer esfuerzos para concederle sinceridad y borrar de nuestra memoria las implacables persecusiones y cárceles inhumanas de Cuba y de la mayor parte de los regímenes de ese cuño (recomiendo la película sobre Reinaldo Arenas, en la que actúa Javier Bardem).

Nuestra argentinidad actual dista tanto de la de los tangueros de hace algo más de medio siglo, de los códigos de conducta y de valores de gente como Discépolo, Manzi o Cátulo Castillo, como lo que dista de los hombres de la jabonería de Vieytes.

Si algo tienen en común el peronismo y el radicalismo es lo difuso de sus ideologías, y el amplio espectro que abarcan en su seno. La diferencia radica en que en la UCR, con el carnet de afiliado alcanza y sobra.

Otra vez mis más cordiales saludos.

Victor dijo...

Denso post, en la acepción positiva de "denso", digo, mucho contenido. No cometo nada porque estoy semiquemado, prefiero volver mañana.

Leyeron este artículo de Fernandez Dias? http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1269583

Saludos

Bicente Nario dijo...

Muy lúcido aunque no concuerdo con su análisis.

Yo creo que como peronistas no podemos gozar del beneficio de inventario, así como tampoco los demás partícipes históricos de la política argentina.

En cuanto a la génesis del peronismo cabe aclarar que el golpe del 43 no derrocó a un gobierno legítimo. Ramón Castillo, el presidente derrocado, era parte del régimen conservador de la década infame ungido por un fraude electoral.

Occam dijo...

Víctor: He leído el artículo que usted menta, así como la refutación que sobre ese encuadre hizo Chaves (con "s"), y que aportó buena bibliografía que fue disparador de este post. Concuerdo con usted en cuanto a la densidad del presente. Fue una disyuntiva del momento escoger entre dejar material afuera, o poner toda la carne en el asador, para una mejor ilustración y contraste. Para facilitar su lectura cómoda y meditada, como verá, aprovechando el comienzo del mundial, lo dejé por unos cuantos días... Igualmente, los textos reseñados son bastante llevaderos y de fácil repaso.

Mis cordiales saludos, y espero que al final se haya hecho el tiempo.

Occam dijo...

Estimado Nario: Bienvenido a este blog, y muchas gracias por su cordial comentario.
Efectivamente, coincidimos: Usted ha dicho que, como peronistas, no podemos gozar del beneficio de inventario, y yo he puesto que el origen del '43 es una "Dolorosa identidad para quienes pretenden heredar con beneficio de inventario". En efecto, yo no admito ese sesgo, ni las relecturas extemporáneas y descomedidas de quienes pretenden, por una azarosa posterioridad en la historia, presentarse como exegetas superadores y con una artificiosa autoridad moral. Para mí no hay identidad dolorosa, sino identidad feliz, en cuanto espontánea, creadora y organizadora de una nación.
Y en efecto, el régimen derrocado estaba teñido de fraude, como en general puede estarlo cualquier régimen derrocado, puesto que todo régimen genera y aceita mecanismos para su perpetuación, asegurando sucesiones afines, etc. No menos ha ocurrido en los EE.UU. con su elite cuasi endogámica, si nos atenemos a Gore Vidal, por ejemplo. Los mismos loables propósitos inspiraron las revoluciones radicales contra el roquismo y Figueroa Alcorta, y si hubieran resultado victoriosas, no se hubiera dudado de su legitimidad (como finalmente ocurrió, ya que al menos motivaron las reformas electorales que luego entronizaron a Yrigoyen).
No me refería tanto al modus, cuanto al sujeto, que en palabras de Perón, es auténtico sujeto fundacional de la nación ("Vea amigo, el origen de nuestra patria es sumamente complejo, pero, dentro de esa misma complejidad, se destaca netamente la influencia del factor militar", para luego explayarse en la naturaleza eminentemente militar del Virreinato del Plata, como tapón al expansionismo portugués, y luego, ya en la etapa nacional, al expansionismo inglés, más su carácter fundacional en los territorios vírgenes, etc.; en "Breve Historia de la Problemática Argentina, compilado por Eugenio Rom).

Mis cordiales saludos.

Bicente Nario dijo...

Me olvidaba, Asís el Geoffroy de Menem, aparece como un intelectual, pero creo que intelectual menemista es un oxímoron.
Además su deseo de colocar a Duhalde en el ferroviario que tiene la palanca para cambiar de vías, naufraga en la imposibilidad ya patente del lomense de mover el amperímetro político.

El pretendido analista de vitrina enuncia a Cobos como figura, grave error, cualquiera que siga los devenires políticos veia que alfonsin (H), candidato ungido desde un velorio destrozaría al dubitativo Mendocino, teniendo en cuenta que la UCR no aceptaría fácilmente a un traidor, sus ansias de ver derrotado a Kirchner nubló su raciocinio.

Y a Macri lo pone en un lugar que ni el mencionado se apresta a ocupar, la inoperancia de la que hace gala el pituco lo lleva inexorablemente a la derrota, si hasta su socio del 28J (el colombiano) lo critica por derechoso y bipolar!! no puede sostener ni sus aliados mal podría convencer a la ciudadanía, con su inundado obrar sin escuchar al pueblo pero escuchando algunos que le molestan, de su habilidad para conducir un país.

Por eso Asís es la caricatura del pensante que en un disfraz de bibliotecario pretendidamente elegante, vomita pequeñas reseñas adornadas con términos de café concert.Quiere ser lo que nunca fue y es lo que nunca quiso ser.

Occam dijo...

Nario: Realmente no comparto su saña con Asís, el auténtico intelectual libre de su generación, el único soplo de aire fresco de una Argentina empobrecida y retardada en sus dicotomías mayo-francescas. Me parece que Asís se merece un poco de respeto, y una lectura aunque sea mediana de su obra para opinar tan livianamente sobre él. Pocas personas han leído tanto y tan bien, y hablado de aquello que los demás ni siquiera se atreven a criticar porque directamente ignoran.
Ciertamente, dentro de esa mediocridad chabacana y berreta, producto de una berretización y chatura general de una Argentina que ha sabido ser (aunque hoy cueste creerlo) patria de Lugones, de Borges, de Bioy, de Arlt, de Denevi, de Wast, de Girondo, de Marechal o de Manzi, y que hoy es un engendro malhablado y vulgar que produce opacos simulacros envanecidos en florituras y circunloquios de café, cuesta reconocer una figura de su talla, absolutamente excepcional en su época y lugar, y es habitual el uso de la seudología y la descalificación "por proximidad" o por anécdota.
Pero, insisto, si se lo leyera un poco, se aprendería bastante no sólo de literatura, sino sobre todo, de política internacional, que es la gran política que en nuestro empequeñecimiento hemos soslayado hasta transformarnos en algo un poco más vergonzoso que la insignificancia.
Cobos y Macri son dos productos de esa medianía mediática, los dos productos más sobresalientes. Veremos si la mediocracia puede imponerlos, o por el contrario, quedarán en el camino, como otros proyectos frustrados, tales como el Frepaso (hoy misteriosamente reaparecido por su proximidad no casual con el victorismo), y habrá que buscar figuritas de reemplazo. Igualmente, lo que haya decidido la interna de la ONG llamada radicalismo, poco importa en ese juego superior en el que la UCR hace tiempo -desgraciadamente, menos que el deseable, y eso gracias al Frepaso y luego al victorismo, que les abrió las puertas de varias gobernaciones- no participa.

Habría que agregar en el oxímoron, a Pacho O'Donell (hoy supongo que rehabilitado, no sé, usted dirá), al mismo Colorado Ramos, a tantos brillantes diplomáticos; y en el derecho público, por ejemplo, a Barra, Cassagne y Dromi, figuras que el victorismo no ha podido concitar siquiera como vanos y también berretas reflejos. Y a no ser caretas, porque todos sabemos que, cuando las papas queman, el gobierno no ha dudado en convocar su silenciosa y ultra confidencial ayuda (por lo menos, para no sacar afrentosas piezas para-jurídicas de pésima pluma y mayor ignorancia como la remoción de Madaro y Ulloa, la 125 o el decreto de manotazo a las reservas del BCRA).

Lo demás, es cuestión de gustos y futurología. Por lo pronto, hay que aplaudir alborozados la unificación del peronismo, y cruzar los dedos para que dure, y no sean algunos de sus partícipes cooptados por la cada vez más larga y codiciosa mano de la plutocracia.

Bicente Nario dijo...

Asís me genera la mayor de las antipatías, como sostenedor pseudointelectual tratando de rescatar algo bueno del menemismo.

Dromi me genera el mismo rechazo, y digo- si el nefasto tiene buenos consejos para un fin que creo correcto, los acepto, en todo caso el incoherente es el asesor por serlo contrario a su ideología.

Ese rejunte de Peronismo federal no es otra cosa que la liga de perdedores ávidos de venganza, con esos fines no se llega a buen puerto.

Deduzco que usted es afín a ese Peronismo que concuerda con las políticas menemistas (aunque no con el obrar de Menem), asumiendo que el Peronismo, luego de la muerte del general, es un abanico de ideologías que van desde la izquierda a la derecha hoy el movimiento tiene la ideología del que lo conduce, ya no está el gran conductor, y con esa excusa hemos usufructuado la amplitud de pensamiento ofreciendo desde nuestras filas lo que el pueblo quiere: Quiere derecha tenemos, quiere izquierda tenemos.
Espero que podamos superar esto (no creo) y terminar con los exegetas de Perón que indican cualquier postura como dentro del Peronismo, cualquiera no puede ser Peronista Macri? el colombiano? besar pobres te convierte en Peronista? flaco favor le hacemos al Peonismo si seguimos aceptando esto.
Un cordial saludo

Occam dijo...

Nario: Plenamente de acuerdo con la última parte de lo que dijo (no con la primera, porque no lo entiendo: ¿Dromi asesora a De Vido en contra de su ideología? ¿Heller está con el kirchnerismo en contra de su ideología? ¿Conti? ¿Iribarne? ¿Boudou? Complicado para mí).
Decir que todos los dirigentes peronistas son menemistas, es identificar en absoluto el menemismo con el peronismo, lo cual me parece mucho, y además una injusticia con muchos de esos dirigentes, que nunca estuvieron siquiera vinculados al gobierno de Menem (a diferencia de la mayor parte del victorismo, fundamentalmente su numen), o que lo criticaron cuando debieron hacerlo.
Digamos que quienes asumen que el peronismo es un entramado instrumental, versátil para un crudo como para un cocido, más vale me parece que son los neoperonistas de los que habla Ramos, esa clase media que se integró al peronismo en cuanto vio que era la única opción de poder válida (y fundamentalmente, de promoción socioeconómica personal), y lo transformó en "el partido de gobierno". Esos neoperonistas que nada saben, ni nada les interesa, que no tienen sentimientos peronistas y prefieren ignorar, olvidar (y en privado, defenestrar) al conductor y fundador, al "viejo".
Y también, cómo no, los neomilitantes tardíamente incorporados a un movimiento que no comprenden siquiera en su carácter de movimiento, y que interpretan que la justicia social son un par de frazadas, una heladera o un choripán cuando hay elecciones... sin capacidad ni inquietudes genuinas, y con demasiados pruritos y preconceptos burgueses de universidad y guitarreadas como para atreverse a asomarse a la temida realidad del peronismo. Por el contrario, pretendiendo cambiarle la cabeza al pueblo sin modificarle las condiciones de vida, en lugar de modificarle las condiciones de vida respetando al pueblo en su naturaleza, dignificándolo en lugar de haciéndole el bocho desde esa impostura de superioridad intelectualoide berreta y maniquea ya descripta.

Pero como le dije, nada más lejano al peronismo que el pobrerismo, práctica obscena del victorismo usurpador, que como nunca fue peronista, nada entiende de la responsabilización individual, de la cultura del trabajo y de la comunidad organizada, y prefiere la comodidad alfonsinista de las cajas PAN, ahora remixadas en "asignación universal por hijo" y otras vergonzosas limosnas.

Mi cordial saludo.

Bicente Nario dijo...

Me asumo Peronista y luego Kirchnerista, y la mayoría de lo que dice usted es cierto, si bien gran parte el Kirchnerismo "puro" tiene las cualidades por usted descriptas, otros tantos o mas entendemos que este devenir nos llevará a una senda de crecimiento y dignificación de los excluidos, en el camino tragamos sapos, pero los entiendo parte de la pelea contra los sectores que desde el 55 vienen pregonando lo mismo.

El pobrerismo no es un fin (de este gobierno), como dicen los gorilas para descalificar el voto de los humildes, sino una falencia a corregir en el paso del crecimiento macroeconómico al desarrollo del pueblo en todos sus ámbitos.

Estoy convencido de que este es el camino, con errores, con sobreactuaciones, pero senda al fin.

Un placer discutir con usted.