jueves, 9 de diciembre de 2010

El parque de los lexanos

Difícil resulta mantenerse actualizado respecto del modelo de acumulación con intrusión social. Hace apenas 50 días consignábamos el geométrico crecimiento territorial de las villas miseria en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, verificado entre los años 2004 y 2009.

Ayer y hoy nos encontramos ante un hecho significativo de la tendencia, que agrega al intrusaje ilegal la altiva y violenta defensa de la situación irregular, frente a las fuerzas estatales que ostentan (sólo en los papeles, por cierto) el poder de policía y el monopolio de la coerción, y que fueron recibidas con piedras, palos, armas de fuego, cuchillos, o lo que se tuviera a mano y pudiese ser idóneo a los fines de dañar al prójimo.

Lo único auspicioso, porque siempre tratamos de mirar la mitad del vaso lleno, es que todavía algo de pudor les queda a los intrusos, que argumentan una suerte de adquisición de buena fe. En efecto, asimilando las cosas inmuebles a las cosas muebles, invocan la aplicación del célebre artículo 2.412 del Código Civil ("La posesión de buena fe de una cosa mueble, crea a favor del poseedor la presunción de tener la propiedad de ella, y el poder de repeler cualquier acción de reivindicación, si la cosa no hubiese sido robada o perdida").

Ignoran al efecto, y uno no puede, aunque trate, evitar pensar que lo hacen a propósito, que de lo que aquí se trata es de una cosa inmueble, de acuerdo con la definición del artículo 2.314 del mismo cuerpo legal: "Son inmuebles por su naturaleza las cosas que se encuentran por sí mismas inmovilizadas, como el suelo y todas las partes sólidas o fluidas que forman su superficie y profundidad".

En cambio el artículo 2.318 describe qué son las cosas muebles, es decir, aquéllas susceptibles de que se les aplique aquello de "la posesión vale título": "Son cosas muebles las que pueden transportarse de un lugar a otro, sea moviéndose por sí mismas, sea que sólo se muevan por una fuerza externa, con excepción de las que sean accesorias a los inmuebles".

Pero en este caso, que yo sepa, nadie puso en duda que los palos, las piedras, cartones, chapas y polietilenos que plantaron en el intrusaje ilegal no vayan a ser propiedad de los indignados turistas (como bien los llamó Todos Gronchos, en un excelente artículo) que, acabados de venir de países limítrofes en los que sus gobiernos no los ayudan, sino que fomentan estas invasiones a la Argentina como forma de sacarse a los miserables de encima, arrogantes imponen al inerme país receptor sus reglas de conquista y apropiación, apañados en la complicidad vergonzosa de los entreguistas colonizados y cipayos de la intelligenzia progresista vernácula, perversos entusiastas de la autoflagelación, la claudicación y la dañinada a los conciudadanos.

En tanto, no puede argumentarse seriamente, aun mediando buena fe (cosa más que dudosa en estos intrusos violentos), que un inmueble que ha pasado de las manos de un dueño (en este caso, el Estado, o sea, todos los ciudadanos que estamos siendo robados) es legítimamente del adquirente, aun no mediando en el caso violencia (aunque claro que ello no concurre en el presente suceso). No, no alcanza con ello. Los derechos reales son todo forma, y el cumplimiento de las formas legales es requisito sine qua non para la adquisición del derecho de propiedad sobre el inmueble (artículo 2.378 del Código Civil). Por empezar, para apropiarse de una cosa, esa cosa tiene que estar en el comercio, cosa difícil de imaginar cuando uno piensa en un espacio verde, en un lago o en un cementerio municipal.

Lo otro, el argumento de que pagaron tantos o cuantos pesos a un Fulano, simplemente, tiene el mismo valor que el gringo que se indignaba al comprobar que le habían vendido un buzón o un tranvía. Y ser boludo, hasta donde se sabe, en el país de los vivos, no tiene premio... Lo que sí garpa es ser el más vivillo y pícaro de todos. Un país que se ensoberbece de los pistolas bárbaros, no puede admitir que los dormidos se lleven algo de arriba. Esa evidencia respalda la idea de que estos intrusos no pagaron una moneda a nadie por un pedazo de parque.

Pero, como venía diciendo, es auspicioso comprobar que al menos esgrimen un argumento con apariencia de racionalidad, con pretensiones de derecho, de razón. Peor, y mucho peor, estaremos el día en que ya no se tomen ese trabajo, y el único argumento sea la prepotencia, la violencia descarnada de argumento y los sinsentidos de una hipocresía igualitarista y pobrerista que vive dañando al prójimo (que es el próximo, no hay que olvidar que México es Méjico) para beneficiar siempre al lexano...

En fin, vamos a dejar las demás reflexiones del caso para otra oportunidad, y tan sólo las enunciaremos:

- Una modificación, desde el campo anacrónico (¿o no tanto?) de la revolución violenta en la dialéctica de la lucha de clases, del toda propiedad es robo y la tierra es de quien la trabaja, al todo espacio público es robo y la tierra es de quien la ocupa y la defiende por la violencia como único argumento (¿suena a anarquía, no?).

- Una llamativa coincidencia entre la izquierda progresista y el más ultra de los ultraliberalismos, el anarco-liberalismo, reactivo hasta la abominación frente a la organización del Mundo en Estados, y que siempre ha atribuido a los movimientos migratorios por motivos económicos un carácter natural y venerable, y a los desgraciados países receptores, que contingentemente están económicamente un poco mejor, un deber moral hacia los desposeídos que van llegando, y en el ciclo, una vez que la miseria inunde al país próspero y todos se caguen de hambre, mirarán los receptores y los recién llegados para otro horizonte, y hacia allí vamos todos, como nómades trashumantes, o mejor, como parásitos depredatorios que migran una vez que destruyen el ecosistema huésped.

- Una vocación absolutamente extralimitada de ciertos jueces por la demagogia barata y el ejercicio de funciones ejecutivas que no les corresponden. El caótico entramado de pactos internacionales hipócrita y negligentemente yuxtapuesto a la Constitución Nacional a partir de 1994, fomenta la emersión de estos personalejos que, sin haber sido votados por nadie, terminan por hacer y deshacer como les place, saliendo de los circunspectos laberintos reflexivos del Derecho para entrar en el plató de la figuración y la adulación mediática.

Me he explayado más de la cuenta. Tan sólo debía en este caso actualizar la información gráfica acerca del fenómeno creciente de la usurpación de los siempre insuficientes espacios verdes de la decadente reina del Plata.

Si en el post del 19 de octubre habíamos mostrado el crecimiento de la Villa 20:

(Picar en la imagen para ampliar)


Y teniendo en cuenta que este nuevo atropello se inscribe parcialmente como un crecimiento de esa Villa 20 por excedentes de población recién llegada, acá aportamos una referencia gráfica circunstanciada del asunto (del Google Earth en este caso):

13 comentarios:

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Napalm. Punto.

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Impecable el post, como siempre, estimado.

Lamentablemente, es lo que nos toca vivir. La paradoja de tener un Estado que se autoasume como intervencionista en pos del bienestar y, al mismo tiempo, se ausenta de todos y cada uno de los asuntos que, no casualmente, hacen al bienestar de los ciudadanos argentinos.

Occam dijo...

El asunto será, como atisba Mr. Groncho, que ya no se sabe qué es ser argentinos. Hoy lo escuchaba a Aníbal Fernández explicar su curiosa "estrategia" para manejar el asunto de los intrusajes, similar a la del avestruz para manejar el asunto del leopardo, y mencionar que hay que evitar la discordia "entre argentinos", después de decir que, prácticamente la nacionalidad argentina se ha diluido en el Mercosur, y le juro que no me quedó nada claro.

Ayer escuchaba a los vecinos de Lugano y de Soldati, todos tipos de trabajo que sobreviven en esos centros habitacionales que compraron y que saben que tienen nulo valor de reventa, decir que efectivamente Argentina es el país que más discrimina: discrimina a los argentinos.

Claro que eso no debería ya de importarnos, como tampoco escuchar a una de las bolivianas decir que se vinieron para Buenos Aires porque en Bolivia no tenían trabajo, y acá tampoco, pero quizás enganchaban algo de costureras (y siga la joda con La Salada y los talleres clandestinos), y que estaban hartas de vivir en una casa de pensión, y que andan necesitando una vivienda.

Todo esto es de un desparpajo gigante, una arrogancia sólo explicable a través de un sustrato de ignorancia aprovechado por unos cuantos inescrupulosos (empezando por los curiosos "socialistas" de Evo Morales, y su nueva política de balseros, y siguiendo por todos esos grupúsculos de izquierda totalmente antipopulares, que desde la época de las revoluciones sangrientas siguen la consigna de "cuanto peor, mejor"), y la patética anarquía y cobardía de nuestra dirigencia, que nuevamente le da la espalda al pueblo... Que yo sepa, el pueblo son los vecinos de Lugano, de Soldati, de Parque Avellaneda, de Flores, que viven soportando estas invasiones, condenados a la marginación ya que sus humildes propiedades, si no son intrusadas, en breve serán abandonadas por tornarse sus hábitats invivibles.

Desde mi más elemental sentimiento, veo de un lado al pueblo sufriente, y del otro a unos avivados de otros países que no tienen intención de hacer nada bueno por este país que los recibe, sino exprimir ventajas al máximo. De un lado veo al universo del peronismo, del otro a la clientela del pobrerismo populista. Como siempre, las abstracciones ideológicas decantan en realidades concretas y evidentes. Ahí están, ya las ven todos. Ahora, que cada uno hable claro. Es lo menos que podemos hacer por la verdad, palabra tan bastardeada como carente de sentido en esta Argentina en disgregación.

Un cordial saludo.

goolian dijo...

Vilma Ripoll tiene razòn. Un muerto por laburos negreros tercerizados. Muertos indigenas por tierrasen el Chac. Cinco muertos en Soldati por okupas sin vivienda digna
Son todos problemas sociales. Y el Estado ? "Haciendo Buenos Aires" o celebrando los derechos humanos teoricos.
Mientras tanto los pobres que tienen poco se cagan a tiros con los pobres que no tienen nada. Y los fachos de los medios y el poder chochos.
Cristina mandà la Federal para impedir que se sigan cagando a tiros. Cuántos efectivos se despliegan para un Boca River ? despues no digan que no hay canas.
Mauricio dejate de hacerte el Micky Vainilla, pedazo de turro y resolvé el problema habitacional gastando la plata del presupuesto de la ciudad mas rica del pais.
Menos sendas de bicicletas y mas viviendas dignas.
Después mis amigos se sorprenden cuando me defino anarquista.
El poder estatal se ejerce para servir al pueblo no para jugar al ajedrez electoral.
Y como todos los que juegan al ajedrez saben, los primeros que son comidos son los peones.

Pero ...a veces muere el rey ....

goolian dijo...

Yo quiero un paìs inclusivo Occam.
Quiero que los bolivianos o paraguayos o indochinos que vengan aquì laburen y progresen.
Porque hay bolivianos honestos y trabajadores y argentinos delincuentes y asesinos. Estos últimos generalmente con gran exito en la politica.
Y le tiro un palpito.
El gobierno nacional armò la okupacion para embarrarle la cancha a Macri que esta definiendo su candidatura presidencial.
Y el gobierno de la ciudad armo e incito con infiltrados a los vecinos de Soldati para que quemen las carpas y le carguen muertos al gobierno nacional en el dia de los derechos humanos.
No nos olvidemos que estamos en la visperas de un año electoral impredecible y las vidas humanas, para los politicos, raza despreciable por lo menos ahora, no valen nada.

Occam dijo...

Goolian: Son muy interesantes sus planteos y atendibles sus pálpitos. Coincido en que todo, en Argentina es sugestivo, por los tiempos, por las casualidades, y también (por qué no) por nuestra propensión al conspiracionismo. Es bien raro que todo este caos coincida con el llamado "día de los DDHH", como también que NK eligiera morirse el día del censo, y que lo velaran a cajón cerrado. Como todos, uno termina por creer y no creer. Lo que cuesta es permanecer al margen, porque nuestra realidad es siempre invasiva, atosigante, asfixiante, prepotente e híperdensa, como varias atmósferas juntas. Será por eso que los argentinos somos un pueblo politizado sin cultura política, como decía Perón, o será tal vez al revés. Porque somos politizados, la atmósfera siempre está híperdensa y no hay lugar para el sentido común y el consenso mínimo y elemental. Los republicanos suelen ser más restrictivos con la inmigración y los demócratas más xenófilos. Sin embargo, no me caben dudas, todos se ponen de acuerdo si les usurpan en el Central Park en cuál es la solución inmediata: hacer cumplir la ley; el resto es cháchara y especulaciones de café de intelectuales con tiempo que perder. El principio que siempre se ha aplicado allí (que es el lugar que fue usina y tubo de ensayo del modelo inmigracionista multicultural luego propagado a todo Occidente, y asumido por los demás sin beneficio de inventario), es que el que se esfuerza, trabaja duro, es honesto y acata las reglas de juego, no sólo tiene un lugar sino que prospera. En esto el Estado cumple un papel de marco y no de contenido. Es decir, pone las reglas y procura que se cumplan. En este caso, traducido a nuestra realidad, el Estado debe ser implacable con la informalidad, con la clandestinidad y con la ilegalidad. O sea, con toda nuestra inmensa propensión a la truchada. La Salada es vendida por los mismos medios como un pintoresco hecho social folklórico, y nadie se pregunta dónde se hace ropa tan barata. La Villa 31 es promocionada por los medios con una candidez irenista, como el lugar en donde todos se quieren y se ayudan, muestran sus intrépidas edificaciones desafiando la gravedad, sus mercados medievales... Y nunca nadie plantea el problema de un mercado paralelo y contralegal de viviendas y de terrenos, de alquileres y hasta de hotelería.

Occam dijo...

Uno de los problemas fundamentales de nuestra política es que es absolutamente centralista desde lo electoral (cuando la representación debería ser lo más inmediata posible con el representado), pero autonomista hasta la insensatez y los compartimentos estancos en la gestión: cada jefe es un patrón de estancia. Los límites políticos establecidos en una calle o en un arroyo se transforman en fronteras más impasables que el Río Grande o el muro de Gaza. No hay posibilidad de ejercer la política con el mayor sentido universal y general. Es por eso que no se formulan planteos de administración territorial y demográfica. En un país con el 75% de su territorio despoblado nos apiñamos en 3.600 km2 15 millones, y también todos los inmigrantes que van llegando en masa, expulsados de sus países en donde manifiestamente sobran, alimentados por mitos que ya no son los de la tierra de las oportunidades sino las del Estado argentino tonto y dispendioso que da sin mirar a quién. No hay voluntad de genuino crecimiento, al menos, de fomentar situaciones de autosubsistencia y satisfacción en los sectores más desfavorecidos y excluidos por las condiciones (exógenas) de desarrollo tecnológico. Nadie ha visto que en un país con tanto clima templado y tanta tierra para trabajar la solución primaria debe pasar por la colonización del territorio, y la vivienda enlazada con las condiciones de subsistencia: uno debe vivir donde puede vivir, o sea, en donde el trabajo le permita sostener el techo y poner a la mesa tres comidas por día para todos los de la casa. Hay que desarrollar una alternativa agrícola-artesanal que viabilice la vida de tanta gente abandonada. Menos netbooks y más huertas y gallineros.

Occam dijo...

Coincido con su examen de las imposturas del GCABA y del GNac. Ambas son negacionistas, como el cornudo que no quiere verlo, o como la madre que niega la enfermedad de su hijo adicto. Creen que cambian la aciaga realidad poniendo más alto el televisor o hablando de nimiedades a la hora del té.

Un cordial saludo.

Occam dijo...

(Perdón por usar tres comentarios para lo que era uno solo. Es un problema más que Blogger nos plantea y nuestra creatividad y paciencia debe resolver. Yo lo hice de esta manera; supongo que habrá mejores. Lo que no hice, siguiendo con la tónica de lo expuesto, es irme a ver la tele o a pasear por Youtube).

Saludos nuevamente.

CGL dijo...

Comparto prácticamente todas tus consideraciones... Lo que si, no estoy tan de acuerdo, es con que los usurpadores tengan cierto grado de verguenza por lo que estan haciendo.

Creo que la cultura de la manga esta tan instalada, que dificilmente pueda erradicarse en el corto plazo.

Es mas, este hecho puntual traerá consecuencias futuras. Y no tardarán otros okupas, en aparecer...

En fin, habrá que laburar el doble para mantener al país solidario...

Occam dijo...

CGL: Premonitorio su comentario. El Club Albariño, una institución con amplia actividad de interés social en la niñez y adolescencia de la zona de Lugano, en deportes como el taekwon do, el ajedrez, el fútbol, fue intrusado por una banda de mafiosos que entró demoliendo una de la paredes medianeras, y que está armando un emprendimiento para alquiler de casillas a otros pobres diablos.

Quiero aclararle que más que a un atisbo de vergüenza, a lo que aludo en realidad es a la utilización de una "técnica de neutralización", que no es otra cosa que una justificación, aunque sea a mero efecto formal, lo que indica un tenue plegamiento aún a la sociedad de consenso (o sea, a la regulación normativa). Cuando esa mínima, siempre hipócrita, justificación falta, se está formalmente en un nivel sociológico de anomia.

Un cordial saludo.

Destouches dijo...

Tanto el post como los comentarios, impecables. No ha quedado mucho para agregar. La insólita política inmigratoria argentina de allanar el ingreso indiscriminado de menesterosos de países limítrofes o latinoamericanos por el solo hecho de serlo, ha sido equivalente a agregar nafta a la gran hoguera social que se está armando en nuestro país. Esto lo conozco por experiencia propia: hay una política de fronteras abiertas para los países vecinos, que se contrabalancea con absurdos obstáculos para cualquier inmigrante que provenga de otro lado aunque acredite ingresos y medios de vida propios. Con lo cual se discrimina a los inmigrantes de otros lugares (bien que pocos, dada la situación de postración en la que han sumido al país) y, lo que es mucho más grave, al argentino que trabaja y contribuye para terminar viviendo en un lugar cada vez más precario e injusto con él. Y no estamos hablando de ricos: no lo son los vecinos de Soldati, como tampoco lo eran las familias que tuvieron que malvender sus propiedades en Ciudadela cuando creció y se descontroló Fuerte Apache. Es otro ejemplo de hasta qué punto la ideologización puede enervar el sentido común.

Occam dijo...

Destouches: Ni siquiera "malvender" es el término. En Ciudadela, por la Gaona vieja, se hacen cuadras y cuadras, por lo menos hasta República, entrando ya en Ramos, a lo largo de las que se presencia un pueblo fantasma, con todos los comercios con las persianas bajas y oxidadas y todas las casas abandonadas, coronadas por los eternos carteles de "En Venta", sin que hallen, desde hace muchísimos años, comprador.

Eso mismo decía un vecino de Lugano, que había adquirido su departamento en un monoblock en muchísimas cuotas pagadas con una considerable fracción de su sueldo (o sea, con el sudor de su trabajo). Decía que él era consciente de que su propiedad tenía nulo valor de reventa, y más cuando la villa creciera hasta metros de la puerta de entrada, con lo que los demagogos cobardes estaban condenando a toda la clase trabajadora a la miseria y la desprotección, porque es obvio que el lumpenaje, como una colonización de insectos, no sólo no se asimila sino que cambia el paisaje y la forma de vida de todo el entorno para siempre, con lo que cualquiera que sea laburante indefectiblemente se tiene que ir, abandonar lo poco que tiene y empezar en el desierto sin nada.

Un abrazo, y espero su comentario en el siguiente post, que creo que enriquece el enfoque.