Prendo la tele hoy a la tarde y veo que muchos canales, casi todos los canales de noticias y algunos de aire (América 24, Canal 26, Crónica TV, C5N, Canal 9, ATC-Televisión Pública), en una nueva y mala costumbre, parecida a los "comunicados" en cadena nacional de un gobierno militar o de un gobierno civil pero con monopolio de los medios de comunicación, estaban pasando exactamente la misma imagen con el mismo audio, sin que fuera por supuesto Cadena Nacional, simplemente como obedientes repetidoras.
Teniendo en cuenta todas las tantas cosas que pasan en la Argentina y en el mundo (Libia, Yemen, Bahrein, Arabia Saudí, Japón, etc.), interrumpir la programación del 50% de la grilla con más audiencia, durante aproximadamente una hora y en horario central, supone una motivación verdaderamente trascendente. De modo que me dispuse a ver por un rato de qué se trataba, pese a que la pantalla me devolvía el ya gastado cuadro de folletín agotado por el hartazgo, de la viuda llorosa, heredera de una pasión, continuadora de una lucha humilde, tesonera y venerable, contra los molinos de viento de insondables poderes malos, sucios y feos que conspiran para empañar tanta grandeza.
Como de costumbre, un importante marco de pobres y miserables movilizados por la necesidad y las zanahorias organizativas del aparato (ese aparato que tanto denostamos cuando no está en nuestras manos, y del que hacemos abuso exasperante, hasta el absurdo, una vez que disponemos de la caja y de las mieles de la prebenda): aunque se empeñen los periodistas en cotizarlo en una determinada cantidad de pesos, conviene advertir a los pobres deshilachados que la limosna está condicionada por el carómetro. A uno le pueden dar un fernet de segunda marca, a otro dos marquillas de cigarrillos, a otro un par de porros, a otros $ 70, o $ 40, o $ 20 más dos boletos de colectivo, etc.
En fin, lo cierto es que el marco de otro discurso igual a tantos y tantos con que nos bombardean cotidianamente (¿nadie calculó el costo del desgaste? ¿acaso el cansancio y el aburrimiento no son factores a considerar en toda campaña, aun contando con los millones que nos expolian de impuestos?), engalanado por cientos de banderas faroleras, gordos enfundados en camisetas de regalo de la ANSES, el PAMI, Aerolíneas, morochas desdentadas gritando en una histeria similar a la que genera una estrella pop, llevando las manos hacia adelante para intentar alcanzar al ícono que se alzaba, a considerable distancia para evitar tanto calor popular, con el consabido vestuario negro que nunca se repite, y que la revista Noticias calculó, en estos 150 días de luto, en no menos de 42 metros cuadrados (un funcional de los grandes, o un 2 ambientes como el que me abrigó durante 10 años)... Lo cierto es que con ese marco, uno no podía menos que prepararse para un gran acontecimiento. Lo que se estaba por comunicar nos cambiaría la vida a todos.
Siempre fue uno de los clichés de la política la inauguración de obras. Esa vertiente de la gestión siempre, por su carácter empírico y concreto, implicó grandes organizaciones, discursos, concentraciones de muchedumbre, banderas, trompetas, cintas que se cortan con tijeras de oro, más discursos triunfales, con pases de factura, con eslóganes de mejor hacer que decir, etc.
El texto que aparecía al pie de pantalla decía lacónico "Autopista Paraná-Concordia", mientran con la voz quebrada la oradora no paraba de hablar de cualquier otra cosa, en general, de autobombo y politiquería de corte netamente electoral. Por un momento me embargó el entusiasmo. Sumé 2 + 2, y me dije: "¡Zas! Está inaugurando una autopista".
Sin embargo, a poco de andar, y de no ver que la muchedumbre se apoyaba sobre los pilotes de la flamante autopista, saludaba desde los impolutos puentes de concreto, arrojaba los cascos amarillos al cielo en algarabía por la tarea terminada, nuevamente la desazón me volvió a la realidad, que no sé si supera a la ficción en impacto, pero sí en ridículo.
Conmovedor anuncio del avance de un trámite. Para la próxima, se agregan: acto para anunciar la puesta a la venta de los pliegos licitatorios; acto para cada circular aclaratoria; acto para la precalificación de oferentes; acto para la apertura de los sobres Nº 1; acto para la apertura de los sobres Nº 2... Siempre se puede mejorar. Nunca menos...
La oradora estaba discurseando y bajando línea en esa colorida concentración para... anunciar que le adjudicó, al grupo de amigos contratistas, una obra que con suerte demorará 3 años... una vez puesta en marcha, claro, circunstancia que, de la mano de la elaboración y aprobación del proyecto ejecutivo, plan de impacto ambiental y otras cositas no menores, suele consumirse otro año preliminar. De modo que la oradora doliente y enlutada con prendas que usará una sola vez, probablemente no vaya a inaugurar la obra terminada ni siquiera en el transcurso de su hipotético e improbable segundo mandato.
Seguramente inspirada por esa certeza, decidió cortar por lo sano, e inaugurar la adjudicación. Probablemente la encontremos el mes que viene por los mismos sufridos pagos inaugurando la firma del contrato de obra pública, y tal vez seis meses después inaugurando el acta de inicio de obras...
Pero tampoco hay que extrañarse. Haciendo un poco de memoria (y recurriendo al machete de google), nos encontramos con que "en septiembre pasado el ex presidente Néstor Kirchner llegó al mismo lugar para, junto con el gobernador Urribarri, presidir la apertura de sobres de la licitación de la autovía Paraná-Concordia". Y que tal evento también contó con el multitudinario y variopinto marco.
Uno no puede evitar siempre volver a la autorreferencia: ¿Qué me llevaría a mí, vecino de determinada ciudad, a acudir a una inauguración? La respuesta, sin dudas, está vinculada en primer lugar con la novedad de ver una obra nueva terminada, apreciarla, estudiarla, disfrutarla con la vista o estrenarla si ello fuere posible.
¿Qué piensan los pobres vecinos que van una y otra vez a escuchar las jaculatorias y catilinarias de multimillonarios de cómoda situación y absoluta ajenidad, que vienen hasta este lugar alejado de la mano de Dios, una vez cada tanto a hablarles con soberbia de cosas que no hicieron, y demandar por ello que les besen los pies? No puedo concebirlo. Lo único que se me ocurre como respuesta es la resignación del absoluto derrotado. Un par de besos al fernet tibio y puro, un par de pitadas profundas al cigarrillo infrecuente, el crujir de un billete con la cara de Sarmiento en el bolsillo... Se ve que tan sólo con ello basta.
Teniendo en cuenta todas las tantas cosas que pasan en la Argentina y en el mundo (Libia, Yemen, Bahrein, Arabia Saudí, Japón, etc.), interrumpir la programación del 50% de la grilla con más audiencia, durante aproximadamente una hora y en horario central, supone una motivación verdaderamente trascendente. De modo que me dispuse a ver por un rato de qué se trataba, pese a que la pantalla me devolvía el ya gastado cuadro de folletín agotado por el hartazgo, de la viuda llorosa, heredera de una pasión, continuadora de una lucha humilde, tesonera y venerable, contra los molinos de viento de insondables poderes malos, sucios y feos que conspiran para empañar tanta grandeza.
Como de costumbre, un importante marco de pobres y miserables movilizados por la necesidad y las zanahorias organizativas del aparato (ese aparato que tanto denostamos cuando no está en nuestras manos, y del que hacemos abuso exasperante, hasta el absurdo, una vez que disponemos de la caja y de las mieles de la prebenda): aunque se empeñen los periodistas en cotizarlo en una determinada cantidad de pesos, conviene advertir a los pobres deshilachados que la limosna está condicionada por el carómetro. A uno le pueden dar un fernet de segunda marca, a otro dos marquillas de cigarrillos, a otro un par de porros, a otros $ 70, o $ 40, o $ 20 más dos boletos de colectivo, etc.
En fin, lo cierto es que el marco de otro discurso igual a tantos y tantos con que nos bombardean cotidianamente (¿nadie calculó el costo del desgaste? ¿acaso el cansancio y el aburrimiento no son factores a considerar en toda campaña, aun contando con los millones que nos expolian de impuestos?), engalanado por cientos de banderas faroleras, gordos enfundados en camisetas de regalo de la ANSES, el PAMI, Aerolíneas, morochas desdentadas gritando en una histeria similar a la que genera una estrella pop, llevando las manos hacia adelante para intentar alcanzar al ícono que se alzaba, a considerable distancia para evitar tanto calor popular, con el consabido vestuario negro que nunca se repite, y que la revista Noticias calculó, en estos 150 días de luto, en no menos de 42 metros cuadrados (un funcional de los grandes, o un 2 ambientes como el que me abrigó durante 10 años)... Lo cierto es que con ese marco, uno no podía menos que prepararse para un gran acontecimiento. Lo que se estaba por comunicar nos cambiaría la vida a todos.
Siempre fue uno de los clichés de la política la inauguración de obras. Esa vertiente de la gestión siempre, por su carácter empírico y concreto, implicó grandes organizaciones, discursos, concentraciones de muchedumbre, banderas, trompetas, cintas que se cortan con tijeras de oro, más discursos triunfales, con pases de factura, con eslóganes de mejor hacer que decir, etc.
El texto que aparecía al pie de pantalla decía lacónico "Autopista Paraná-Concordia", mientran con la voz quebrada la oradora no paraba de hablar de cualquier otra cosa, en general, de autobombo y politiquería de corte netamente electoral. Por un momento me embargó el entusiasmo. Sumé 2 + 2, y me dije: "¡Zas! Está inaugurando una autopista".
Sin embargo, a poco de andar, y de no ver que la muchedumbre se apoyaba sobre los pilotes de la flamante autopista, saludaba desde los impolutos puentes de concreto, arrojaba los cascos amarillos al cielo en algarabía por la tarea terminada, nuevamente la desazón me volvió a la realidad, que no sé si supera a la ficción en impacto, pero sí en ridículo.
Conmovedor anuncio del avance de un trámite. Para la próxima, se agregan: acto para anunciar la puesta a la venta de los pliegos licitatorios; acto para cada circular aclaratoria; acto para la precalificación de oferentes; acto para la apertura de los sobres Nº 1; acto para la apertura de los sobres Nº 2... Siempre se puede mejorar. Nunca menos...
La oradora estaba discurseando y bajando línea en esa colorida concentración para... anunciar que le adjudicó, al grupo de amigos contratistas, una obra que con suerte demorará 3 años... una vez puesta en marcha, claro, circunstancia que, de la mano de la elaboración y aprobación del proyecto ejecutivo, plan de impacto ambiental y otras cositas no menores, suele consumirse otro año preliminar. De modo que la oradora doliente y enlutada con prendas que usará una sola vez, probablemente no vaya a inaugurar la obra terminada ni siquiera en el transcurso de su hipotético e improbable segundo mandato.
Seguramente inspirada por esa certeza, decidió cortar por lo sano, e inaugurar la adjudicación. Probablemente la encontremos el mes que viene por los mismos sufridos pagos inaugurando la firma del contrato de obra pública, y tal vez seis meses después inaugurando el acta de inicio de obras...
Pero tampoco hay que extrañarse. Haciendo un poco de memoria (y recurriendo al machete de google), nos encontramos con que "en septiembre pasado el ex presidente Néstor Kirchner llegó al mismo lugar para, junto con el gobernador Urribarri, presidir la apertura de sobres de la licitación de la autovía Paraná-Concordia". Y que tal evento también contó con el multitudinario y variopinto marco.
Uno no puede evitar siempre volver a la autorreferencia: ¿Qué me llevaría a mí, vecino de determinada ciudad, a acudir a una inauguración? La respuesta, sin dudas, está vinculada en primer lugar con la novedad de ver una obra nueva terminada, apreciarla, estudiarla, disfrutarla con la vista o estrenarla si ello fuere posible.
¿Qué piensan los pobres vecinos que van una y otra vez a escuchar las jaculatorias y catilinarias de multimillonarios de cómoda situación y absoluta ajenidad, que vienen hasta este lugar alejado de la mano de Dios, una vez cada tanto a hablarles con soberbia de cosas que no hicieron, y demandar por ello que les besen los pies? No puedo concebirlo. Lo único que se me ocurre como respuesta es la resignación del absoluto derrotado. Un par de besos al fernet tibio y puro, un par de pitadas profundas al cigarrillo infrecuente, el crujir de un billete con la cara de Sarmiento en el bolsillo... Se ve que tan sólo con ello basta.
Guadafaunas accidentados en Ruta 18 de Entre Ríos en 2009. ¿Alguien supone algún cambio para los próximos cuatro años?
Datos técnicos:
- Extensión: 262 km.
- Tiempo estimado de construcción: 36 meses (la experiencia arroja al menos un 33% más).
- Presupuesto: $ 1.997 millones (cuando fue NK, a la anterior inauguración 6 meses atrás, el presupuesto era de $ 1.745 millones... hay que ver en cuánto termina la epopeya).
- Costo por kilómetro: $ 7.622.137 (US$ 1,87 millones).
Referencia comparativa (RP 55 / RN 148, entre Villa Mercedes y Arizona, San Luis):
- Extensión: 256 km.
- Tiempo efectivo de construcción: 12 meses (tal vez uno o dos más, por temas de señalización).
- Presupuesto: $ 512,6 millones.
- Costo por kilómetro: $ 2.002.344 (US$ 0,5 millones).
15 comentarios:
No se preocupe Occam, dentro de poco van a inaugurar el Obelisco.
Viajar por las rutas del interior va a seguir siendo un deporte extremo por mucho tiempo.
Menos mal Occam que no se le ocurrió hacer los 30 hospitales prometidos en el lío por las retenciones. Este año electoral 2011 vamos a tener esos festejos nihilistas con frecuencia. Yo me conformo con algun otro anuncio de la ya licitada autovía Rio Cuarto- Córdoba, que espero que mis nietos puedan admirar en la segunda mitad del siglo
Mire que lo conozco un poquito, y es la primera vez que lo noto caliente y fuera del discurso mesurado y de tono académico que es habitual.
¿Don Occam se le inflaron los huevos quizás?
Estaba pensado que ud. tenia antepasados vulcanos y romulanos.
Víctor: No es que me preocupe. Me resulta un poco irritante esta saturación de "logros gestionarios" virtuales, truchos o inflados en eternas repeticiones. Hay una terminal de ómnibus cuya inauguración se anuncia en todos los partidos de fútbol desde hace año y medio, y ni siquiera está terminada. La misma oradora, dicen fuentes confiables, cuando no estaba tan hinchada de optimismo como desde el luto, expresó alguna vez su reclamo al darse cuenta que la llevaban a inaugurar, también en Entre Ríos (Paraná en ese caso), una obra por tercera vez. Pero eso fue en el pasado. Ahora parece que no le importa. También recuerdo cuando inauguró una usina termoeléctrica que no existía, con una foto ploteada de fondo y el ruido de un generador eléctrico a nafta de 50 caballos, para generar efecto ambiente. Lo más grave en ese caso, es que la usina fue adjudicada a la oferta más costosa por mucho, con la única excusa de que ofrecía terminarla con seis meses de antelación, respecto de sus ofertas competidoras. Para cuando hizo el montaje mediático, ya estaba la constructora atrasada en más de un año y medio respecto de ese plazo que definió la adjudicación de la licitación. En fin, un gran sainete, sistemático, martilleante, conducente al escepticismo por hartazgo.
Un cordial saludo.
Gatorall: Piense que por lo menos, estos anuncios generan algún dinerillo para los más necesitados, y gordos contratos para publicistas y demás trabajadores de los medios oficiales. El nihilismo también deja...
Hegeliano: Puede ser que esté un poco harto. Me gustaría volver a la veta académica, pero estas imposturas me resultan insoslayables, y me distraen de cualquier preocupación intelectual interesante. En fin, es otro de los rasgos del "modelo": que terminemos perdiendo el tiempo a los manotazos, dentro de las cortinas de humo.
Un cordial saludo a ambos.
En el presupuesto de la obra debe estar incluído el costo de los actos de inauguración que usted menciona, por eso supera en un 300 por ciento el costo puntano de referencia.
Mensajero: Entonces habrá que batallar por un regreso a las viejas prácticas inaugurales: una cinta celeste y blanca, una tijera, autoridades y obreros con casco amarillo. Y punto. Ah, claro, para lo de la cinta, la tijera y los obreros, debe haber algo concreto que inaugurar, por cierto.
En mi módica experiencia, el acto de apertura de sobres se produce en un salón pequeño, con la presencia de funcionarios evaluadores y un representante de cada oferente; y el acto de firma del contrato, con la presencia de los adjudicatarios y del funcionario que corresponda del comitente. Costos fijos: un abrecartas y la tinta de una lapicera.
Un cordial saludo.
Lo de la múltiple inauguración paranaense es posta. Si no me creen fíjense acá: http://www.lavozdelajp.com/v3/nota.php?id=239
Más allá de la foto del Conejo con su ex-delfín y la Sra. que nos retrotrae a un pasado mas armonioso del PJ entrerriano, en despliegue de indudable candor juvenil, los muchachos de la JP no se andan con ambages y prístinamente informan: "...volvió a inaugurar...".
La planta potabilizadora la inauguró Néstor y nuevamente, en al menos dos ocasiones, Cristina (en un inetrvalo lúcido, se negó al parecer a prestar la trucha para una tercera reinaguración).
Así que hay que estar atento, porque ante la proximidad de las elecciones no me cabe ninguna duda de que la flamante y recién inaugurada "autopista" será prontamente reinaugurada (...con la ventaja respecto a la planta potabilizadora de que la extensión lineal de la obra permite ir variando los puntos de corte de cinta para que el mamarracho sea menos evidente).
Saludotes.
Isáurico: Y no pierda de vista la planta potabilizadora tampoco, que la necesidad tiene cara de hereje, y 35% en Catamarca y 37% en Chubut, en el pináculo de popularidad (al menos, según la propaganda encuestológica realizada) no da lugar a muchos actos sinceros...
Un cordial saludo.
Otra, el taxista que ni bien tocas la manija de la puerta para subir enciende el taxímetro.
Por eso otro cuatro años para continuar con las obras.
Paciencia, en el 2023 después de los dos mandatos de Scioli, quizás tengan un candidato de su gusto.
Y?: Me parece que se equivocó de post para hacer su comentario. No es de extrañar, debe andar un poco desorientado por acá. De hecho, se refirió a mí en plural, y salvo por la siempre amenazante esquizofrenia, delante de esta vetusta PC sólo hay una persona.
Saludos.
Muy bueno, Occam.
Es el gobierno de la Anunciocracia. Hacer un acto para anunciar cualquier paparruchada tiene como único fin mantener a la masa “contenida” en una falsa sensación de bonanza.
Han llegado al punto de anunciar cuando la presidente va a hacer un anuncio. Leer en el periódico o escuchar en la TV “Hoy la presidente hará un anuncio”, es el súmmun de la anunciocracia.
Es el anuncio del anuncio del anuncio. En concreto, nada.
María:
Con tanto anuncio del anuncio del anuncio... y tanta Shakira últimamente en la Argentina, y en la gira por América Latina, etc. etc., se me vino a la cabeza esa letra que decía "Ay te aviso y te anuncio que hoy renuncio / A tus negocios sucios".
No sé por qué, asociación libre quizás. En fin, que aquí cada vez anuncian más y ya nadie renuncia, y todo renunciamiento exigido por las circunstancias es hacia il popolo.
Un cordial saludo, y gracias por su comentario.
Gobernar es anunciar.
Hablando en serio, para esta gente la gestión de gobierno es algo casi menor, sólo relevante para poder disponer de dinero y publicidad en la próxima elección..
Nos debe, estimado Occam, algún post referido a la A.U.H., ese gran caballito de batalla kirchnerista, con el que creen haber encontrado la piedra filosofal (pese a que la autora del proyecto original era Carrió si mal no recuerdo), y al mismo tiempo, haberse vestido para siempre con el ropaje de los santos en vida.
Su mensaje extorsivo se va perfeccionando: ¿Cómo vamos a ser malos si las sufrientes Hebe y Estela nos adoran? ¿Cómo vamos a ser malos si combatimos a "los poderosos"? ¿Cómo vamos a ser malos si hacemos el "esfuerzo" de brindar la AUH? Etc, etc.
Estimado Medrano: Ha elegido usted una buena fecha para su último comentario, el que por el presente respondo. Llegará alguna vez la proclamación oficial de "el día del subsidio", y miles de clientes poblarán la 9 de Julio para vitorear su dependencia. Porque... ¿a quién se le ocurrió que la libertad era la fundamental y unánime aspiración humana?
En fin, de la AUH mre ocupé hace casi exactamente un años, este post, y más estructuralmente, volví sobre el tema recientemente en este otro artículo, que asimismo se complementa con este último. Es por ahora todo lo que voy a decir sobre el asunto, aunque reconozco que hay mucha más tela para cortar.
Un abrazo.
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