jueves, 25 de septiembre de 2008

Nos cortaron las piernas

Hace 35 años que la organización Montoneros puso fin, en artero homicidio, a la vida de José Ignacio Rucci, Secretario General de la CGT y el hombre de mayor confianza de Juan Domingo Perón. A partir de allí el drama argentino se precipitó. La salud del Presidente de la República se deterioró aceleradamente, el encono fratricida comenzó a ser insalvable, incluso para la sabia mediación del viejo líder, y a su muerte previsible le sucedería el caos que aún perdura, más allá de cualquier espejismo de institucionalidad y autocomplacencia.


El magnicidio fue bautizado irónicamente por sus perpetradores como "Operación Traviata", en alusión a los 23 impactos de proyectiles recibidos por la víctima, en coincidencia con los "agujeritos" de una conocida galletita de agua, muy promocionada por la época.

Un oficial de Montoneros, proveniente de las marxistas FAR, Jorge "Cachito" Lewinger, dijo al respecto: "No lo firmamos porque no éramos boludos. Era un mensaje a Perón, pero no lo podíamos firmar para no darle la excusa de borrarnos del mapa. La intención fue que él supiera que fuimos nosotros, pero no hacerlo público" (Ceferino Reato, Operación Traviata, Sudamericana, 2008, p. 176).
Antes que esta reciente obra, ya Eugenio Méndez, en una impecable investigación que culminó en su libro Confesiones de un Montonero, había acreditado sin lugar a ninguna duda la autoría de esa organización en la masacre, y había situado en la escena protagónica, entre otros, a Roberto Cirilo Perdía (luego indultado por Menem, y actual socio político de Quebracho a través del movimiento "Patria o Muerte"), y en la usina ideológica y logística, al jefe del área de inteligencia, el marxista Rodolfo Walsh y su adláter (hoy periodista, y en 1979 colaborador de la Fuerza Aérea) Horacio Verbitsky.

Perdía hoy. Foto: Página 12.

Aprovechando la ocasión de este aniversario, y en memoria de José Ignacio Rucci, vayan los siguientes fragmentos de Juan Domingo Perón. Entre corchetes, la fuente de la que proceden.

Hay que pensar que yo puedo desaparecer, que por el momento soy el elemento de aglutinación de los peronistas. Es necesario que eso se reemplace con un sentido de solidaridad peronista; solidaridad que ha de asegurar la cohesión que, en muchos casos, es lo que está faltando en el actual Movimiento.

Cuando se llega al gobierno, ya los votos no sirven para gobernar; para ello se necesitan hombres capaces y organización.

Porque la política está constituida por dos procesos: para llegar, es un proceso cuantitativo; para gobernar, cualitativo. Con hombres solamente tampoco se llega, aunque sean muy capaces todos, porque si no hay unidad de concepción y de acción, aunque todos sean muy sabios y muy capaces, terminarán a los sillazos, como a menudo sucede.

Eso lo ha logrado nuestro Movimiento desde los primeros días. Es decir, hemos llegado a tener un Movimiento con unidad de doctrina, con unidad ideológica y que durante treinta años ha subsistido firme en las premisas fijadas cuando nos echamos a andar. Sólo que hoy hay algunos que se dicen peronistas, que no piensan como pensamos doctrinariamente los peronistas de siempre.

Los movimientos populares y masivos como el nuestro no pueden ser sectarios. El sectarismo es un factor de eliminación y es poco productivo cuando en un movimiento de masas se comienza prematuramente a eliminar a aquellos que no piensan como el que lo forma. Vale decir, resulta necesario ver esa enorme amplitud, sin ningún sectarismo.

Los sectarismos son para los partidos políticos, pero no para los Movimientos Nacionales como el nuestro. Pero todo tiene su límite. Es indudable que no es suficiente con que yo diga que soy peronista para que todos crean que lo soy, porque en este sentido lo que uno dice no tiene el valor de lo que uno hace; y pensamos que dentro de nuestro Movimiento, desde siempre, para conocer a un cojo lo mejor es verlo andar.

Ya manifesté que siento una profunda admiración por la juventud, pero es preciso que esa juventud, al incorporarse a nuestro Movimiento, no pretenda tomar la dirección y conducción del mismo. Somos muchos y tenemos mucha experiencia, como para entregarnos a la improvisación que bien puede conducirnos a un fracaso. Doctrinaria e ideológicamente nosotros no hemos tenido jamás un fracaso. Por eso hemos resistido siempre. La juventud será maravillosa si incorpora nuestra experiencia. Si hace caso omiso a esa experiencia que nos ha costado mucho adquirir, puede producirle al Movimiento muchas lágrimas en el futuro.

No olvidemos que estamos en el gobierno, que tenemos una oposición tranquila en los sectores políticos, aviesa y enconada en los sectores que ocultamente trabajan contra nosotros, algunos de ellos dentro del propio Movimiento, que son los más peligrosos, y otros fuera de él. A todos ellos debemos desenmascararlos.

Y para combatir la capciosidad o el error, no hay nada mejor que exponer una verdad con toda la claridad necesaria, ya que la verdad suele hablar siempre sin artificios.

Lo que no puede cambiar es lo que desde un primer momento hemos establecido como la gran línea directriz de nuestro Movimiento, de la cual no debemos apartarnos, pues si nos apartamos, no somos peronistas, sino de cualquier otra tendencia.

[Discurso ante el Congreso Nacional Justicialista, Teatro Cervantes, 24 de mayo de 1974]

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"No podemos permitir que se pretendan meter adentro de nuestro Movimiento ideologías y doctrinas totalmente extrañas y antagónicas a nuestra manera de sentir y apreciar. Van a haber muchos que se metan en el partido diciendo ¡Viva Perón! y lo que están pensando es ¡Que se muera Perón!” “…Todos esos que hablan de la Tendencia Revolucionaria, qué es lo que realmente quieren hacer con la Tendencia Revolucionaria. Quien esté en otra tendencia diferente de la peronista lo que debe hacer es irse…

[Discurso de marzo de 1974]

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Nunca me he explicado cómo un inmoral en otros aspectos pudo haber sido elegido dirigente, porque el que carece de moral representa siempre un peligro latente en cargos de responsabilidad. Lástima grande que esta clase de alimaña deba quedar sin una sanción ejemplificadora.

No podemos dejar de reconocer, queridos compañeros, que si el mal ejemplo cunde, no pasará mucho tiempo sin que la escuela de los traidores sea la regla de los que anhelan enriquecerse aunque sea a costa de la desgracia de todos los compañeros.

[Nota enviada a Carlos Pereyra, fechada en Madrid el 25 de junio de 1967]

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“Todos tenemos el deber ineludible de enfrentar activamente a esos enemigos si no queremos perecer... Nosotros somos justicialistas, no hay rótulos que califiquen a nuestra doctrina y a nuestra ideología. Los que pretextan lo inconfesable, aunque lo cubran con gritos engañosos o se empeñen en peleas descabelladas, no pueden engañar a nadie. Los que ingenuamente piensen que así pueden copar nuestro movimiento o tomar el poder que el pueblo ha conquistado, se equivocan. Ninguna simulación o encubrimiento, por ingeniosos que sean, podrán engañar. Yo soy peronista; por tanto, no soy marxista".

[Mensaje televisivo de junio de 1973]

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"Cuando les recomendé que ajustasen sus organizaciones porque venían tiempos difíciles, no me equivoque ni en la apreciación de los días que venían, ni en la calidad de la organización sindical, que se mantuvo a través de 20 años, pese a estos estúpidos que gritan".

[Discurso del 1º de Mayo de 1974, Plaza de Mayo]

28 comentarios:

MM dijo...

A estos de boludos no les gana nadie, si era un mensaje que no podían firmar, para qué lo mandaron???

jovenes idealistas...

Destouches dijo...

Occam:

¿Puede ser que varias de las citas del General aparezcan con caracteres extraños, tipo jeroglífico? Hackeo?

José Luis dijo...

Mortal el último párrafo. Lo leía y se me ponía la piel de gallina porque lo iba escuchando de memoria a medida que lo iba leyendo. Fui a Youtube y, claro, ahí estaba.

No, si el Yenerál se levantara, los cagaría a trompadas a todos estos inútiles, a estos estúpidos que siguen gritando, y los volvería a echar al carajo.

JL

Hegeliano dijo...

Amigo Occam, impecable, hoy recordaba cuantos estan buscando asesoramiento legal, asi que en principio tres, Gullo Perdia y el columnista oficial Verbitsky.

Ahora un mensaje para el amigo Destouches, viejo haga honor al sitio del Occam, no piense en hackers, piense en juegos de caracteres erróneos.

No conozco todavía alguna vulnerabilidad de blogger, las debe haber, pero tanto tiempo y esfuerzo no valen la pena, los muchachos prefieren chorear una cuenta de Mónaco antes que joder a unos idealistas protestones.

Occam dijo...

Es cierto. El problema de cortar y pegar desde Word. Juro que estaba todo en Georgia cuando edité. Desde esta máquina qwue estoy ahora no puedo hacer gran cosa. Deberán esperar a mañana.
Saludos!

Occam dijo...

Ya está. Me llevó como 20 minutos, cambiando cada vez que encontraba la palabreja "webdings" (o sea, todos esos caracteres abstrusos), por el tipo de letra originalmente elegido. Espero que vuelvan y lean lo que faltó.

Ahora paso a contestar:
Mr. Groncho: Evidentemente, no eran ninguna luminaria. Su vocación criminal superaba largamente cualquier maniobra política o maquinación estratégica o urdimbre intelectual.

Gracias, José Luis, por la evocación. Por momentos el General dijo cosas que el tiempo dotó de ribetes proféticos (lamentablemente para nosotros, los que fuimos y somos de palo en todo esto).

Tiene usted razón, Hegeliano. La única "vulnerabilidad" que yo he comprobado es que a veces al sistema le cuesta entender, cuando textos procedentes de otro origen son modificados, en tipo de letra, tamaño, color, etc. Hoy andaba corriendo, así que posteé y me fui, aunque en mi máquina estaba todo bien, en el breve pantallazo que le di. Pero no creo que haya nada raro, sino simplemente esa silenciosa y discreta conspiración de la máquina contra el humano, su creador.
En cuanto a los "asesorandos", le agrego a Vaca Narvaja, y no sé si me excedo si los nombro a Garré y a Bonasso... Yo creo que no.

Bugman dijo...

Me gustaría aunque sea verlos transpirar un poquito a esta manga de ex iluminados que ahora mean agua bendita.
Me gustaría que la gente escuchara quiénes fueron realmente algunas de las "víctimas" impolutas.
Me gustaría que se hicieran cargo de algo, por una vez.

Hegeliano dijo...

Me imagino que alguien habrá visto a Kunkel construyendo el relato, echándoles las culpas del asesinato de Rucci a Grondona y a los bombardeos de la plaza del 55, razonando, que, como de ahí nace la violencia política, para adelante todo esta legitimado.
Pedazo de animal.

piscuiza dijo...

Cuando se llega al gobierno, ya los votos no sirven para gobernar; para ello se necesitan hombres capaces y organización.

Aouesto doble a sencillo que esta frase del Pocho no se atreven a citarla en uno de los tantos "Actos de Inauguración de la Nada Misma" que tanto deleitan a la Sra.
Hoy ando algo melancólica y se me da por pensar qué hubiese sido del país si algunas cosas se hubiesen dado de otro modo, la pucha...
Saludos

Occam dijo...

Bugman: ¡Qué puedo más que compartir plenamente sus aspiraciones!
Mi más cordial saludo.

Occam dijo...

Hegeliano: Kunkel fue expulsado del Movimiento Nacional Justicialista en vida de Perón, cuando era uno de los diputados de la "tendencia" que tuvo la famosa entrevista televisada en Gaspar Campos, en que el General los sacó rajando.
Creo que a partir de eso, no tiene autoridad moral, primero, para decirse peronista, segundo, para figurar en una lista de diputados del PJ, tercero, para representar al peronismo en el Congreso, cuarto, para hablar de lo que habla.
¿Pero de qué mierda hablo yo? ¿De autoridad moral? Occam, a quién le ganaste, gilazo.

Occam dijo...

Piscuiza: Creo que yo también hoy me siento nostálgico. Demasiadas cosas que remover. Revisitar los viejos afectos que ya no están (quizás nunca estuvieron; tal vez fueron sólo el sueño de un pasado mítico e irreal).
Y lo que transcribe del General es dolorosamente cierto. Las elecciones, la llegada al poder, son un hecho cuantitativo. El ejercicio del gobierno es un hecho cualitativo.
Hay que recordarlo, sobre todo para aquellos que justifican cualquier atropello invocando una legitimidad en las urnas que pierden en el ejercicio por incapacidad, incompetencia, mala fe, estulticia, etc.
Mis cordiales saludos.

Gabriela dijo...

leyendo lo de los estupidos que gritan me acòrdè de los de la coRRRRneta....

A LA final tenía razòn la cristi cuando dijo que la historia se repite en paso de comedia.

Hay un columna en la nacion sobre el tema que es por demas interesante que cuando la encuentre le juro que se la dejo por acà para que la tenga a mano... ahora se me traspapelò.

Qué lindo leerlo!

Occam dijo...

Gracias, Gabriela. Qué bueno tenerla por acá. Ya se la extrañaba por estos aciagos pagos. De gritos y cornetas, y también de Clarines, ya está la Argentina hasta las tetas. Y salió en versito, mire usted.
Mi más cordial saludo.

Destouches dijo...

Impecables las citas, Occam, que reflejan con toda elocuencia una característica esencial del Movimiento Nacional Justicialista, que paradójicamente es fuente de muchos malentendidos (por ejemplo, para el común de ignorantes que supone que el peronismo es de izquierda, simplemente por haberle dado la importancia que tenía a la cuestión social). El peronismo no es un partido, en el sentido como estamos habituado a entender estas organizaciones, es decir, como partidos de clase. Históricamente, aun a riesgo de incurrir en generalizaciones, la derecha (al menos en su versión liberal) tiende al conservadurismo, porque representa los intereses de las clases altas, acomodadas, mientras que la izquierda (que nace con el jacobinismo y que luego se torna marxista en todas sus expresiones, más allá de que ahora los partidos de izquierda se hayan dado un baño de lavandina) apunta a privilegiar los intereses de las clases bajas, pero para conseguir que éstas desalojen a las otras y alcancen el sitial de privilegio que les permita expoliarlas.

En un caso y en el otro, siempre son intereses de clase los que se atienden, siempre dentro de la lógica perversa de la lucha de clases, que es un planteo marxista, pero cuyos orígenes se remontan a la revolución francesa, cuna también del liberalismo.

Falta la visión de conjunto, encontrar aquellos elementos que permitan unir y no dividir, indagar en la unidad de historia y de destino que tiene que tener una comunidad para ser tal y no cualquier otra. Tender a un destino común de grandeza, que permita superar las rencillas domésticas en pos de objetivos superadores. Estos objetivos se disciernen esencialmente en la arena internacional, y por eso, para Perón, la política internacional es la verdadera política. Ahora bien, lógicamente, hay condiciones mínimas, básicas, para la unidad y una de ellas, esencial, es la justicia social. Ésta significa, básicamente, la integración de las masas populares a la vida de la nación, poner en movimiento un órgano que estaba en desuso.

Ese es el planteo justicialista, en el que, por lo tanto, no pueden caber los sectarismos, propios de los partidos políticos de clase. En última instancia, se trata de un planteo nacionalista, como otros que han existido en el siglo XX.

Una característica de Perón, empero, es que (conocedor de las tristes experiencias de su época) ha tenido la suficiente habilidad y tino para eludir la provocación de sus enemigos y evitar la guerra civil a la que quisieron arrastrarlo. Ese es el sentido de su renunciamiento en el 55 (y no la cobardía, como lo acusan sus enemigos) y, posiblemente, si hubiera vivido algunos años más podría haber evitado la guerra que los imberbes se salían de la vaina por desatar.

Nicolás Lucca dijo...

La Palabras del General. Magia Pura.

Occam dijo...

Gracias, Destouches, por su impecable comentario. Acertadísimo el concepto de la Revolución Francesa como matriz de la idea de la lucha de clases. Efectivamente, fue la lucha en la cual el Tercer Estado (la burguesía) desalojó del poder social a los otros dos Estados (la nobleza y el clero). Como la pretensión burguesa no era sólo alzarse con el poder, sino totalizarlo, destruyó los demás estados, aburguesó a la sociedad a través del individualismo y por ende aniquiló los cuerpos estamentales (cuestión que generará el desvelo de todos los sociólogos no marxistas de la bisagra entre los siglos XIX y XX, para ver cómo resolver el caos generado en un siglo de destrucción del tejido social).
Marx, como fiel y ultra ortodoxo producto del pensamiento liberal burgués, no sólo no puede ni quiere salirse de esas categorías, sino que tiende a acentuarlas hasta el despropósito: toda su teoría de la plusvalía y de la alienación del trabajo se sustenta en la economía liberal clásica; y toda su teoría de la lucha de clases se sustenta en el planteamiento de un "cuarto estado", el proletariado, corriendo una vez más la mira del sujeto protagonista de la historia, pero manteniendo y agudizando los objetivos igualitaristas, indiferenciantes, para lograr poner fin, a través de un escalamiento del conflicto a los niveles más corrosivos, del conflicto mismo.
Como acertadamente ya se ha señalado, en el fondo se trata de la oposición entre las teorías que consideran que la sociedad es un ente artificial, y por tanto el conflicto también lo es, y puede ser eliminado; y las teorías que consideran que la sociedad es un ente natural que coexiste con el hombre desde su misma concepción, y por tanto el conflicto es también natural, y debe ser controlado, canalizado, morigerado, asumiendo su inevitabilidad. Las primeras que he enunciado nacen del racionalismo y se canalizan a través de las teorías del contrato social, desembocando en las utopías (desde Thomas Moore a Rousseau y Marx), que no son otra cosa que una perspectiva de paz final, que huele mucho a la paz de los sepulcros, puesto que la supresión definitiva de los conflictos sociales presupone la supresión definitiva de las particularidades, las diferencias, de lo que hace a los seres humanos ser lo que son.
Las segundas han sido enunciadas orgánicamente por primera vez por Aristóteles, y han encontrado eco en el siglo XX en los sociólogos más notables, fundamentalmente, Durkheim, Weber, Simmel y Pareto.
Más filosóficamente, la oposición implícita, es entre amar al mundo y odiar al mundo, y usted sabe a qué me refiero.

En cuanto al renunciamiento de Perón, recuerdo una anécdota que, porque cito de memoria, no debe estar en el original en estas exactas palabras. Parece ser que un colaborador de Perón, ya en el exilio, o en el trance del exilio, le reprochó al General el no haber presentado resistencia al golpismo con estas palabras: "Si yo hubiera sido Perón, los hubiera combatido", a lo que Perón le respondió: "Y si yo hubiera sido usted, también los hubiera combatido".
Con esto quiero decir que el estadista, el líder, debe ponerse por encima de los hombres, y sobre todo, del mismo hombre que lo constituye, para ver más allá, en el curso del supremo interés del pueblo.

Mis cordiales saludos.

Occam dijo...

Bruno: ¡Cuánto tiempo sin saber de usted! Una alegría tenerlo de vuelta por acá.
Mis cordiales saludos.

republica dijo...

Todos los jefes estuvieron de acuerdo : "Pepe", el "Negro", "Nicolás" (nombre legal: Fernando Vaca Narvaja), "Marquitos" (nombre legal: Marcos Osatinsky). Luego se sumarían los apoyos de Roberto Cirilo Perdía (NG : "Pelado Carlos"), Norberto Habbeger (NG : "Cabezón"), Norma Esther Arrostito (NG: "Gaby"), María Antonia Berger (NG : "Anita", Horacio Mendizábal (NG : "Vasco") y Rodolfo Galimberti (NG : "El Loco").
El blanco elegido : el Secretario General de Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), José Ignacio Rucci.
El motivo : desafiar al general Perón y mostrarles que la banda armada existía y que de ahí en más debía "negociar" con ellos.
La "política del hecho consumado", le llamaban, cínicamente. Nadie olvida que muchos de estos homicidas han sido funcionarios protegidos de Carlos Menem y Eduardo Duhalde. De la misma manera, notorios miembros del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) fueron integrantes del gobierno radical de Raúl Alfonsín...
Previamente, el Jefe de la Regional I de la JP (organismo de superficie de la banda armada Montoneros), Juan Carlos Dante Gullo (NG : "Canca") había comenzado una tarea de acción psicológica, pues había ordenado a sus integrantes que se pintaran consignas y que las repitieran en voz alta en los actos. Dicha consigna era breve, pero siniestra : "Rucci, traidor, a vos te va a pasar lo mismo que a Vandor".
Los "jefes" dispusieron que la "acción militar" contra el dirigente obrero debía concretarla la "Columna Capital" de Montoneros. Dicha "Columna" estaba integrada por los siguientes "oficiales" : Jefes eran Horacio Mendizabal, Roberto Cirilo Perdía y Norberto Habbeger (todos ellos miembros de la CN) y Francisco Urond (a) "Paco". "Subjefes" : Juan Julio Roqué (NG: "Lino"), Lorenzo Konkurat, Julio César Urien (ex guardiamarina) y Lidia Mazzaferro. "Nexos" con las organizaciones de superficie fueron Norberto Ahumada (NG: "Beto"), Juan Carlos Dante Gullo, Luis Roberto Lagraña y Miguel Angel Ponce.
Las tareas de "inteligencia", que les demandaron aproximadamente cuatro meses a los homicidas, estuvieron a cargo de Antonio Nelson Latorre (NG : "Pelado Diego") y Rodolfo Walsh (NG : "Esteban"). Ambos "oficiales de inteligencia" de Montoneros. Contaron con la "colaboración" de los muchachos de la JTP de FOETRA (gremio de los Telefónicos), para pinchar los teléfonos y munirse de ropa de técnicos y credenciales.
La planificación la llevó adelante Francisco Urondo (NG : "Paco") -Subsecretario de Cultura de la provincia de Santa Fe durante la gestión de Carlos Sylvestre Begnis, Roberto Cirilo Perdía (NG : "Pelado Carlos"), Horacio Mendizábal (NG : "Vasco"), NG : "Pippo", Juan Julio Roqué (NG : "Lino") y NG : "Sebastián".
Para oficiar de fusilero se seleccionó (Conducción Nacional mediante o Carolina Natalia, según el argot montonero) a "Lino", quien había cumplido similar tarea en el asesinato del General Juan Carlos Sánchez -comandante del II Cuerpo de Ejército- el 10 de abril de 1972, de acuerdo a la delatora guerrillera Graciela Yofre.
Roberto Cirilo Perdía (alias) "Pelado Carlos" utilizó una Itaka y "Lino" un FAL. Hubo otros, pero que hacían la operación de distracción. Los disparos efectivos que mataron a Rucci partieron indiscutiblemente de las armas de estos dos, que tenían la mejor visión de tiro.
Antes de las elecciones que darían el triunfo a la fórmula Perón-Perón, los directivos de la banda armada se reunían en la avenida Rivadavia 9070 de la Capital Federal, sede de la Secretaría Política de Montoneros, donde ponían a punto los detalles del ataque al secretario sindical.
Mientras tanto, José Ignacio Rucci disfrutaba del triunfo popular, al cual él tanto había contribuído, y repasaba en la piecita que estaba en la terraza del local de la CGT, el mensaje que en nombre del Movimiento Obrero Organizado, iba a leer el 25 de septiembre en canal 13 de televisión, y que entre otras cosas decía :
"Ahora el fragor de las luchas ha pasado a convertirse en historia. La realidad de nuestros días es la unión, el trabajo y la paz. Por primera vez en 18 largos y sacrificados años se ha expresado sin limitación alguna, con absoluta soberanía, la voluntad popular".
*Detalles sobre la operación de Montoneros que terminó con el ex líder de la CGT y sospechas que recaen sobre la posible "protección" con que contara en su oportunidad el "Canca" Dante Gullo.
PUBLICADO POR SEPRIN.COM
(desconozco la verosimilitud de los hechos narrados, no obstante y por si Ud. Occam no los tenía, se lo envío y sacará Ud. sus propias conclusiones.

Occam dijo...

Gracias, República. Coinciden absolutamente con la investigación que realizara Eugenio Méndez. Tan sólo puedo agregar que el nombre de guerra de Konkurat era "Monra".
La ropa de empleados telefónicos la usaron para meterse en la casa de los Rucci, aprovechando la ingenuidad de su suegra, y pincharle el teléfono. Así supieron cuándo la futura víctima iría a visitar a su esposa y a sus pequeños hijos, ya que hacía tiempo que estaba viviendo oculto y protegido, porque se sabía que Montoneros lo quería matar.
Asimismo, alquilaron un departamento en el primer piso del edificio inmediatamente contiguo a la casa de Rucci, de cuyo balcón le dispararon. Montoneros pensó que Rucci andaba en un Torino rojo blindado, y por eso tomó todos esos recaudos. En realidad, el vehículo no estaba blindado, con lo que lo podrían haber ametrallado en cualquier esquina, prescindiendo de la macabra escena en la vereda de la casa en que habitaba la familia.
Claro que esos detalles, por aquellos tiempos, a los jóvenes idealistas los tenían sin cuidado.

Walsh, agente secreto del gobierno cubano, también participó junto al EGP (Ejército Guerrillero del Pueblo) del homicidio de Augusto Timoteo Vandor, el que después intentó justificar a través del inexacto libro "¿Quién mató a Rosendo?". El custodio de Vandor era Armando Cabo, padre de Dardo, un nacionalista fundador del MNA que en los '70 se sumó a Montoneros.
Cosas de la vida en la Argentina trágica.
Mis cordiales saludos, y muchas gracias por la información acercada.

republica dijo...

El departamento de informaciones e inteligencia de montoneros era conducido por el escritor y agente cubano Rodolfo Walsh; que a su vez respondía a la secretaría militar cuyo jefe era el "capitán" Marcelo Kurlat (alias el "monra") casado con Inés Carazo (alias Lucía); Marcelo Kurlat uno de los fundadores de las FAR (Fuerzas armadas revolucionarias)y , como ya dijera, jefe militar de montoneros, es quien indica cómo hacer detonar la poderosa bomba tipo vietnamita en la Superintendencia de Seguridad Federal de la Policía Federal Argentina el 2 de julio de 1976, que provocara 90 víctimas 30 de ellas mortales.
Estimado Occam, mañana lo invito a pasar por mi blog, (preferentemente por la tarde) ya qu publicaré un trabajo sobre este luctuoso atentado.
Cordial saludo!

Occam dijo...

Trataré de estar por allí, República. Si no puedo, de seguro lo haré el lunes. Muchas gracias por la invitación (y por la aclaración).
Mis cordiales saludos, y muy buen fin de semana.

Mensajero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mensajero dijo...

Occam, la idea que me queda de las citas, y de los comentarios, es la de un peronismo integrador.
Y no es poca cosa para un hijo de familia gorila como yo.
A la vez, tratando de conciliar el resultado de la evangelización que he recibido gustoso de distintos y muy diferentes bloggers peronistas, con la transmisión familiar del padecimiento sufrido por la coerción para la aceptación de una doctrina, intuyo que de ahí tal vez pueda venir la percepción que Destouches señala como confusión: la de identificar el peronismo con el marxismo, en tanto que en su discurso, parece heredero de la linea jacobina.
Pero entiendo que considerar al peronismo un artificio sería de una mirada limitada, ya que ningún otro movimiento o partido podría hacer gala de una práxis semejante.
A veces creo que las diferencias que impiden su aceptación son estéticas:
¿cómo tolerar una mitología que tiene por héroe al trabajador?
A la vez...me parece que el marxismo triunfó no como farsa si no como ironía, en tanto que el materialismo vació nuestros corazones de espíritu y el gran artificio del espectáculo logró convertir la palabra en mercancía.
Un gran saludo, mencionó sociólogos que no conozco y que iré a conocer.

Mensajero dijo...

Perdone el atrevimiento por la guitarreada; ningún estudio detrás de todo lo que escribí, solo ideas que me disparó la lectura, pura y juguetona especulación..

piscuiza dijo...

Quisiera creer como leí en el último mensaje que el rechazo proviene de la estética. Si así fuese le ponemos a las enfermeras carteritas imitación Vuitton.
Pero creo que el peronismo hace mucho se desperonizó y perdió su doctrina en algún recodo, por eso vemos el triste espectáculo que vemos hoy, con Kunkel como el primer trabajador, los Kirchner como los pobres perseguidos de los 70 o Gullo poniendo cara de patriota de la primera hora.
No hay caso, sigo nostálgica y ya ni se de qué, si sigo así me termino afiliando al radicalismo como acto de rebeldía y le prendo velas a Santa Lilita.
Saludos

Occam dijo...

Gracias, Mensajero, por su sincero comentario. El peronismo fue un movimiento y no un partido (el PJ, y primitivamente el P. Laborista, fueron sólo herramientas electorales). Como movimiento, entonces, tal como lo señala la misma palabra, fue dinámico y antidogmático. Es decir, se fue construyendo a través de la interacción con las necesidades y condicionantes de la realidad.
El peronismo primitivo sí fue más totalizante, como solían serlo todos los movimientos políticos de la época, de izquierda y de derecha. Pero luego evolucionó como evolucionó Perón, sobre todo a partir de la sabiduría que otorga la adversidad. Por eso es que rescato sobremanera al último Perón, el león hervíboro, el que sólo confiaba en Balbín (como le instruyó en sus últimas horas a Isabelita), el que postuló la concilación nacional, el que ya no hablaba para los peronistas sino para los argentinos. El que venía dispuesto a perdonar a todos quienes lo traicionaron, con una única condición: deponer las armas, dejar las inquinas y los resentimientos de lado. Ése es el límite que él mismo señala y que pone a Montoneros fuera del tablero político.
El peronismo sufrió muchas muertes, en los 2 bombardeos a la Plaza de Mayo, en las persecuciones y fusilamientos sin juicio, en la demolición a cañonazos del edificio de la ALN, con 600 personas dentro (hecho silenciado por la historia, y que ha traído a la memoria recientemente Américo Rial). Sin embargo, el mensaje del general era de concordia, de apaciguamiento y de construcción; antitético con el del entrismo marxista que queria fomentar y usufructuar el revanchismo.
Respecto del peronismo como jacobinismo, yo disiento, esencialmente porque el ideario de Perón era antiliberal, prohispánico, más cercano a la idea del imperio que a la del Estado-nación. Ya he abordado sucintamente esa cuestión en algún comentario al post sobre Carlos V. La retomaré próximamente. El imperio es una forma política superior señalada por una unidad de destino, "por una empresa colectiva que supere todas las diferencias", como diría un español cobardemente asesinado.
El Estado-nación es una entidad politica material, no espiritual, geográfica e históricamente determinada, que tiende por su propia esencia a la homogeneidad.
Quizás el primer peronismo fue más nacionalista a la manera jacobina, pero esa posición, repito, se fue depurando con el curso del tiempo.
Ocurre que Perón, en los 18 años de exilio, evolucionó vertiginosamente, mientras el pueblo argentino involucionó, se adolescentizó, como ocurre muchas veces cuando alguien pierde a su padre demasiado pronto y no madura. El pueblo argentino todavía está esperando que Perón le diga qué tiene que hacer. Y Perón sólo vino a decile que ya está grandecito, y que por ende tiene que empezar a pensar por sí mismo, y con grandeza. Creo que fue bastante claro en cuanto a los consejos acerca de los procederes que dejó. Pero no podía alguien que estaba muriéndose dejarles (dejarnos) un instructivo preciso, puesto que ello contradiría la misma esencia adogmática y realista que fue conocida popularmente como "pragmatismo". El pueblo no necesita un profeta como Marx ni un Mesías como el Che. Necesita madurar y generar gobiernos idóneos y venerables.
Dos cosas cortitas antes de despedirme:
Cuenta una anécdota que un militar golpista del '55, apodado el "coronel Tú", fue a visitar a Perón a Puerta de Hierro, implorándole su perdón e inquiriendo cómo debía hacer para incorporarse al peronismo; a lo que el General respondió: "Coronel, usted me pregunta cómo hacer para entrar al peronismo, justo ahora que yo me estoy empezando a ir..."
Coherente con ello, su legado: "Mi único heredero es el pueblo". Que el pueblo entonces se haga cargo, y deje de buscarlo, o como oráculo, o como sumidero catártico de las culpas colectivas.
Muchas gracias otra vez. Un abrazo argentino.

Destouches dijo...

Occam:

Realmente soberbio su último comentario. Como usted señala acertadamente, el primer peronismo tiene una idea bastante totalizante, afín a los planteos de la época. Sin embargo, no tiene puntos en común con el jacobinismo, ni con su heredero el marxismo, por cuanto se opone a la interpretación clasista y materialista de éstos. La Comunidad Organizada es una elocuente muestra de lo que digo.