En un azaroso zapping nocturno, di ayer con el programa A Dos Voces, que gente malintencionada llama A Dos Sobres, dirigido por los incalificables Bonelli y Silvestre, el dúo dinámico de la complacencia y de lo anodino. Con la excusa dudosamente celebratoria de conmemorar los 25 años de democracia, estaban citados los exponentes de la nueva generación de políticos, que obviamente no podían ser otros que los vástagos de la vieja y nefasta generación, demostrando que el carácter corporativo de esa depreciada actividad está adquiriendo ribetes hereditarios, que enfatizan la afrenta a la representatividad y la igualdad de oportunidades hasta la exasperación. Estaban allí, en torno a la mesa, Santiago Cafiero, hijo de Juampi y nieto del siempre escurridizo Antonio (que superó airosamente una olvidable gestión como Ministro de Economía de Isabelita, una peor gobernación de Buenos Aires
Desde la primera ojeada a la pantalla de la tele me sentí incomodado. Evidentemente, no estaban allí para hablar de las “proezas” de sus padres, porque en tal caso, el dúo dinámico bien podría haberlos convocado a ellos, los auténticos próceres de esta última República (de hecho, uno de ellos ya tiene su busto, aunque no estoy del todo seguro…).
No, los tres muchachos (el alfonsinito no tanto, ciertamente, aunque es una eterna promesa de renovación y cambio) estaban convocados para hablar del futuro de la política, y de la democracia, que es su recipiente. Nos pudimos enterar así que el abnegado servicio al pueblo soberano también ha dado conchabo a otra generación de habladores, todos ellos muy disciplinados partidariamente, y colmados de lugares comunes hasta la exasperación.
Me pregunto si no hay políticos jóvenes, que comenzaron sus carreras en democracia, en dignas condiciones de ser convocados a exponer ideas más o menos ingeniosas y sensatas sobre el futuro de nuestro país y sobre la manera de desatar tantos nudos gordianos que la improvisación, la mala fe y la indolencia han puesto en el cordel del destino colectivo en estos 25 años bastante desgraciados, en términos de desarrollo humano, equidad, justicia, educación, seguridad, etc., etc.
Lo peor, es que creo que sí los hay. Lo que no hay es espacio para ellos, y para que se explayen de cara a la ciudadanía. Tal parece que la corporación mediática y la corporación política establecen una alianza a ultranza para cerrar los caminos de acceso a dos cenáculos que además se autodenominan “democráticos”. Los famosos cierres sociales por exclusión de los que hablaba Max Weber.
En estos 25 años de democracia, los políticos se han encerrado más y más en un círculo hermético de complicidades y “acuerdos programáticos” no siempre publicables, y el núcleo de coincidencias es tal que permite que las observaciones y críticas resulten irrisorias y que el gobierno de turno concentre cada vez mayores atribuciones voluntariamente delegadas. En estos 25 años de democracia, los medios se han convertido más y más en grandes empresas oligopólicas, en las cuales la libertad de prensa de los periodistas queda severamente restringida a las necesidades empresarias y los acuerdos con los políticos, y todo esto ha ocurrido con el amparo y la promoción legal de parte de los propios gobiernos, siempre temerosos de los efectos perniciosos de tres notas de tapa negativas consecutivas.
En fin, a estas alturas, es lo que hay: así se celebran en
14 comentarios:
Coincido absolutamente. Hay mucha frivolidad en el festejo del aniversario del restablecimiento de la democracia. Todo ello matizado con un autobombo insoportable de personajes que francamente han hecho bastante poco para que el sistema democrático sea fortalecido y, en última instancia, defendido.
Destouches: Los personajes del autobombo más vale han hecho lo imposible por desacreditar al sistema democrático (del cual más de dos terceras partes de la población hoy descree abiertamente), pero a la par han logrado abroquelarse en una elite cerrada de carácter oligárquico, que se autoprotege y que veda el acceso y la participación a la ciudadanía.
Muchas gracias por su comentario, y mi más cordial saludo.
A mí me desagrada el concepto "25 años de democracia".
En el mejor de los casos puedo tomarlo como una expresión de deseos, una declaración de la voluntad de impedir cualquier intento de interrupción del orden democrático, un "ahora sí va en serio"....pero a mi me suena como la negación de todos los períodos democráticos previos, como si hubiéramos fundado la nación en el 83.
Y si se trata de tomar el Proceso, como un punto bisagra, como el escalón más bajo al que podríamos haber llegado no me parece que sea la manera.
Mensajero: Está claro: 25 años de democracia ininterrumpida. Por eso hablo de ésta como de la última República, y espero que sea sólo en el sentido temporal, aunque no estoy seguro. Los europeos tienen la costumbre de bautizar con números los distintos procesos de organización política (2da. República, 5ta. República). Es innegable que Argentina ha tenido etapas diversas y definidas de organización. Esta última me parece la más berreta y vulgar.
Mis más cordiales saludos.
Detesto a Bonelli!
No me pregunte por qué, pero yo a veces hago zapping para ver a quién tienen de invitado; pero debo confesar que ese día no mirá más de cuatro minutos.
Siempre me pregunto por qué a Ricardo le dicen Ricardito, con lo bochornoso y humillante que es usar diminutivos para referirse a un hombre grande, o es a propósito?.
El ¿festejo? de los 25 años de democracia me pareció patético. En un canal cobertura en vivo del mitín de la coordinadora, en otro el tuerto K haciendo uso de su poco feliz verba, tratándonos por enésima vez a todos de tarados o golpistas, los nenes de papá tratando de ver si pueden convertirse en lo que no fueron, no son ni serán.
Si esos eran los festejos, prefiero retirarme de la fiesta subrepticiamente sin que se note mucho, me voy chiflando bajito y me tomo un vino con los muchachos de la esquina.
El valor de la democracia es otro y ninguno de estos demócratas de ocasión puede enseñarlo.
Por qué Bonelli esta cada día más gangoso? Alguien que lo mande a una fonoaudióloga YA!
Saludos
Piscuiza: Y Silvestre cada día se come más las "s" del final de las palabras, para hacerse el campechano. Bonelli se querrá hacer el tarado, que es más fácil que intentar parecer inteligente.
En cuanto a su solución a tanta fiesta berreta, me recuerda una parte de "La Rubia Tarada" de Sumo: "¡Basta! Me voy rumbo a la puerta, y de ahí a un boliche a la esquina a tomar una ginebra con gente despierta". En fin, creo que la forma más democrática para festejar este cuarto de siglo es en discreto recogimiento y reflexión.
Mi más cordial saludo.
Occam, usted se la buscó, el zapping no es excusa, la perplejidad tampoco.
Es como que me diga que pasaba cerca de Atucha y se metió en la sala del reactor.
La próxima vez que quiera autoflagelarse, peguese un martillazo en la mano del control remoto. Es más saludable a largo plazo.
Abrazo.
G. Max: Gracias por el consejo. Es bien cierto lo que usted dice. El dedo pulgar de la mano del control remoto tiene una tendencia bastante enfermiza de conducirme siempre a los mismos nocivos lugares.
Mi más cordial saludo.
Jajaja, es cierto lo que dice G Max, por qué tenemos esa inclinación a mirar programas que detestamos? Me lo pregunto siempre que llevo ocho o nueve minutos de Bonelli ininterrumpidos o después que insulté tres veces a las tías y abuelas de Biasatti.
Por las dudas voy a poner el martillo cerca.
Saludos
Por eso suelo aprovechar las expresiones “Dirigencia Establecida”, en el sentido de sus integrantes, y “Régimen”, en el sentido de su organización. ¡Hay que romper todo! (no me crea).
¿Puedo preguntarles dos cosas, Occam? Estas cosas:
1. ¿Qué significa Occam?
2. ¿Cuál es el motivo de los lobos en la denominación de este blog y en los detalles de la columna lateral del mismo?
Claude, no se lo diga a nadie, pero Occam es Sean Connery.
Claude: Usted comprenderá que, al igual que lo que ocurre con la fórmula de la Coca-Cola, no puedo revelarle esos detalles. Bueno, en realidad, sí. Ya lo he expresado en otra ocasión.
Occam por uno de los más brillantes defensores del Nominalismo.
Los lobos, por la definición de Hobbes. El corral vendría a ser la sociedad, la polis.
Y la loba, además, es la madre de Roma.
Ah, Caperucita es Mónica Bellucci, que no necesita de mayores comentarios.
Todo eso, y algunas otras cositas.
Mi cordial saludo.
Qué bien que se me ocurrió comentar en este post y no en el siguiente, porque de esta manera me enteré, gracias a la curiosidad de claude, de las razones de su nombre y del corral de los lobos.
En cuanto a los 25 años de democracia, ayer, justamente hablábamos del tema con mi familia y yo les decía que esta, nuestra democracia, no merece aún una celebración. Demasiado imperfecta, demasiado sucia.
¿Qué otro sistema mejor que la democracia? Una democracia en serio.
Saludos!
Estrella: Coincido plenamente. Mejor que "esto", siempre será una Democracia (salvo que consideremos que la definición de la forma de gobierno se agote en el voto universal, secreto y obligatorio, obviando el voto libre, no condicionado, meditado, reflexivo; y del otro lado, ciertas condiciones de idoneidad para ser candidatos, además de la realización de internas, el libre acceso a la posibilidad de competir y de ejercer cargos, la diferenciación de los cargos técnicos y de los cargos políticos, el control de los actos de gobierno, etc.).
Muchas gracias por pasar y comentar. Mis más cordiales saludos.
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