jueves, 24 de septiembre de 2009

Duartismo

El 18 de septiembre de 2008, en www.todosgronchos.blogspot.com apareció un artículo impecable titulado "Evita vs. Perón", y que entre otras cosas decía:

"Por mi parte, siempre desconfié de la admiración fanática en Evita de quienes de chicos nunca les faltó nada. Querer más a Evita que a Perón demuestra fehacientemente el resentimiento gorila y antiperonista. Consiste en negar el carácter histórico del peronismo y de su conductor. Disimulado con su "amor a Evita". Buenos ejemplos de esta fauna son el actorzuelo Morgado o el cantante del Pueblo, Ignacio Copani.

"Nadie que se precie de peronista de verdad puede insinuar que Evita es una figura más importante que la de Perón. Filósofo, líder, conductor político, hombre de paz, protagonista de la historia del Siglo XXI en la Colonia y en el mundo de la Guerra Fría y los No Alineados, y el único que cambió a su manera las condiciones de producción, desarrollo y manejo del Poder en el país.


"Salvo los resentidos que creyeron que podían adueñarse del movimiento sólo por un acto de voluntarismo infantil, iluminado y suicida pueden dimensionar a Evita de esa manera para ensombrecer a Perón. La Señora fue una figura fuerte pero decorativa de los primeros años del gobierno peronista. Si bien fue una decidida impulsora de la reparación histórica para con millones de argentinos postergados y sumergidos por la explotación, la falta de leyes de amparo a la niñez, ancianidad, a la salud y los derechos sociales, era parte del Mito y la anécdota.

"No fue una figura revolucionaria como pretenden los neoperonistas. Su accionar reivindicativo, paternalista y reparador pudo haberlo hecho hasta la Chiche Duhalde. La única revolución peronista la condujo Perón. Y eso a muchos que entraron al peronismo por licitación les duele".

Y no. No es una foto del Partido Obrero. Son los camaradas evitistas, nomás...

Leyendo Comediantes y Mártires. Ensayo contra los mitos, de Juan José Sebreli (Col. Debate, Ed. Sudamericana, Bs. As., 2008, p. 82) recordé esa tan atinada -y oportuna- prosa de Mr. Groncho, sobre una tendencia deliberadamente distorsiva, extemporáneamente entrista (cuando ya no queda espacio alguno al que entrar, a no ser, a las nóminas de empleados públicos o subsidiados sociales, para las que tanta paparruchada no es más que un artificio ornamental).

En particular, el citado libro en el señalado lugar dice: "Esta teoría sobre una Evita de izquierdas opuesta a un Perón de derechas, propedéutica de la invención de una Evita revolucionaria en los años setenta, no se ajustaba a la realidad. La diferencia entre ambos miembros de la pareja no estaba en la ideología sino en la personalidad: Evita era una fanática -una 'sectaria' decía el propio Perón-, en tanto que él era un político realista y pragmático, frío y escéptico.

"Esta versión del evitismo antiperonista fue repudiada por los peronistas históricos y, en especial, por las mujeres; Juanita Larrauri, presidenta de la rama femenina, decía: 'El que hace evitismo no es ni más ni menos que un antipatria. Es un cretino'".


Juanita Larrauri (barrio de Floresta, 1910-1990) fue una talentosa cantante de tangos. Según Néstor Pinsón, tenía todas las condiciones para ser una estrella. “Era afinada, tenía buen gusto y una voz aterciopelada y por instantes brillante, que nos recuerda el estilo de las grandes cantantes que la precedieron”.

Sin embargo, con la llegada de Perón al poder, ella adhiere fervorosamente a la causa justicialista, y una creciente actividad política la obliga a abandonar su carrera artística.

Eva Perón la designa para organizar la rama femenina del Partido Justicialista a nivel nacional, de la que pasa a ostentar el cargo de presidenta. Muerta su mentora, también es designada presidenta de la comisión Pro-Monumento a Eva Perón. En 1947, la Ley 13.010 instaura el voto femenino, y en 1952 es elegida Senadora por la Provincia de Entre Ríos, con mandato hasta 1958, interrumpido por el golpe de 1955.

En 1972 vuelve fugazmente al canto cuando graba, en homenaje de su amiga Eva Perón, el tema partidario “Evita Capitana”, pero aprovecha también la ocasión para lanzar un LP titulado “Canto para mi pueblo”, con 12 tangos, entre los que se cuentan “La Comparsita”, “Nueve de Julio”, “El ciruja”, “La piba de mano a mano” (de su autoría junto a Tití Rossi), “Anoche” y “Julián”.

En fin, los que quieren a Eva como ser humano, los que valoran lo que fue, lo que pensó y lo que quiso, han sostenido frente a la indiferencia y el ostracismo a que los ha condenado la comparsa "reescribidora de la memoria", un recuerdo auténtico de lo que ella en verdad quiso, fue y significó. Resaltan su papel profundamente femenino para la mujer de su tiempo, expresado en sus propias palabras:

"Y lo natural de la mujer es darse, entregarse por amor, que en esa entrega está su gloria, su salvación y su eternidad. ¿El mejor movimiento feminista no será tal vez entonces el que se entregue por amor a la causa y a la doctrina de un hombre que ha mostrado serlo en toda la extensión de la palabra?" (en La razón de mi vida).

Quienes la emplean para sus fines de resentimiento y ruptura, de odio y combate, jamás la quisieron, jamás la pretendieron comprender sinceramente, jamás la valoraron. Hacen de su imagen una bandera de discordia a medida. Porque en el mundo de las imágenes (hasta del "Che" lo único que ha quedado es la foto de Korda de 1960), ya no importa el ser humano retratado, no importa su acción y pensamiento, sino las intenciones que guarda quien emplea la imagen.


Rojo y negro los colores elegidos por la JP Evita: "Vamos a hacer la patria liberada por Eva Duarte y por el Che Guevara". Hasta el apellido de soltera emplean... Además de la incongruencia de asociarla con un feroz antiperonista.


Evita fue luego de muerta perversamente condenada al manoseo. Su cadáver momificado paseó por el mundo, fue enterrado en Milán bajo otro nombre, luego desenterrado, devuelto, trasladado, y vuelto a trasladar, enterrado lejos del de su marido (también luego de muerto manoseado, mutilado, auscultado, filmado...). Su imagen y su nombre fueron empleados de la manera más capciosa y ridícula, y su voz y sus gestos imitados por un sinnúmero de actrices, modelos y politicuelas, hasta la caricaturización.

Tal vez sea hora de que a la pobre de Eva, con toda su humanidad y su imagen y su voz y su recuerdo, con toda su argentinidad, sus aciertos y sus errores, la dejemos todos descansar en paz.



4 comentarios:

Destouches dijo...

Hermoso homenaje a esa gran mujer que fue Eva, por lo menos para todos los que somos peronistas. Es muy claro que el evitismo constituye una versión más elaborada del gorilismo básico. En efecto, ambas vertientes del pensamiento gorila coinciden en profesar un odio irracional (en el caso del evitismo, nunca abiertamente declarado) a Perón. El kirchnerismo es una versión actual de esa misma tendencia. ¿O alguien puede creer que los payasos del programa 678 son peronistas?
Pero Evita está más allá de todas esas miserias. Fue, es y será un símbolo para el pueblo peronista, aunque de un lado y del otro, a izquierda y a derecha, pretendan caricaturizarla y distorsionarla para sus propios fines.

S.G dijo...

En términos de hoy Evita era Hormonal, apasianada y provocativa.
Un componente femenino dificil de aceptar en la época.
Un homenaje excelente.

Occam dijo...

Destouches:
No sé si hablaría yo de homenaje. Tan sólo se trata de una reflexión. Se supone que el "copyright" de un nombre y de una imagen pertenecen a la persona que los llevó. En tal caso, necesariamente habrá que recurrir a su biografía y a la opinión autorizada de quienes la conocieron y fueron sus allegados, y a sus propias acciones, dichos y escritos, para establecer la procedencia de tal o cual utilización.
En la Argentina somos particularmente groseros a la hora de apropiarnos de figuras populares para algún determinado fin político. Pero, fíjese usted bien, el peronismo no ha querido hacer nunca un uso distorsionado de la (presunta) popularidad del Che Guevara. En cambio, quienes sí lo enarbolaban como bandera trataron de hacer un uso desmedido e incorrecto de ciertos iconos del peronismo (obviamente, no de Perón, al que todavía hoy no lo pueden pasar ni con una Budweisser).
Supongo que para "popularizar" a un tipo al que los argentinos ni conocían, al que no sentían como propio, y cuya causa les parecía extravagante, violenta y ajena.
El "matrimonio" del Che Guevara y de Evita, es un matrimonio por conveniencia, en el cual el que evidentemente pegó el "braguetazo" fue el beatnik de la motocicleta, y la celestina y fiel albacea es una izquierda malintencionada y berreta.
Desde su peculiar óptica (discutible pero no descartable), Sebreli dice en otra parte (pp. 98-99):
Ese doble papel, conservador y revolucionario, que ejerció la pareja es un rasgo característico del fascismo, revolución de derechas donde se mezclaba de forma inextricable la modernización y el tradicionalismo, autocontradicción que Jeffrey Herf llamó el "modernismo reaccionario".
La ambigüedad de estos fenómenos se prestó a errores políticos como el ya citado de David Viñas o el de Luis Franco, que ubicaba a Evita a la izquierda del peronismo, prenunciando el evitismo revolucionario de los setenta. Posteriormente, Viñas rectificó su posición y afirmó que ella no era revolucionaria sino transgresora. Detrás del evitismo de izquierdas se escondía, con frecuencia, el artilugio de quitarle méritos a Perón..."

Mis cordiales saludos.

Occam dijo...

S.G.: Qué alegría tenerla de vuelta por acá. La verdad es que se la extrañaba.
Coincido con lo que usted dice. Evita era profundamente femenina, y en tal sentido, fue apasionadamente sacrificada a favor de la causa de su marido, a la que defendió a capa y espada. Pero no por ello hay tampoco que restarle méritos propios. En el ejercicio del mandato y de la estrategia que le confió Perón, ella fue profudamente intuitiva e imaginativa, y encarnó, para el pueblo, la figura del héroe nietzscheano que se construye a sí mismo, y sólo con su voluntad, desde la nada, logra emerger y conseguir la mayor de las alturas. Un espíritu libre y poderoso. Pero no por ello, ajeno a un muy claro y explícito concepto y deseo de orden.
Un beso.