sábado, 10 de octubre de 2009

VÍSPERA


Sigue descontando la regresión para el momento decisivo, el día D, que por esas casualidades del destino, nuevamente es contra Perú, como en el '78, aunque esta vez se prefirió olvidar el Gigante de Arroyito, olvidar los argumentos sobre la distancia que hay entre la hinchada y su selección (tal vez a estas alturas a las estrellas del frío europeo les convenga jugar directamente a puertas cerradas), o las irregularidades del campo de juego, y olvidarse sobre todo de Brasil, que con simpleza y sin despeinarse, apuró el trámite para meterse en el mundial.

En fin, tratando de no ser negativos, de enyoguizarnos respecto del post anterior, recordábamos lo difíciles que suelen ser las eliminatorias, lo que costó la previa al mundial 86 (también a todo o nada con Perú, empate agónico) y la previa al mundial 94 (repechaje con Australia, 1-1 y 1-0). Casualmente, recién estaba releyendo el Pequeño Diccionario Ilustrado "El Fútbol Argentino", de Roberto Fontanarrosa y Tomás Sanz, editado por Clarín y Aguilar en 1994.

En la voz "Eliminatorias", esa obra de divulgación general acertadamente señala: "Serie de seis partidos contra tres rivales [ahora son 18 partidos contra 9 rivales], que sirven de clasificación para un torneo Mundial y que ofrecen la chance de tener grandes posibilidades, aun saliendo segundo entre cuatro participantes [actualmente, aun saliendo quinto entre 10 participantes]. Sus protagonistas, muchos filósofos y algunos analistas de sistemas sostienen que estas eliminatorias son más difíciles que el torneo Mundial para el cual clasifican. Lo que equivale a considerar que es más arduo resolver la regla de tres que las integrales, o más complicado subir al Cerro Otto que escalar el Everest. Por esta razón, modernas teorías postulan que, para mayor emoción de los espectadores, se juegue primero el Mundial y luego las eliminatorias".

12 comentarios:

Mensajero dijo...

¿Usted cree que otra vez nos van a acusar de comprar el partido por el tres a cero que obtendremos?

Occam dijo...

Mire: Después de comprar senadores, diputados, jueces, gobernadores, testigos, ministros, periodistas, empresarios, artistas, locutores, deportistas, intelectuales... Después de hacer de la compra y de la venta el único valor verdaderamente vigente en la Argentina, tal vez sería imperdonable ponerse éticos con esto del fútbol, que después de todo es de lo poco que puede hacer feliz todavía a alguien.

Mensajero dijo...

La próxima anuncio un siete a cero así jugamos más relajados.
Saludos.

Occam dijo...

Mensajero: Evidentemente, se ha equivocado usted en su presunción (como tal vez se hayan equivocado todos los que fustigan contra el 6-0 en Rosario en el 78). La verdad, los peruanos parecían bastante motivados como para dejarse ganar, cosa por lo demás ya frecuente de parte de los equipos que no tienen nada que perder y que juegan por la gloria de arruinarle la vida a Argentina, por más que en ese trance terminen por ayudar a un archirrival, como en este caso, Ecuador.
Creo que la cuestión se resuelve metafísicamente: La mala estrella de Maradona como técnico (además de sus errores y miedos) se compensa con la buena estrella de Palermo como goleador, que ya supera, desde hace mucho, cualquier explicación racional y razonable.
Con lo de miedos y errores, me refiero al cambio de Demichelis por Higuaín, cuando el partido estaba para definir de contra, y Palermo la podía aguantar e Higuaín definir, mientras que Aimar estaba muy cansado y Messi ya se había escondido, y con la lluvia torrencial convenía jugar largo antes que tratar de gambetear con habilidosos. Lo que se necesitaba era volver a equilibrar el medio campo, que estaba siendo superado, por la salida de Enzo Pérez para meter otro delantero al principio del segundo tiempo. Obtenida la ventaja, tenía que entrar un volante de marca, y sacar uno de creación, o un media punta poco productivo como la "perla" de Arroyo Seco.
Mis cordiales saludos.

Claude dijo...

Ahora estamos en una nueva víspera y ya siento la anticipación incierta.

Occam dijo...

Y esta parece mucho, pero mucho más brava. En el Centenario, y con los uruguayos inspirados, y con un planteo bastante parecido al de Gallego en el 2000 contra Boca. En fin, alguien dijo que había que estar pendiente de lo que pasaba en Chile con Ecuador...
Mis cordiales saludos, Claude.

Mensajero dijo...

El plan para mañana es esperar a Uruguay y tirarle pelotazos a Messi y a Higuaín.
¡Qué planteo con una defensa como la nuestra!
Va a ser un partido para sufrir durante dos horas frente al televisor.
Compromisos anteriores me impedirán padecerlo, hecho que me tiene muy molesto.
Aún no pierdo la esperanza de que en un rapto de demagogia los organizadores del evento al que debo asistir lo retrasen dos horas.

Occam dijo...

Mensajero: Aprovecho que está usted por acá, y que me acaban de escribir desde Nueva York, diciéndome que los mexicanos (que por allí abundan) andan diciendo que compramos el partido contra Perú (por el presunto off side en el segundo gol argentino, que yo sostengo que no hubo, y puedo dar las razones, pero si lo hubo, fue muy finito, y el árbitro tiene que optar ante la duda por convalidar, más allá de que diluviaba y no se veía un pomo).
En fin, lo cierto es que, más allá de ese dato, el árbitro se la pasó cobrando faltas para los delanteros peruanos, cuando no había ni contacto, favoreciendo que salieran y que se ubicaran en posiciones peligrosas para tirar centros al área.
Más allá de ello, a mí me surge, como reflexión, que los "hermanos" mexicanos deberían jugar las eliminatorias en Sudamérica, y no sólo contra Barbados o contra Dominica. Ellos se aprovechan económica y deportivamente de las competencias sudamericanas (Libertadores y Sudamericana) y encima tienen el tupé de meterse con otra confederación.
Lo cierto es que de la Concacaf salen 3 equipos + un cuarto por repechaje con Sudamérica. En el mundial pasado fueron México, EE.UU. y Trinidad y Tobago, lo cual resulta una franca injusticia, más allá de la situación actual de la Argentina. Pero lo cierto es que en Sudamérica hay muchos grandes equipos, con talento y tradición, que se quedan afuera de los mundiales para que entren selecciones cuasi amateurs sin ninguna tradición ni concepto.
Yo propongo, para el futuro, que se fusionen ambas confederaciones americanas, y que se juegue una sola eliminatoria con 8 cupos y listo. Así podríamos entretenernos con Cuba o con Haití, y los mexicanos, que tienen su cupo alquilado, deberían salir a pelear su clasificación con Brasil, con Paraguay y con todos los de esta parte del mundo. Me parece más justo, digo yo.
Eso, sin entrar a considerar las artificiales fragmentaciones que hacen en Europa para aumentar la cantidad de selecciones, y consecuentemente, de cupos para el mundial. Siguiendo la lógica por la que juegan Gales o Islas Feroe, acá podríamos armar los seleccionados de Isla Martín García o de Isla de Pascua.
Mis cordiales saludos.

Mensajero dijo...
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Mensajero dijo...
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Mensajero dijo...

Occam:
Muy oportuno su comentario.
Casi a diario, por razones laborales, me comunico con el DF y con San Pablo.
Por supuesto que el fútbol es un tema obligado.
De los brasileros debí soportar con hidalguía un mensaje en mi teléfono durante el partido con Bolivia que decía "I can´t bolivit".
No obstante, se llamaron a silencio cuando nos derrotaron en Rosario.
Los mejicanos suelen hacer comentarios burlones sobre nuestro DT.
Usted me ha dado un hermoso argumento para oponerles mañana si me corren con la inexistente posición adelantada.

Occam dijo...

Clarín hoy sacó un extracto (en la columna "Cómo nos ven", p. 2) del diario El País de Madrid, respecto de la victoria argentina frente a Perú:
"Sin un motivo racional al que agarrarse, Argentina se apoya en lo sobrenatural que representa Palermo para medirse el miércoles con Uruguay en Montevideo. La victoria albiceleste del sábado ante Perú pareció extraída del realismo mágico de García Márquez, tal fue el gol del Loco Palermo en medio de la tormenta. Los resultados son malos pero el juego todavía es más preocupante para un país enamorado del fútbol. Desde que en marzo Riquelme anunciara su renuncia a la Selección, ésta ha jugado siempre a impulsos y sin jerarquía. En su zambullida por el césped empapado del Monumental, como si se tratara de un futbolista más, Maradona creyó haberle ganado a la peor selección del grupo por los poderes sobrenaturales de Palermo".
Lo dicho, está en la misma línea que la explicación metafísica que yo he sostenido tiene el triunfo del sábado pasado.