miércoles, 8 de junio de 2011

Jugar callado




Uno recibe cotidianamente mucha información. También escucha y lee opiniones, algunas que le son simpáticas, otras antipáticas, y elige qué lugar darle a cada una, cuánta atención prestarle, y en fin, intenta procesar todo aquello en su mente con la mayor sinceridad e imparcialidad posibles. Porque uno sabe que a quien primeramente no puede engañar es a uno mismo. Luego, elige la forma de comunicar sus conclusiones, y el tenor de aquéllas. Decide qué decir, cómo decir, cuánto decir, de acuerdo a los objetivos que se hubo propuesto desde el principio, y a veces, si el contexto es litigioso, los objetivos que se va planteando sobre la marcha, a medida que discute.

También puede decidir callar, que es una conducta cada vez más generalizada en la sociedad de la hiperactividad comunicativa. Uno decide callar porque en la sociedad que ha hecho un uso promiscuo de la palabra libertad, la libertad se restringe a ciertos cauces dogmáticos, casi obviedades, que repetimos como loritos para convencernos y experimentar la sensación de pertenecer, de formar parte de un consenso que no lo es tal desde que no surge de la espontánea voluntad concurrente de los socios, sino que es impuesto desde el poder que dice, el poder que nombra, el poder que designa, el poder que ordena. Dentro del cauce de esa “libertad”, libremente podemos abrogar cada vez más las maneras, los modales, las formas, mientras ello sirva para enfatizar el escueto contenido permitido. Podemos putear con cada vez mayores licencias, decir las barbaridades más escatológicas, escupir, mear, grafitear… pero siempre en el mismo sentido, dirigido hacia los mismos objetos odiados. Abucheamos y silbamos a Emmanuel Goldstein. Insultamos, perseguimos, escrachamos, intentamos linchar a Snowball



Por ahora, nadie puede leer nuestras mentes. Dentro de ellas todavía somos soberanos. Callar es entonces una forma de resistencia.

Pero también callamos porque el solo hecho de tener que poner en palabras, de ordenar los recuerdos para comunicar, demanda el tortuoso sacrificio de regresar a nuestra consciencia los estigmas de tanta desgarradura, como diría Cioran, cuando los aciagos tiempos que vivimos antes bien nos imponen (y no es casualidad que justo ahora aparezca) la pastilla azul para regresar al vientre confortable de la Matrix, o la pastilla canadiense del Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos.

Así que, con fundados motivos, elegimos callar. Pero sin abstenernos por ello de comunicar. Y vamos entonces a comunicar algunas informaciones y opiniones recientes, que cada cual procesará como mejor le guste. Y seguramente proseguiremos todos callados. Nos miraremos los unos a los otros, con los labios apretados, pero con esa complicidad en el destello de las pupilas que nos hace saber, también a todos, que todos lo sabemos…



1) En este artículo la amiga S.G. aborda de una manera muy completa y desgarradora la cuestión que mayor vergüenza debería causarnos como pueblo, la del hambre y la desnutrición de nuestros niños. En él también se podrán encontrar valiosos links a información detallada de esa realidad. Entre ellos se puede mencionar para graficar el tenor de lo expuesto, el artículo Muertes por desnutrición, similares a cifras de 1980, de Edgardo Trivisonno, aparecido en Ámbito Financiero el 10 de marzo de 2011. En él se dice, por ejemplo: “Para citar sólo algunos ejemplos: en 1980 murieron por esta causa 1.202 argentinos; en 1986, 1.135, en 2007, 1.311 y en 2009, 1.112, según los registros de los certificados de defunción. Sin embargo, no se incluyen las omisiones o subregistros como tampoco las defunciones por otras causas de muerte, como las infecciones respiratorias o del aparato digestivo o patologías asociadas que sufre el 30% de los 11.000 niños menores de cinco años que mueren al año”.


Fuente: Ámbito Financiero


Declaración Universal de los Derechos Humanos, Artículo 25: 1) Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. 2) La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.



2) Tábano Consultora (de Carlos Manuel Acuña) nos ha informado ayer que: Impiden la operación de la columna vertebral de Luis Patti, lo devuelven a Marcos Paz y se ignora si fue atendido y cuál es su paradero. En el texto de la noticia puede leerse que “Durante las últimas horas, mientras Abelardo Patti estaba por ser operado en una clínica de Escobar con motivo del grave estado en que se encontraba por su columna vertebral, ya operada (en el pasado), por orden del Juzgado fue remitido, atado a una tabla, al penal de Marcos Paz. Allí se descompuso por lo que nuevamente fue enviado a la clínica donde no pudo ser atendido por haber perdido el turno y no encontrar cama disponible. En consecuencia, se lo envió a clínicas de la Capital Federal donde tampoco fue atendido por las mismas razones. Siempre atado a una tabla para evitar su caída en el piso del medio de transporte en que se lo trasladaba, fue devuelto a Marcos Paz donde la gravedad de su estado determinó que se lo regresara a un establecimiento en la Capital Federal. A esta hora se ignora dónde se encuentra y si fue operado”.

También nos enteramos en la misma fuente de una curiosa circunstancia vinculada con nuestro Poder Judicial: Que la Dra. Lucila Larrandart, miembro del CELS y presidenta del Tribunal Oral Nº 1 de San Martín que condenó a Patti, fue la abogada defensora de Schoklender en el juicio que se le siguió por el homicidio de sus padres.

Lo interesante de la Argentina, es que todos los sucesos y actores están imbricados de maneras tan curiosas que no pueden dejar de escribirse novelas, cuentos de suspenso y obras de teatro, ni de filmar thrillers ingeniosos… aunque tanto ingenio, la sorpresa como elemento sistemático, también conduzcan a la obviedad y finalmente al aburrimiento. Será por eso que en la Argentina no se escriben tantas novelas, ni cuentos de suspenso, ni obras de teatro, ni thrillers ingeniosos, como podría pensarse en un principio.



Declaración Universal de los Derechos Humanos, Artículo 5º: Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Artículo 10: Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.




3) Y ya que hablamos de Schoklender, Jorge Asís escribe hoy en su Portal un artículo impecable, titulado Cenizas del Volcán Schoklender, al que, a más de remitirnos para su lectura íntegra necesaria, le vamos a aprovechar un fragmento, amparándonos en la expresa autorización de su autor, que con sorna y resignación emplea como fórmula, aceptando incluso que se le robe “sin citación de fuente”.

El Volcán Schoklender, a través de erupciones de corruptelas, desvíos de capitales públicos, y ostentosas Ferraris, amenaza con oscurecer el epílogo del ciclo póstumo del kirchnerismo. Con una virulencia superior, incluso, que las inofensivas erupciones del volcán Puyehue, que atormentan, desde Chile, la rutina respiratoria de los patagónicos, y mortifican la aviación.

Las cenizas del Volcán Schoklender cubren de mugre la pátina moral del humanitarismo pontificado.

Se pasa de “las pelotudeces”, para la señora Hebe, o de las “pavadas”, del cocinero ministro Boudou, hacia el forzado recital de las explicaciones improvisadas.
El comienzo de junio anticipa -para el kirchnerismo póstumo- el invierno más cruel. Ironías, del destino o simplemente de la realidad, que se ocultaba por un conjunto de insolvencias.

Justo cuando Cristina se encuentra en su dominante momento político. Con el duelo redituablemente asimilado. Con el peronismo, casi entero, colgado de su “Vestidito Negro”, en competencia por sus atenciones, con los fondos de olla del frepasismo tardío. Con la sociedad, aún fascinada, por las producciones con espejitos de colores de Fuerza Bruta.

Pero de pronto surgen, con las cenizas de la devastación, las pruebas, al menos, de su ineptitud.

En el mejor de los casos, y con el pensamiento más inocente, brotan las pruebas fatales de tanta incapacidad para la improvisación.

De la imposibilidad para controlar el impresionante dispendio de los fondos públicos. Del erario puesto al servicio de una organización éticamente incuestionable, pero conducida por un Madoff local. En versión grotesca.



Y para no perder la circularidad, nos aprovecharemos también de este otro extracto, también del mismo artículo, bajo el subtítulo Tragedia de una Era anterior:

Al cierre del despacho, aún no se registró, que se sepa, ninguna renuncia. De los tantos irresponsables que fueron cómplices conscientes de la construcción artesanal del Guitaducto. De la distribución de fondos para los manejos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.

Intercambio que garantizaba la exhibición permanente de ancianas, con los clásicos pañuelitos blancos, para el aplauso fácil en cualquier acto kirchnerista.
Viejitas de adorno, que suministran la certificación que se asiste, ante todo, a las demostraciones rutinarias de un gobierno progresista. Que mantiene, como apotegma básico, la impostura de defender los derechos humanos. Con la prenda, casi testimonial, de los mil militares presos.

Son los protagonistas, a menudo tangenciales, de la tragedia de los setenta. De las violentas carnicerías registradas antes de la invención del fax. Cuando no había celulares ni Internet, y ni siquiera televisión en colores.

Tragedia, la de los setenta, de una Era anterior. Que Argentina creyó, acaso ilusoriamente, haber resuelto en los noventa. Para volver a manosearla en los dos mil, hasta hacerla inacabable. Con la justicia, y el humanitarismo, al servicio de una noción divisoria de venganza.



4) Y ya que se menciona lo que se menciona, creo que es de lectura necesaria, para quien tiene paciencia y ganas de profundizar, el último post del amigo Aquiles M., en su blog Corrupción y Crimen.



Así nomás, jugando callados, tiramos estos naipes sobre el paño.

17 comentarios:

S.G dijo...

Estimado amigo, agradezco su gentileza al mencionarme, es para mi un honor inmerecido pero a la vez un mimo a mi ego. :)
Es mi costumbre decir que "el peor enemigo es el silencio". Por experiencia personal y por los años que llevo dando vueltas en este mundo nada me ha resultado mas acertado.
Hablar, decir, denunciar y exponer aquellas miserias que corroen y corrompen a la sociedad debiera ser un ejercicio cotidiano de ciudadanos responsables. Sin embargo resulta mas cómodo y hasta políticamente correcto ser cómplice de las aberraciones que nos rodean.
La costumbre de matar al mensajero sin dimensionar el mensaje, también es un mal que se extiende como pandemónium por estos días.
Como sea; con menos verborragia o menos dialéctica intelectual no cesaré en decir lo que me molesta y en mostrar lo que otros esconden o dejan pasar sin escudriñar a fondo.
Lo sigo leyendo como siempre.
Un abrazo

Mensajero dijo...

El gran thriller argentino ha sido derrotado por el contundente formato del reality show.
Signo de nuestros tiempos.
Dije alguna vez "nuestro gusto por el humor político, la burla y el escarnio, nos condiciona a tener políticos despreciables".

goolian dijo...

A no callar, entonces.
La siniestra realidad de la desnutrición infantil no es culpa del gobierno actual sino que viene de arrastre desde hace por lo menos varias décadas. Me animaría a decir desde fines del siglo XIX donde empezó la acromegalia de la ciudad de Buenos Aires descuidando las provincias y generando la metròpoli actual con sus cada vez más gordos cinturones de pobreza. En todo caso, este gobierno por lo menos creó la asignación universal por hijo y no recuerdo que mucha gente hablara de desnutrición infantil durante la fiesta menemista de los 90's salvo tal vez Norma Plá.
Patti fue condenado por asesino y torturador, así que el artículo 5to de la DU de los DDHH tendría que haberlo leído él. Y no tendría que estar en Marcos Paz sino en Batán con los asesinos comunes de la villa a ver si puede mantener virgen su católico culito.

goolian dijo...

Sigo con el affaire latrocinio parricida.
SS es un chorro pero además es un pelotudo. Quedará en la voluntad política del gobierno actual, demasiado corrido a la derecha para mi gusto; el condenarlo como debe o no.
Como así también el investigar a Hebe de Bonafini, que resulta muy dudoso que no supiera nada y a los funcionarios responsables de la canilla abierta de guita.
Pero tiene que ver, para mí con confusión de roles. Así como el falso ingeniero Blumberg es una víctima y no un experto en seguridad o Susana Giménez una figura de opereta pedorra y no una socióloga; Hebe de Bonafini es una víctima y no una gestora de organismos sociales ni culturales a gran escala.
El 99% de los politicos argentinos son abogados, cuando en este país cualquiera que aprende 25 libros de memoria lo es y en mi opinión sería más eficiente como político un sociólogo o mejor aún un antropólogo con especialización en etología.
Pero volviendo a SS; su estafa no debería menoscabar ni un ápice lo que las Madres de Plaza de Mayo significaron y significan como lucha contra el terrorismo de estado asesino que tuvimos. Ni tampoco el que se descubra que actualmente son una mafia que mama impunemente de la teta del estado; otorga algún tipo de razón a sus detractores habituales, casualmente defensores de regímenes militares sangrientos y políticas económicas salvajes que engendraron para volver al principio a generaciones de niños desnutridos.
En palabras más bestiales, me defeco en Patti y en Schoklender y deberían compartir la ranchada en alguna càrcel común.

Leandro dijo...

Occam, muy buen extracto de lo que hay dando vueltas.

El no-thriller argentino se debe a que nada, ninguno de los elementos que estamos observando, son novedosos. Dificilmente "campanelleen" en Hollywood, con un argumento tan remanido. Si me permitís el plagio anacrónico, todo esto ya pasó, como tragedia, y hoy simplemente reverbera como un eco con tintes de farsa que, de verse desde lejos, nos obligaría a sonreir con sorna. "Pobre gente".

Otro mito que cae, aún a pesar de experimentos más o menos exitosos (El Gran Dictador o Scary Movie, respectivamente), no fueron los estadounidenses los inventores de la parodia. Es ésta una tierra que, caminando hacia el futuro, obstinadamente de espaldas, intenta copiar en su permanente infantilidad lo que ve, allá lejos y a la distancia, en una edad que se le aparece dorada.

El problema de la memoria como reeemplazo de la historia es que, a menudo, no nos deja percibir que aquel aparente resplandor de la gloria pasada es producido por el incendio olvidado de lo que fue, no olvidemos, una (original) tragedia.

Occam dijo...

S.G., le vuelvo a agradecer su artículo, y antes que nada, su don de gente, esa manera tan educada y agradable, que le impide caer en la tentación de la agresividad y el odio, tan frecuentes hoy en día. Algún amigo ya mayor ponía ese parámetro como elemento determinante para discernir entre peronistas e infiltrados. No sé si será regla, pero frecuentemente compruebo su acuerdo con numerosos ejemplos empríricos.

Un abrazo.

Occam dijo...

Mensajero: Nuevamente me leyó el pensamiento. Los argentinos somos tan avispados, tan cínicos, tan contrarios a la inocencia y a la ingenuidad, que a la larga no podíamos terminar dominados por otros que unos terribles hijos de puta.

Un abrazo.

Occam dijo...

Goolian: En Ministro de Salud de la Nación llegó a ser "promovido" por haber emulado eficazmente al INDEC en Tucumán. "Redujo" la mortalidad infantil por desnutrición, simplemente estableciendo que se anotaran como abortos espontáneos los nacimientos de bebés desnutridos de menos de 700 grs., alumbrados por madres desnutridas también, por más que fuesen partos en término. La explicación estaba en la inviabilidad, con independencia del hecho de haber nacido con vida y haber vivido varias horas, a veces varios días.

En los '90 la tasa de desnutrición fue más baja que en este milenio. La explicacion que se da a ello es la crisis de 2001.

Patti no puede manenerse siquiera en pie. Está gravemente enfermo, postrado e inmóvil. Su posición respecto del tipo de pena que merecen los que son condenados por delitos, es suficientemente clara para mí.
Más o menos los mismos criterios se manejaron con los guerrilleros detenidos en los '70. Con lo que el delito imperdonable fue la no observancia de las reglas del debido proceso, y no las torturas y muertes.

Todas sus otras reflexiones las ha abordado Asís, en el mismo sentido y con impecable pluma, en el artículo que le recomendé.

El haber memorizado 25 libros no creo que sea una circunstancia muy frecuente entre los abogados argentinos. Si ella concurriera a la realidad, hablaría muy bien de esa profesión, por lo menos, de la capacidad intelectual de los colegiados.

Un cordial saludo.

Occam dijo...

Leandro: Ya había dicho Cioran (casualmente citado en el post del caso) que los países más atrasados son los que viven de la nostalgia de un pasado dorado, generalmente mítico, casi siempre inventado, siempre perdido, nunca recuperable.

El pasado dorado es la contracara del pasado oscuro o negro, con las mismas implicancias. Ya que el pasado oscuro o negro indica una posibilidad dorada que no llegó a ser, que fue trunca. Ambos son mitos paralizantes, obsesivos y mortificantes. Nada bueno puede engendrarse ni prosperar a partir de todo ello.

Un cordial saludo, y gracias por su comentario.

Almafuerte dijo...

Jugar callado es la estrategia por excelencia de la política. Hay un temor reverencial a salirse del cassette y los lugares comunes (la excepción es Carrió) y muy pocos instalan algún tema para diferenciarse. El hambre, la desnutrición y la falta de infraestructura básica podrían ser superados en una década. En cambio se prefiere dibujar la estadística (el caso Manzur es digno de fusilamiento) y cerrar los ojos naturalizando a los cartoneros, los chicos que buscan en la basura, las familias enteras durmiendo en la recova de Alem y el crecimento de las villas de emergencia.

Porque si gobierna mi equipo, todo va fenómeno! Todo vale! Es la lógica del fútbol. De última, si el desatino es muy evidente, podemos lavarnos las manos diciendo que en los 90 era peor.

Me alegro de que ande tan prolífico con el blog, aunque no me haya dado tiempo de seguirlo en estos días.

goolian dijo...

Occam,
sinceramente dudo mucho que la desnutrición actual sea mucho mayor que durante el menemato. Por otro lado veo una causalidad evidente entre el destrozo sistemático de las fuentes de trabajo genuinas realizadas por el gobierno del infame riojano y la exclusión social raíz de, entre otras cosas; la desnutrición.
Independientemente de quién hizo más o menos; la miseria no es culpa por completo ni del gobierno actual ni del menemismo sino de las desidias consecutivas de hace por lo menos más de medio siglo.

goolian dijo...

No me consta que Patti esté en la gravedad de salud que usted asegura pero de ser así debería tener las generales de la ley, ser atendido en un hospital público y una vez estabilizado ser encarcelado en una cárcel común y no en un residencia con TV y wi-fi en Marcos PAz con sus amiguitos Von Wernich y Astiz.
Después de todo ellos tuvieron un juicio y una condena, cosa que sus víctimas, asesinadas y torturadas nunca tuvieron.
Y, Occam por favor no me quiera hacer quedar como un subversivo lleno de odio, porque es de mala leche.
La justicia, y usted que es abogado debe saberlo; tiene una venda en los ojos. Y Patti es un asesino igual que el pendejo obnibulado de paco que boletea a otro pibe por las zapatillas. Porqué va a ir a un lugar distinto ?

goolian dijo...

Ahora bien, si los abogados argentinos ni siquiera son capaces de aprenderse 25 libros de memoria; qué mal que estamos !!
Considerando que la clase política esta constituida casi enteramente por abogados podríamos hablar de una ignorante-cracia.

Occam dijo...

Almafuerte: Como siempre, impecable su comentario.
Es verdad que ando un poco prolífico últimamente. Me estimulan las estadísticas del blog, que señalan un notable crecimiento en las entradas diarias, que se han duplicado en los últimos 2 meses respecto de lo acostumbrado. Curiosamente, más del 60% de esos visitantes procede del exterior.

Le mando un muy cordial saludo, y tómese su tiempo nomás. Vamos a tratar de bajar el ritmo un poco (cosa que por otra parte no nos cuesta mucho, jajaja).

Occam dijo...

Goolian: Con todo respeto, no sé a veces si usted es un chicanero o no lee bien, o directamente no lee. Pasa seguido en la red, así que no puedo particularmente imputárselo. Pero creo que lo maravilloso de este método es que queda todo escrito, así que sólo hace falta volver atrás y cotejar. Nada más.

En cuanto a lo de los abogados, circunstancia en la que usted particularmente insiste desde que infirió que yo lo soy, debo decirle lo siguiente:

1) Efectivamente, me licencié alguna vez en Derecho, lo que no indica que se pueda simplificar tanto. Soy muchas más cosas que un abogado, y puramente, creo que una de las cosas que menos soy es abogado. Los ingleses distinguen sanamente. Nosotros no. Pero como hemos podido establecer un post atrás que abogado es el "convocado" a entender en un litigio, es seguro que de eso poco tengo yo.

2) Por otra parte, entiendo que todos los ciudadanos deberían saber Derecho al menos de la forma básica y general como se enseña actualmente en nuestras universidades. Eso se desprende del Estado de Derecho y de la exigencia de que el Derecho sea conocido por todos, y nadie pueda argüir el desconocimiento de la ley. Como el Estado de Derecho y la seguridad jurídica están en crisis terminal en esta última década de atropellos y barbaries, claramente estamos yendo hacia un nuevo modelo de hombre político vinculado con el apriete, la patoteada, la movilización, la gestión de la pobreza, etc.
Una cosa que aprendería quien se internara en el mundo del Derecho es el sentido jurídico, que es más certero que el difuso "sentido común", a la par que enemigo de las arbitrariedades y los caprichos, de las bajas pasiones y los arrebatos de prepotencia. Lo haría leyendo mucho, por cierto, aunque difiere el grado de exigencia en ese particular de universidad en universidad. En la pública a la que yo fui, diría que no bajaban en mi época de los 50 a 70 volúmenes-ladrillo (más todo lo que uno leyera por fuera de lo estrictamente exigido, que era mucho más). Pero toda lectura, que yo me acuerde, con excepción de los códigos procesales, era de comprensión y de lógica, no de memoria. De paso, insisto en que no conozco a nadie que sepa 25 de esos pesados volúmenes de memoria.

3) Cabría preguntarse, tal vez como el dilema del huevo y la gallina, qué ocurre primero. Si se es abogado y luego se hace política, o se accede a un título de abogado de alguna de las tantas universidades-sello-de-goma que promiscuamente han florecido desde los '90, a partir de calentar alguna silla curil de esas que abundan en la moderna política. Le digo esto porque conozco a demasiados que de un día para el otro estrenaron el "doctor", luego de un añito, a lo sumo dos, de pasar a cobrar un cheque mensualmente por algún cargo de asesor simbólico.

4) Creo que habría que hacer un relevamiento más sincero de la proporción efectiva de abogados, dentro de la corporación política. Los últimos y más grandes escandaletes de corrupción involucran sobre todo a ingenieros, arquitectos, y algún economista.

Hay que evitar las perogrulladas consuetudinarias, porque últimamente ya ni siquiera tienen vínculo con la realidad efectiva.

Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Occam: Me dejó sin palabras.
Gracias.
Piscuiza

Occam dijo...

Piscuiza: Gracias a usted y a las pistas que arrojó en su blog, particularmente, el artículo de Reato, que dio en la tecla acerca de la estrategia del chivo que burdamente se estaba elaborando para evitar la necesaria debacle.

Un cordial saludo.