lunes, 17 de octubre de 2011

Volando al Guinness




Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas
Atahualpa Yupanqui


Así como en el Libro Guinness de los Récords de 1987 figuraba la empresa estatal argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) como la empresa que más dinero perdía por año en todo el mundo, este proceso de reestatización de gigantes de pies de barro etiquetado bajo el mote de "modelo", no tardará en volver a colocarnos en la incómoda posición en que nos encontrábamos al terminar la década de 1980.

Sólo hace falta para ello que se agote la bonanza internacional sobre productos primarios (el único sostén real para tanto verso), y entonces experimentaremos cómo se derrumba sobre nuestras cabezas tanta ficción, tanta prebenda, tanta deuda social. Si en los '90 el ajuste de la fiesta de las empresas públicas -como siempre- se efectuó en las prestaciones sociales del Estado, o sea, sobre unos 4 millones de jubilados que se limitaron a ir a tirar los miércoles huevos podridos al Anexo Diputados, el próximo derrumbre implicará que se le corte la canilla a unos 13 millones de beneficiarios de planes, plancitos, asistencias varias, generosas ayudas, gráciles limosnas... Y entonces, a agarrarse, porque cualquiera puede inferir, prescindiendo de la calculadora, que la correlación de fuerzas se ha distorsionado considerablemente, tanto respecto de 1989 como de 2001, y que la anarquía y la devastación puede alcanzar ribetes de guerra abierta. Tal vez pueda verse materializado el sueño de aquel materialismo que postula a la guerra civil como el vehículo mesiánico hacia un nuevo sistema de dominación diferente del actual, quién sabe...


Sin embargo, el orden de dominación diferente, nos lo ha demostrado la experiencia, sitúa en la cúspide de la pirámide del poder político y económico a una Nomenklatura de funcionarios que maneja la caja de un Estado omnipotente, asociada a un grupo de empresarios privilegiados, dueños de todos los contratos, provisiones, obras y concesiones que emergen de esa omnipotente caja estatal. O sea, que no es necesario llegar a ninguna guerra abierta para encontrarnos con el panorama en el que ya estamos. Lo que pasa es que a las guerras no siempre se llega voluntariamente. Si no, revísese la etiología de las grandes tragedias humanas, y se verá qué opinable es el papel de la voluntad humana en el desencadenamiento y desarrollo de los procesos. Nadie niega su fuerza protagónica. Sí en cambio el control de su dirección, la correlación entre objetivos y resultados.

De la fiesta desenfrenada en Aerolíneas y Austral, llevada adelante por la nueva juventud maravillosa, ya han dado cuenta los diversos medios periodísticos la semana pasada, al consignar, por ejemplo, que los ejecutivos de la empresa estatizada (gerentes y subgerentes) ganan salarios de $ 82.000, o tienen cláusulas contra el despido, que obligan a la empleadora (a todos los contribuyentes argentinos) a indemnizarlos con un equivalente a 10 años de servicios, y otras lindezas semejantes. (Link)

Lo que nos debe enorgullecer, como país de la desmesura, es la posibilidad que año a año se acrecienta, de recuperar un sitial en el Libro Guinness, capítulo "Estatismo ridículo-ineficiencia obscena". Por lo pronto, ya en 2010, el déficit de AA se posicionó tercero a nivel mundial, detrás de Air India y muy cerquita de Kuwait Airways. De hecho, con el déficit de US$ 700 millones proyectado para fin de este año, AA "sigue ganando altura" y se situaría para la Navidad en el vertiginoso segundo lugar.

En el siguiente cuadro, se grafica la performance empresaria de los muchachos de La Cámpora, que han demostrado a esta Argentina cavernícola y neoliberal (link) los beneficios comparativos de la militancia como herramienta para generar talentosos, honestos, creativos y exitosos empresarios:


Debe aclararse que el déficit de 2008 es menor a los $ 1.000 millones, porque la gestión estatal abarcó solamente los últimos 5 meses. A mediados de julio de 2008 nosotros apuntábamos que el déficit operativo de la empresa rondaría los US$ 200 millones por semestre. Ya por entonces, los entusiastas jóvenes prestos a hacer de la "patriada" de Ricardo Jaime una lección de eficacia de la administración estatal de las empresas comerciales, nos tildaban de agoreros, de tremendistas, de animosos, mientras llenaban las notebooks con coloridos power points de planes de negocios, de eficiencias teóricas y proyecciones optimistas, que más o menos indicaban que en 2 años el déficit iba a ser una palabra desconocida en la aeronavegación argentina. En cambio, a 3 años y monedas de ese trascendente cambio de manos, del millón de dólares diarios que perdía la aerolínea, hemos pasado a los dos millones de dólares diarios. Otro ejemplo del crecimiento sostenido, que demuestra que, en este país generoso, sólo es ciego el que no quiere ver.

"Vuela un jet
hacia el sur
la cósmica cintura hacia el folklórico ataúd de un DC-10
que se hace estrellas contra el suelo
Hoy estoy como un jet
perdido entre las nubes
sin señales para ver adónde voy..."

5 comentarios:

carancho dijo...

Propongo a los funcionarios argentinos al Guinness... por inoperancia e incapacidad. Y corrupción, por cierto.
Y a la jefa de los k-chorros... bueno, la coronación mundial como jefa de la mafia.
Y todavía pienso en cómo premiar a sus votantes.
Particularmente me inclino por el napalm.

Anónimo dijo...

Mi solución la dió Domingo de Toledo hace casi 1000 años: Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos.

choripanboy dijo...

Qué caro sale mantener la dignidá...

Leandro dijo...

Como decía un famoso chascarrillo en los '90 (cuando no teníamos dignidad, dicen por ahí), lo bueno de esta presidencia es que no ha escatimado recursos estatales en favorecer el sueño de la gran patria. Lo malo es que esa patria no es Argentina...

Occam dijo...

Carancho: Espere un poco, que seguro verá usted algunos nuevos récords Guinness próximamente por estos pagos... Lo grave, es que ya no asombran a nadie.

Anónimo: No sé si es una buena opción. No se olvide de que Dios es argentino.

Chori: Yo conocí alguna vez a un crápula por el estilo que se cotizaba en sus negociaciones espurias, de ésas para cámara oculta, con la frase "para comer, ya tengo, gracias". O sea, que la dignidad no es el asunto. Está algunos pisitos en Libertador, campos en la Pampa húmeda y descapotables alemanes, por encima.

Leandro: Hablado de "el sueño de la gran patria" y de cómo invertir recursos (cómo no escatimarlos en grandes empresas), justamente acabo de publicar el último post.

A todos, mis cordiales saludos.