martes, 28 de octubre de 2008

Esa costumbre de condenar (el pasado)

En la contraportada del diario Crítica del pasado domingo 26, el ex periodista y diputado nacional por un cierto partido unipersonal autotitulado “revolucionario”, Miguel Bonasso, se pone la careta de historiador de matinée y sale a animar la fiestita de la superficialidad en la lectura del pasado, un tema que últimamente nos apasiona tanto a los argentinos. A tal efecto, recurre tan sólo a dos discutibles fuentes: el escritor mitológico Osvaldo Bayer y un tal Israel Lotersztain, al que el propio Bonasso califica, no muy auspiciosamente, como “un historiador con dotes de investigador privado”, que a mí me suena a algo así como si calificara a Felipe Pigna de “un historiador con dotes de publicista rentado, de personaje mediático y de copista de Internet”. Es decir, demasiado sincero y poco halagüeño, pese a que ésa no debió ser la intención de nuestro articulista. De hecho todo historiador debe ser investigador, aunque de ahí a ser “investigador privado”, hay un rasgo que se pierde: la imparcialidad, que es precisamente lo que más falta en los nuevos historiadores detectivescos rentados por la Jessica Rabbit de Carta Abierta, el Ateneo Jauretche, la Agencia Paco Urondo, y otros think tanks semejantes, que luego de consultar las contratapas de los libros de siempre y los extractos de documentación que levanta el Google, se salen con sus invariables teorías de revisionismo de cal y arena (siempre tres de cal por media de arena, si se entiende), que terminan por dejar las cosas más o menos en el mismo lugar que donde las encontraron, pero con mucho autobombo de por medio y demasiada construcción del relato de manual Kapeluz pasado por aguarrás.



En fin, el articulito del que quiero hablar se titula “Esa costumbre de robar”, y en su decurso uno se pregunta si el diputado oficialista persigue alguna otra intención con ello que la de exculpar a los sucedáneos del presente que actualizan las viejas prácticas. Y se responde enseguida que no. Se trataría de algo así como la aplicación de la doctrina del “mal de muchos” como diluyente del mal, a la del pecado de los próceres de antaño como atenuante del pecado de los actuales hombres políticos. El siguiente extracto del tercer párrafo es bastante ejemplificador de esa tesitura:

Si bien la coima, cometa, retorno, soborno, cohecho, diego o como se la quiera llamar forma parte –como el contrabando- de nuestras más antiguas y arraigadas tradiciones, hay momentos estelares de nuestra historia en los que la corrupción política desborda, contamina a gran parte de la sociedad y es una de las causas de nuestras crisis económicas más devastadoras.

Al llegar a este punto, el lector imagina que Bonasso nos habrá de hablar de nuestra triste actualidad. Sin embargo, didáctico y muy puesto en su papel, cumple con la condición primordial de la historia, que consiste en abordar sucesos muy distantes en el tiempo (aunque no con la segunda condición, que es la de no descontextualizarlos), y se aboca de lleno a uno de los períodos de mayor esplendor económico y estabilidad política de nuestra historia, cual lo fue la generación del ’80 en los sucesivos gobiernos de Julio A. Roca, Miguel Juárez Celman y Carlos Pellegrini.


Este post no persigue el fin de reivindicar a los mencionados personajes (el primero y el último, de méritos indiscutibles; el del medio olvidable), ni tampoco a otros nombrados en el artículo que se comenta, como Eduardo Wilde, Lucio V. Mansilla o Miguel Cané, sino simplemente el de poner el acento en algunas cuestiones curiosas que envuelve la maniobra de legitimación del presente a través de sacar trapitos al sol de la época de la "oligarquía terrateniente, el fraude electoral y las vacas gordas".

A tal efecto, me resulta sumamente gráfico el siguiente fragmento:

Hay, desde luego, numerosas descripciones y calificaciones de la corrupción juarista, tanto en los revisionistas como José María Rosa, en los hombres de FORJA como Raúl Scalabrini Ortiz y en historiadores marxistas como Milcíades Peña, pero es escaso el aporte de pruebas concretas, demostrativas del gigantesco despojo del patrimonio público que significaron los grandes escándalos de la época, como el negociado de funcionarios y terratenientes con las famosas cédulas hipotecarias, la privatización de Obras Sanitarias, el subsidio a concesionarios de ferrocarriles, el sobreprecio monstruoso de los terrenos adquiridos por el Estado para erigir, entre otros edificios, el del Congreso Nacional, la calesita especulativa de los títulos públicos y el correspondiente endeudamiento externo que pesaría sobre las generaciones futuras, para citar solamente algunos títulos de la “fiesta”.

Llama la atención el tenor de los negociados mencionados, porque se parecen sobremanera, en el tipo y en la índole específica, a los escandaletes y enjuagues de que está plagada la política contemporánea. Y creo que de eso se trata la enumeración, de una superposición con liquid paper sobre una realidad que ya comienza a amenazar con cobrarse su parte, luego de años de distorsión, huidas hacia delante, barridas bajo el sillón bastante chapuceras y espejismos variados.

Veamos, como si fuera un check list, caso por caso:

- Ya despejado el país de los viejos terratenientes, reemplazados por pools de siembra y nuevos hacendados provenientes de la clase política y/o industrial y/o gremial, no podemos dejar de recordar la venta de terrenos fiscales en la Patagonia a afortunados compradores, que por un jornal de changarín adquirieron jugosas hectáreas con vista a lagos y glaciares, de muy buenas perspectivas de colocación, a valores estratosféricos, en el futuro inmediato. Lo que se dice estar en el lugar adecuado, en el momento justo.

- En este caso, en lugar de la privatización de Obras Sanitarias, debemos hablar de su reestatización (AYSA), que responde a una larga lista en la que también figuran la del Correo Argentino, la de LAFSA, la del Ferrocarril Belgrano, la de las AFJPs… Aunque, claro está, es bueno recalar por un momento en el propio relato de Bonasso acerca de la corruptela que envolvió en su época la privatización de Obras Sanitarias (fugaz, por cierto): En 1888 se privatizaron, con gran indignación de los porteños, las Obras Sanitarias de la ciudad. Fue a favor de la banca Baring, que por el empréstito entró en crisis en 1891 [curioso efecto de un empréstito concedido seis décadas y media atrás, N. del A.] y Pellegrini debió reestatizarlas en 1892. Los accionistas minoritarios de la Baring quedaron furiosos con el acuerdo y uno de ellos, míster Burstall, mirando la rendición de cuentas, le preguntó cándidamente al Lord Baring: “Las 322 mil libras que se le pagaron a Mr. Celman y Mr. Wilde, ¿podremos recuperarlas?”. Es fácil imaginar la respuesta de Lord Baring.
De ello se desprende, en todo caso, que la mencionada privatización no fue precisamente un gran negocio para los británicos, y que la reestatización llevada a cabo por el “Gringo” Pellegrini, además de generar una algarabía general, en el suponer de Bonasso (que cree que los porteños han sido desde siempre socialdemócratas y ávidos lectores de Página 12), no ocasionó menoscabo alguno al patrimonio nacional, a diferencia de nuestras actuales imposturas, mediante las cuales los privados “despojados” se vuelven a sus casas matrices saltando en una pata.

- ¡Qué decir de los subsidios a los concesionarios de ferrocarriles que no se haya dicho todavía! El tema resulta tan ominoso como escandaloso. Miles y miles de millones de pesos anualmente tirados al inodoro, o mejor dicho, a los bolsillos de los empresarios inescrupulosos de la patria contratista, para que la gente viaje peor que el ganado y se sucedan como una novelita rosa de Cris Morena los mismos acontecimientos: descarrilamientos, demoras, accidentes, incendios…

- En cuanto al sobreprecio monstruoso, en lugar de los terrenos adquiridos para construir el Congreso Nacional, debemos mencionar la adquisición de Aerolíneas Argentinas, que ni siquiera se trata de adquisición de aviones, sino tan sólo de deudas y déficits estructurales, empresa tasada por los idóneos en menos 400 pero que se pretende adquirir en más 900, además de todos los costos en que viene incurriendo el Estado para mantener una cobertura mínima de emergencia (a la que coadyuva el oportuno cierre de Aeroparque) mientras día por medio sale una aeronave de servicio.

- ¿Y qué decir entonces de “la calesita especulativa de los títulos públicos y el correspondiente endeudamiento externo que pesaría sobre las futuras generaciones”? Canjear deuda pendiente de vencimiento con el FMI al 6% anual por un mismo monto de deuda con Venezuela al 14% no parece un gran negocio para la Argentina, y no creo que beneficie demasiado a las generaciones futuras, como tampoco la circunstancia de que la deuda pública actual es aún mayor que la que había en 2001, pese a la promocionada y aplaudida quita del 75% ocurrida un par de años atrás.

En fin, para terminar, Bonasso nos cita el caso de la compra de dos cruceros de guerra a los astilleros Ansaldo de Italia en 1894, en la preparación argentina para un hipotético conflicto con Chile por la demarcación de la frontera patagónica. En tal caso, el representante local de la firma detalló los distintos destinatarios de las coimas que debieron pagarse para conseguir el contrato “hasta completar un modesto 10 por ciento”. No sabemos si en este caso el autor del artículo quiso ser irónico, pero lo que es seguro es que terminó siendo realista. Hoy día ese fee resulta irrisorio, máxime teniendo en cuenta que por ese entonces la compra de armamento tenía carácter absolutamente reservado y no estaba sujeta al mínimo control.



Domingo Faustino Sarmiento dijo respecto de Juan Manuel de Rosas (que dista sideralmente del modelo de político de 1880 como éste del modelo de político del siglo XXI, quien murió en la pobreza más absoluta, cosechando a los 84 años en su huerta su propio alimento, después de haber gastado, de su peculio personal, fortunas en sostener al Estado o en pagar indemnizaciones de guerra a Santa Fe y Entre Ríos para liberar Buenos Aires), y resulta, con la salvedad recién formulada, aplicable al caso: “La principal razón contemporánea para condenar a los grandes hombres es que la condenación de las grandes figuras absuelve y agranda a las pequeñas”.


39 comentarios:

Destouches dijo...

Occam:

Una vez más usted no se ha andado con chiquitas. A mí me parece evidente que este súbito interés por la historia (narrada de forma interesada y parcial) tiene un objetivo político de corto plazo y no meramente académico. Algo así como: "no somos culpables por haber apoyado activamente a un gobierno escandalosamente corrupto, porque todos los gobiernos en Argentina lo han sido". Aunque calificar al gobierno de Kirchner de corrupto es pecar de indulgente: el adjetivo adecuado es "desastroso".

OliverX dijo...

Bonasso está actuando como "intelectual orgánico". No le interesa otra cosa que demostrar que la política es de chorros y para chorros.
El objetivo será, sin lugar a dudas, mantener a la guarida de rufianes fuera de toda intervención ciudadana en manos de grandes hombres.
¿Hace cuánto que no vé un gran hombre de la patria, haciendo mínimos a los impresentables que hoy manejan nuestros destinos?

José Luis dijo...

Occam, la puta que lo parió, por qué no escribirás vos en Crítica, en vez del impresentable de Cogote.

Yo también leí ayer el opúsculo de nuestro inefable ex-bombero (bombero no en el sentido de "apagador de incendios") Bonasso. Casi quemo la notebook. Decí que tenía que mandar unos emails y hacer una conferencia por Skype con Noruega que por teléfono me iba a salir carísima, por eso nomás se salvó.

JL

piscuiza dijo...

Oliver: Decir que a Bonasso le da el cuero para ser "intelectual" es demasiado generoso, prefiero quedarme con otros ejemplos mucho más valiosos.
Bonasso es apenas un señor rentado para difundir las bondades de un modelo que no existe y encima ni siquiera honra el dinero que percibe, porque lo hace a medias, con cierto pudor y bastante tibieza. Para promotora rentada, la rescato a la Donda, es impresentable, pero al menos parece convencida.
Occam: Perdón por contestar a otro mensaje en su blog.
Saludos

Occam dijo...

Destouches:
Exactamente a esa reflexión que usted hace apunta el presente post. Sobre la cuestión de la indulgencia sobre el gobierno que usted califica de "desastroso", o sea, la remisión a otros ejemplos del pasado equiparables en inoperancia y falta de la más mínima idoneidad para el gobierno, temo que la tarea se tornará, para todos estos publicistas aficionados a la media historia, poco más que hercúlea, a no ser que recurran a algún ejemplo radical contemporáneo, lo cual se contradice con el requisito de la distancia en el tiempo, y con ciertos recientes homenajes de venerables ancianos.
Mis cordiales saludos.

Occam dijo...

OliverX: Muchas gracias por su comentario, coincidente con el presente post. Efectivamente, es difícil dar con ese tipo de hombre. En parte, porque evidentemente la diosa Fortuna nos ha dado la espalda (no hay que despreciar ese dato). En parte, porque fallan groseramente los mecanismos de selección que, cosa curiosa, es el punto que más remilgos encuentra a la hora de plantear y llevar a cabo reformas políticas. Ni qué hablar de los sistemas de control de calidad de gestión y de composición del cuerpo burocrático.
Mis cordiales saludos.

Occam dijo...

José Luis: Curioso efecto pernicioso del "Cogote". Antes incendiaba en forma directa, y ahora provoca incendios (en este caso, casi de su notebook) en forma indirecta.
Mis cordiales saludos.

Occam dijo...

Piscuiza: Le reitero que este blog está para eso, para generar el debate entre todos, y no sólo direccional hacia mí, así que no tiene de qué disculparse.
En cuanto a Donda, me parece una excelente idea que una chica tan entusiasta y convencida comience a publicar sus sesudos ensayos, para que podamos apreciar en todo su esplendor el agudo pensamiento oficial.
Mis cordiales saludos.

Anónimo dijo...

Occam:
Muy buena tu nota.
No puedo creer que un terrorista criminal como Bonaso, tenga infulas de investigador de historia, lógico de un nivel de alcantarilla. Nadie le puede contestar que no tiene autoridad moral para opinar de la generación del 80. Ellos, (los del 80) jamás tuvieron un pasado terrorista de atentados con bombas, secuestros, robos, etc.contra el pueblo argentino. Perdón Occam, pero esta apariencia humana, que refleja en su cara lo que es, me resulta muy repugnante verlo y peor leerlo. Es un hipócrita con pasado criminal.
Fortinera.

Occam dijo...

Fortinera: Gracias por dejar su comentario. Tan sólo debo aclarar que Bonasso prolonga los méritos de la pesquisa hacia el citado Israel Lotersztain, que según el artículo, próximamente los plasmará en un libelo. A él, sí es cierto, le pertenecen las interpretaciones y las diatribas.
En cuanto a la autoridad moral, es un tema siempre ríspido, que seguramente tampoco podrían haber franqueado cómodamente otros hombres relevantes de esa época, como el mismísimo General Mitre, por ejemplo.
En tal sentido, debo ser consecuente: no me importa la identidad de quién excribe, sino el contenido de lo que escribe, y su propósito, y hacia eso apunta mi post.
Mis cordiales saludos.

OliverX dijo...

Piscuiza... estaba siendo irónico aunque la palabra "intelectual orgánico" remite a un puesto destacado en la estructura de penetración ideológica desarrollada por Antonio Gramsci.
Beso.

PD: Estimado Occam, la diosa Fortuna está preparando algo bueno para nosotros, téngale fé.

aquiles m. dijo...

Recuerdo cuando este asesino confeso, impidió la toma de su banca, a Luis Patti, que había sido votado, sin que nadie se opusiera con anterioridad, por más de 400 mil ciudadanos de Buenos Aires, teniendo presente que Él sólo pudo ingresar por una lista sábana....

Unknown dijo...

Me pareció que el tono sarcástico de la nota le sienta muy bien.
Leí la nota pero quedé tan estupefacta, que no supe que decir.
Esa vieja historia de robar,ja, casi como decir que es congénito, y que venga de este atorrante.

Occam dijo...

Aquiles: Buena evocación la suya, máxime teniendo en cuenta que el susodicho fue el que llevó sobre sus espaldas, con vehemencia, el 90% del dirty work... No está de más recordar que el diputado frustrado (y la voluntad popular ninguneada) no tenía ni tiene ninguna condena penal que lo inhabilite, por lo que se encuentra amparado por el principio constitucional de inocencia. Asimismo, ese alto principio le ha sido reconocido nada menos que por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. De tal forma, la manera absolutamente burda con que la Cámara de Diputados ha desoído al supremo tribunal, uno de los poderes soberanos de nuestra República, también ha de ser tomada en cuenta en el futuro, a la hora de evaluar las causas de la decadencia de nuestro sistema de justicia, el menoscabo a la división de poderes y, en general, el deterioro institucional.
La figura por la que se reemplazaron los requisitos legales que se hallaban cumplidos es la de "idoneidad moral", el concepto más manipulable y retrógrado (propio de una sociedad teocrática del Libro) que pudiera haberse concebido.
Digo todo esto, porque justamente el artículo que aquí se comenta platea una suerte de relativismo moral, de exculpación a través de antecedentes presuntamente similares, escarbados en la historia, de las propias lacras.
Un abrazo.

Occam dijo...

Cerriwden: Muchas gracias por su comentario. Coincidimos nuevamente.
Mi más cordial saludo.

Mensajero dijo...

Pese a que la biología insiste en darnos una mano cargándose las formas de la carne (lastima que lo hace cuando ya hicieron todo el daño del que éstas eran capaces) insistimos en hacernos cargo del odio ancestral.
¿Qué clase de deber con nuestros padres nos obliga a tomar semejante posta?
Rosas, Sarmiento, Roca, Perón...murieron hace mucho tiempo.
¿Es que aún seguimos creyendo que sus ideas son faros que iluminan la noche futura para guiarnos a buen puerto?
¿Entonces por qué encallamos una y otra vez discutiendo cuál es la señal verdadera?
¿Habrá llegado el tiempo de navegar a ciegas?
Pero claro, también estamos llenos de "vivos", gente pequeña que molesta con sus mezquindades, que no se corre, garcas e iluminados.
Reconozco a unos cuantos miles de argentinos el derecho al odio mutuo por lo que pasó con sus seres queridos, pero la alineación automática de los demás millones detrás de tal o cuál angel o hijo de puta, deberíamos reservarla exclusivamente para el fútbol y, quienes no fuimos víctimas directas, facilitar la pacificación.
Debemos entregar a nuestros asesinos, o, para los idealistas, sacrificar al que se equivocó.
Lo dijo muy bien el Indio Solari respecto a la responsabilidad de Chabán:
"No creo que sea un asesino, pero el cohete le explotó a él...."
O sea, lo siento flaco, hacete cargo...
Lo bien que hubieran hecho los Patti y los Bonasso en ser agradecidos con los vericuetos de las leyes que los salvaron, en guardarse y no molestar.
Occam, se que no es el tema específico del post, pero es lo que me suscitó.
Respetuosos saludos.

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Bonasso es un constructor de historias paralelas. Se la de revisionista y se comporta como el mejor de los mitristas, creando relatos incomprobables y en el peor de los casos, girando la vista hacia un punto cada vez más perdido en la historia, mientras que nuestra actualidad nos fagocita a una velocidad vertiginosa que da miedo.

Es un pelotudo.

piscuiza dijo...

Ver el derrotero de Bonasso por los medios durante el conflicto entre el gobierno y el campo me dio vergüenza ajena. Parecía un omelette en sartén de teflón por miedo a quedar pegado: no era mejor guardarse hasta que aclare?
Oliver: a estos no les da para ninguna penetración y menos una ideólogica, como dicen en el campo: el al ñudo rempujar cuando la pinchila es corta.
Saludos

Occam dijo...

Mensajero: Por el contrario, es usted siempre bienvenido en este espacio, y muy apreciados sus comentarios. Empero, menester es aclarar que, hasta donde yo sé, Patti no fue beneficiado por ninguna ley extraordinaria, como la obediencia debida o el punto final, y tampoco fue indultado; y creo que no tiene ninguna condena, sino tan sólo alguna imputación bastante reciente (año 2003, me parece).
Un muy cordial saludo.

Occam dijo...

Relato: Confieso que su finale molto spesso, como dirían Les Luthiers, me provocó una sonrisa.
Un abrazo.

Occam dijo...

Piscuiza: No subestime tanto el poder de la perseverancia, el bombardeo mediático y los eslóganes de fácil digestión. Tampoco sobrestime tanto la capacidad de discernimiento humana.
Igual, viene bien un poco de optimismo. Lo mismo se agradece de Oliver.
Mi más cordial saludo.

aquiles m. dijo...

Mi estimado Occam:
Te pego aquí mi respuesta a tu comentario, pues he demorado varios días en leerlo con detención.
Abrazos

Mi Estimado Occam:
Perdón por la demora: Pero si no trabajo, no como.
Este miserable, sin saberlo, tomó la usanza del antiguo derecho germánico, es decir, en su construcción, eliminó el mal que lo aquejaba, en toda la línea sanguínea.
Vamos por buen camino.
Aquí es donde debemos aprovechar nuestro invalorable tiempo. Es sólo nuestro, este esfuerzo por el desmenuce de nuestra gravísima realidad social y jurídica. La política la dejamos a un lado, por el momento.
Observo que los argumentos son falaces.
"Los menores delinquen, por no tienen educación" Mentira.
La pobreza no es sinónimo de delincuencia.
Cuando la Argentina se puebla con la pauperización de Europa, no vinieron a delinquir delinquir a estas costas,
como modo de vida.
Fueron nuestros abuelos. Agradecidos a Dios por haber encontrado lo que buscaban. Aunque el desarraigo haya dejado huellas indelebles.
Este año se cumplieron 150 años de la primera inmigración de suizos.
Anduvieron a los tumbos,hasta que el General Urquiza, les proporcionó, tierras, bueyes, vacas, animales de corral, y 200 pesos plata bolivianos. Esto para cada una de las familias.
No vinieron a afanar. Vinieron a comenzar una nueva vida.
La droga y el alcohol destroza a toda sociedad.
Es aquí adonde quiero llegar.
La reinserción social de delincuentes debe ser tomada de manera integral y sistemática.
Con granjas o colonias, o como la quieran llamar.
Pero retirarlos de la circulación. Las cárceles deben ser para comienzo del proceso, sin excarcelación, por cualquier delito.
Luego del veredicto viene el traslado a esos asentamiento. Dependiendo de la gravedad de casa caso. Pero que sea productivo para ellos y redituable para los contribuyentes. Para no seguir cargando con el chamuyo constitucional.
No importa la edad.
El Estado ahorrará dinero, estoy seguro.
Conozco a Destouches. Brillante joven.
Fue en una reunión groncha.
Abrazos.

Victor dijo...

Estimado, lindo artículo, pero no entendí el final.

Me resulta imposible de entender por otra parte el mecanismo de justificación, o negación, de la corrupción de estos intelectuales como Bonasso. Este personaje es un constructor de relatos baratos, dirigidos a la mayoría de la población bienpensante urbana; resentidos y envidiosos, hijos bobos del mayo francés.

Perdón, me enojé... no era la idea. La idea era pasar a saludar nomas.

Forbidden Reloaded dijo...

Occam: no tengo ni sus luces ni su paciencia para referirme a Bonasso, asi que resumiento es un monto hijo de un camión de putas. Punto. Con relación a las coimas a fines del siglo pasado el entonces Teniente Coronel Riccheri fue a comprar fusiles Mauser y cañones Krupp a Alemania. Formalizada la compra los alemanes le ofrecieron el 10% de la comisión, Riccheri la rechazó y le dijo a los alemanes que utilizaran ese dinero para pagar mas fusiles para el Ejército Argentino....seguro ni bonasso ni pigna escribieron nada sobre esta anécdota

Saludos

Hegeliano dijo...

Me cuelo un poco tarde con una pregunta, el Israel Loterztain que menciona el impresentable, sera el mismo que Israel "Cacho" Loterztain, quien fuera lobbista y mas poderoso que el propio embajador de Israel en los vilipendiados 90´s, porque si es así "Cacho" no puede hablar de coimas y negociados, salvo que lo haga para un folleto explicativo del crecimiento de sus representados en el pais durante esa época y a modo de justificación por sus propios "negocios". Equivaldría a que la Barbie, mañana tenga una cátedra de Ética Publica en una universidad.

Es mucha coincidencia para que ambos se llamen igual.

Googlen su nombre y miren.

Occam dijo...

Estimado Aquiles: Justamente, tus ideas entroncan claramente con la tradición hispánica plasmada por Alfonso X en las Siete Partidas (1256-1265), la última de las cuales precisamente contiene, reproducida casi sin variaciones, la fórmula garantística luego entronizada por nuestra Constitución Nacional: Las cárceles son para seguridad y no para castigo (de los condenados). El problema de la transcripción, supongo que debido a algún grado de ignorancia, es en el objeto de la misma. Si en la Partida Séptima estaba contemplada como una ley procesal, es decir, para la prisión preventiva, cuando todavía rige el principio de inocencia y no se puede castigar a quien no es culpable, sino solamente asegurarse que esté presente para el juicio; en nuestra CN pasó a ser una ley penal, es decir, que el famoso latiguillo "para seguridad y no para castigo" pasó a ser garantía en la etapa de aplicación de la pena, que etimológicamente no es otra cosa que un castigo.
De estas flagrantes contradicciones está lleno nuestro derecho, hijo bastardo de muchas normas europeas continentales consideradas en su época muy liberales, con interpolaciones hispánicas descontextualizadas. En fin, su estudio y desmenuzamiento sirve un poco para entendernos...
En cuanto al tipo de penas, ya el Código Tejedor (1860) y el Reglamento para Cárceles (1869) preveían cinco (5) instituciones penitenciarias diferentes, en función del grado, entre las que se contaban la Penitenciaría y el Presidio (máxima seguridad). Una innovación saludable de la época, que contribuyó al poblamiento de los más remotos territorios nacionales, fue la figura de la Colonia Penal, que al pasar recuerdo la de Santa Rosa y la de Presidencia Sáenz Peña (Chaco).
En la Colonia Penal el reo tenía consigo a su familia, tenía casa propia y cultivaba sus propios alimentos, en un régimen de semi libertad vigilada, dentro de los márgenes de un perímetro.
Creo que gran parte de las lacras de la reciente criminalidad, que representaría para la cosmovisión progresista, según la cual siempre la humanidad va mejorando, y el pasado es de inferior calidad moral que el presente, una marcada involución (en realidad, la historia está plagada de esas "involuciones", al punto que resulta pueril sostener la idea del progreso lineal indefinido); es la dada por el fenómeno de la urbanización masiva. Las familias que salen del campo llegan a ubicarse en la periferia de las ciudades en condiciones paupérrimas, y sin que sus hijos se encuentren culturalmente preparados para asimilar un conjunto de asimetrías e iniquidades que en las ciudades se hacen demasiado patentes y en el campo directamente no existen (hábitos de consumo, modas en la indumentaria, elementos de confort, etc.). Ese fenómeno, por ejemplo, fue muy marcado en Colombia y Brasil, con los campesinos corridos de las zonas rurales por la violencia, el narcotráfico y el terrorismo, asentados en las favelas o urbanizaciones precarias en los márgenes de las ciudades. Pero también se dio fuertemente en la Argentina, huelga decirlo.
La corrección de ese mal tan profundo está en recrear condiciones para ruralizar nuevamente a muchos migrantes, generando las condiciones para su desarrollo sociocultural integral en ciudades pequeñas y vinculadas a la producción primaria y artesanal de subsistencia. Ya en los años '30 se había establecido que las ciudades con más de 400.000 habitantes no eran aptas para un desarrollo humano civilizado, sano y equilibrado. En ese momento, por ejemplo, ni Buenos Aires ni San Pablo superaban esa cifra clave.
El Estado debe recuperar esa cualidad fundadora que distinguió a nuestros antepasados, mediante el establecimiento de nuevas ciudades, con su infraestructura y comunicaciones, y de colonias rurales como las que permitieron el desarrollo de nuestros inmigrantes de principios de siglo.
Si a estas alturas de extranjerización tan marcada no nos alcanza con los ejemplos y referencias de nuestro pasado, podemos mencionar para enriquecer la idea la experiencia inglesa en Australia.
Un abrazo.

Occam dijo...

Estimado Víctor: Gracias por pasar y por tu comentario. Ocurre que Sarmiento, entre tantas virtudes que lo distinguen, destacaba por su sinceridad. La construcción de nuestra historia se trata de una distorsión deliberada, pergeñada y llevada a cabo por Mitre y difundida por Sarmiento, que pone arbitrariamente (muchas veces, injustificadamente) a algunos nombres -los que les son afines o los que no pueden soslayar- en el bronce y a otros los mandan al sótano del descrédito, cuando no del directo ostracismo. Sarmiento, empero, nunca pudo con su genio, y dejó decenas de declaraciones en las que se exteriorizaba este deliberado proceder. Pero más allá de la anécdota, lo cierto es que justamente, el modus operandi de demonizar o defenestrar a los predecesores para exculparse de las propias lacras, tiene muy larga data, y casi casi, es un artículo inherente a nuestra más marcada identidad.
Un abrazo.

Occam dijo...

Estimado Forbidden: Muchas gracias por esa anécdota tan necesaria. Precisamente, creo que en estos momentos estamos más necesitados de esas referencias, que de las otras, las que tanto complacen a estos arqueólogos de pacotilla del staff oficial. Demandamos solemnemente un poco de generosidad y honra de parte de nuestros nuevos historiadores estrella, aunque temo que obtendremos mucho más de los mismo...
Un abrazo

Occam dijo...

Hegeliano: Muy bueno su dato. Evidentemente, debe tratarse del mismo, o a lo sumo, de un pariente muy cercano, ya que ni apellido ni nombre son tan frecuentes por estas latitudes. Vendría a coronar el colmo del despropósito, y ojo, siempre reafirmando mi tenaz vocación de no censurar las ideas por las personas, en lo que me afano en ser consecuente.
Un muy cordial saludo.

aquiles m. dijo...

Mi querido Occam:
Habrá que poner manos a la obra.
Con los dificultosos mentales que pueblan el Parlamento, no les desagradará una buena idea !!!
Cuenta conmigo.
Preocupado por esto he hurgado en la cuestión cárceles. Me impresionó la cantidad de ellas que son privadas.
Abrazos

(OtrosCantares de un) Ojo abierto dijo...

Leí en su momento la memorable columna de Bonasso, atraída por el título que contenía la palabra "robar" (referido a afanar). ¿De quién se puede hablar cuando se habla de "robar" en una columna de un diario ´denunciante`, si no es de este gobierno?, me pregunté.
Imaginé la posibilidad de que el autor pudo haber tenido una conversión abrupta (se había transformado en ´bueno´...obvio que tras un dificultoso proceso de meas culpas y arrepentimientos)y que nos iba a contar sobre suculentos secretos del establishment del oficialismo. ¿Ingenua, yo?.
Cuando ví que se refirió al pasado recontra pasado (ya ni de los 70´...), tuve ganas de acogotar al cogote.
Conclusión: Lanata, entre bambalinas, cree que los lectores son muy estúpidos. Otro que completa la rifa editorial de ´Crítica de la Argentina`es Sietecase.
En otras épocas, las hojas inservibles de los diarios se utilizaban, al menos, para que el almacenero del barrio envolviera los huevos.

pau dijo...

Occam: Más allá de la viveza profesionalizada del caso particular, tolerancia de la ilegalidad es una institución que ha existido por 500 años, no la descubrió Bonasso.
S2

Occam dijo...

(Otros cantares de un) Ojo abierto: Muchas gracias por su comentario. En efecto, Lanata desde siempre se ha caracterizado por esa ambigüedad editorial, que él considerará pluralista, pero que en el fondo torna sus productos en un entramado incoherente.

Mis más cordiales saludos.

Occam dijo...

Pau: Seguro que sí. Hay muchísimo para escribir al respecto. Por eso es que yo enfaticé el carácter avieso de la maniobra y no la veracidad del contenido.
Mis cordiales saludos.

Incorrecto dijo...

Occam, muy bueno. Quería dejarle una reflexión que escuché de un argentino común, y es triste: los Argentinos no tienen los gobernantes que se merecen, sino los que se les parecen.
Lo voy a linkear en mi modesto y un poco olvidado blog.

Occam dijo...

Incorrecto: Muchas gracias por pasar. Espero verlo seguido por estos pagos. Muy buena (y lamentablemente ajustada) la reflexión que usted aporta. Justamente ayer, conversando con un amigo, yo decía esto mismo: la mayoría de los que critican las taras o picardías de los gobernantes lo hacen antes por envidia que por convicción. Me refiero a que, a la mayoría, le gustaría estar haciendo lo mismo (y de hecho, comete pequeños crímenes y egoísmos en la vida cotidiana civil; basta ver cómo se maneja nada más). En sociedades donde la convivencia comunitaria y la paz social no se han interiorizado como valores espontáneos, el único disuasor es un sistema sancionador justo, eficaz, inmediato e implacable. Por ello, la impunidad estructural refuerza esa idea general, en algunos casos (como los medios) de complacencia; en otros, de envidia por no poder ocupar ese lugar para hacer lo mismo.
Mis cordiales saludos.

Incorrecto dijo...

Exacto Occam, un sistema sancionador justo, eficaz, inmediato e implacable. En un país donde a cada rato se despotrica a diestra y siniestra de autoritarismo, lo que falta justamente es...AUTORIDAD.

Occam dijo...

Incorrecto:
Así es. Falta autoridad.
Ayer vi la película "Criminal", que es la adaptación yanqui de nuestra "Nueve Reinas". Obviamente, el resultado es más pobre que el original, falta picardía y falta profundidad (y las actuaciones de la versión argentina, aunque parezca extraño, son muy superiores; también los diálogos). Más allá de las innumerables modificaciones de la adaptación, lo interesante es que ellas responden más que a necesidades de guión (repito que el yanqui está muy empobrecido) a cuestiones de aplicación cultural. Ello torna el dato de un grande interés.
Una de esas modificaciones, muy trascendente, ocurre sobre el final. Como no podían hacer quebrar un banco para que se frustrase el plan de los estafadores, hacen detener al "Darín" americano por una presunta denuncia de robo del cheque. Ello lleva por consecuencia la condena penal del felón por sus fechorías. Nuestra versión, en cambio, traduce nuestro espíritu e idiosincracia: confiamos el castigo al destino, el famoso "todo se paga", "la mesa es redonda", "todo vuelve", etc. Muy totémica nuestra concepción de la justicia.
Un cordial saludo.

Anónimo dijo...
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