Como se trata de un documento cuya finalidad es la difusión de mano en mano, o de correo en correo, creo que al agregarle este medio de publicidad contribuyo con su objeto, tal vez más que tomándome la molestia de reenviarlo a todos mis contactos. Aquí van algunas de las diapositivas entonces (click sobre cada imagen para ampliarla):
miércoles, 31 de agosto de 2011
Lo lingüísticamente correcto
Como se trata de un documento cuya finalidad es la difusión de mano en mano, o de correo en correo, creo que al agregarle este medio de publicidad contribuyo con su objeto, tal vez más que tomándome la molestia de reenviarlo a todos mis contactos. Aquí van algunas de las diapositivas entonces (click sobre cada imagen para ampliarla):
lunes, 29 de agosto de 2011
Telegrama
"Lombrosiana", de José María Cao. Análisis criminológico a la moda de la época. Aparecido originalmente en Caras y Caretas Nº 421, 27 octubre 1906. Publicado en La Argentina sin careta. Ilustraciones 1893-1918 por la Fundación OSDE.
La política según Roca. Control electoral y exclusión de opositores; en op. cit. infra, p. 32.
El caso culminante lo constituye José Figueroa Alcorta, que detentó la máxima autoridad en los tres órganos de la República: fue Presidente de la Corte Suprema, Presidente de la Cámara de Senadores, y Presidente de la República. Además fue, faltaba más, diputado nacional y gobernador de la Provincia de Córdoba (provincia donde fue también diputado, senador, ministro de Gobierno y ministro de Hacienda).
Podemos afirmar que, de esa generación del '80, ninguno de los representantes de la elite tenía tiempo de quedarse en casa, o de dedicarse a la actividad privada. Cuando no había algún carguito dando vueltas, siempre el mundo les ofrecía la oportunidad de viajar, a través del noble ejercicio de la diplomacia.
A un esquema de partido hegemónico, llamado con justicia el "unicato" en donde las elecciones se resolvían entre distintos miembros y "ligas" del mismo Partido Autonomista Nacional (PAN), se le agregaban arteros mecanismos de "elecciones controladas" por el mismo gobierno que las organizaba, que han sido resumidos, por ejemplo, como sigue:
"Indalecio Gómez, ministro de Interior durante la presidencia de Roque Sáenz Peña, se refirió ala dinámica electoral del roquismo: 'Lo odioso no es que se cometan venalidades, que se cometan maniobras fraudulentas por los ciudadanos, sino que sea el gobierno mismo el que provoque esos delitos'. La acusación apuntaba al gobierno como principal promotor del control electoral. Desde 1880, la competencia electoral entre partidos disminuyó o bien se concentró en las disputas entre las ligas del PAN.
[Fuente: Maniobras roquistas. Cómo funcionaba el control electoral, en Historia de las Elecciones Argentinas, Tº 2, "1853-1910. Aprendizaje electoral", AGEA S.A., Bs. As., 2011, ISBN 978-987-07-1389-0; pp. 40-41].
Hace poco leía a un historiador que reflexionaba que uno de los méritos de esa oligarquía decimonónica fue el haber emplazado gran cantidad de postes de telégrafo, para integrar las comunicaciones en un país tan vasto, atribuyendo al telegrama (el mensaje breve que se envía por medio del telégrafo) el carácter de anticipo secular respecto de la Internet. También en los telegramas encontramos afinidades y puntos de contacto entre las oligarquías separadas por más de un siglo.
Aquí, en estos telegramas sugestivamente tachonados, corregidos y con discrepancias numéricas, y otras barrabasadas varias. Aquí también. Y aquí. O este otro caso, en el cual el presidente de mesa tiene DNI comenzado en 40 millones, o sea, una edad de entre 14 y 15 años.
Y este caso, más que sugestivo. Faltó que la autoridad de mesa escribiera: "Va el cheque en blanco. Complétenlo ustedes, que no tengo ganas/tiempo/conocimiento para hacer la cuenta".
Como después de toda bonanza (ciertamente ayudada por el talento, hay que reconocerlo, y lamentar que siquiera un émulo disminuido a un 10% del Gringo Pellegrini esté en condiciones hoy día de afrontar la crisis que se viene; concluía Pacho O'Donnell sobre el gabinete de Don Carlos en Historias Argentinas, Sudamericana, Bs. As., 2006, p. 184: "A nadie escapará el elevado nivel intelectual de dichos hombres, tan ausente en muchos de los gabinetes recientes") viene el declive, que Argentina vivió cuando comenzó la Gran Guerra del 14, y luego la mishiadura, que Argentina vivió a partir de la Gran Depresión del 29, quedará para cada uno analizar si, entre las lamentables diferencias entre una y otra oligarquía, hay alguna que radique en cuestiones infraestructurales, materiales, básicas.
Si todavía viajamos sobre los rieles que se emplazaron en aquella época, y usamos sus telegramas, si Argentina tuvo entonces para tirar medio siglo con el changüí de los excedentes financieros gestionados en la época de bonanza; cabe preguntarnos, ante las inequívocas señales de un nuevo declive, qué nos deja la actual oligarquía para pelechar mañana, más que compromisos económicos en forma de subsidios estructurales para una gigantesca masa humana clientelar sin capacidad para ganarse el pan con sus propias armas, es decir, una deuda social explosiva, nada más. Y nada menos.
viernes, 26 de agosto de 2011
Lo Políticamente Correcto
Cadenas y verdugos son los instrumentos groseros que empleaba antaño la tiranía; pero en nuestros días la civilización ha perfeccionado hasta al despotismo mismo, que sin embargo parecía no tener nada que aprender (...). El príncipe había, por así decir, materializado la violencia; las repúblicas democráticas actuales la han tornado tan intelectual como la propia voluntad humana que ella intenta constreñir. Bajo el gobierno absoluto de uno solo, el despotismo, para llegar al alma golpeaba groseramente el cuerpo; y el alma, escapando a esos golpes, se elevaba gloriosa. Pero, en las repúblicas democráticas, la tiranía no procede así; deja el cuerpo y va derecho al alma. El amo no dice más: pensaréis como yo o moriréis; dice: sois libre de poder pensar como yo; os quedáis con vuestra vida y vuestros bienes. Pero, desde este día, sois un extraño entre nosotros. Conservaréis vuestros privilegios en la Ciudad, pero os resultarán inútiles porque, si procuráis el cambio de vuestros conciudadanos, no lo aceptarán; y si demandáis sólo su estima, os la rehusarán. Permaneceréis entre los hombres pero perderéis vuestros derechos a la humanidad. Cuando os acerquéis a vuestros semejantes, huirán de vos como de un ser impuro; y hasta los que crean en vuestra inocencia os abandonarán, pues se les escaparía a su turno a ellos también. Id en paz, os dejo la vida, pero os la dejo peor que la muerte.
(...)
Lo PC se caracteriza siempre por una inversión de los conceptos, como en la utilización abusiva de los términos democracia o tolerancia. Sus partidarios reclaman así la tolerancia para los demandantes de asilo, los inmigrados, los musulmanes, los gitanos, los criminales y los terroristas, como para las minorías sexuales. En realidad, el esquema es siempre más o menos el mismo: primeramente se reclama derechos iguales para esos grupos; luego, se los privilegia. Esta situación conduce a que toda crítica respecto de estos grupos sea denunciada como un prejuicio de tipo fascista, autoritario o racista. Al final, se promulga una ley que prohíbe pura y simplemente toda crítica.
A la inversa, las convicciones de la mayoría son frecuentemente menospreciadas. Los fundamentos de la ley cristiana son frecuentemente ridiculizados y tratados con desdén, mientras que un solo comentario irónico sobre un culto africano puede fácilmente transformar a su autor en un cuasi criminal SS. Ya en 1916, Vilfredo Pareto escribía en su Tratado de Sociología General: Las demandas de igualdad ocultan casi siempre pretensiones de privilegios (...) Los inferiores quieren ser iguales a los superiores, y no admiten que éstos sean a su vez sus iguales.
Finalmente, en 2006 Dietrich Schwanitz escribe con una claridad y sutileza encomiables, en el artículo "Lo Políticamente Correcto" de su libro La Cultura. Todo lo que hay que saber (Punto de Lectura, Madrid):
En otras palabras: el mismo mercado de opiniones se ha convertido en un campo de batalla. Uno puede estar bien o mal situado, por lo que hay que tener precaución. Para orientarse en él existen señales luminosas con inscripciones como "Fascista. Prohibido el paso. ¡Peligro de muerte!"; "Machista. Peligro. Los hijos responden por sus padres"; "¡Atención! Trayecto peligroso. Eurocentrista. Logocentrista. Falocrático"; "¡Cuidado! Elitista"; "Biologismo. Firme deslizante”.
martes, 16 de agosto de 2011
Números didácticos
Quien quizás mejor represente esa onda de paz y amor, y transmita a la población y a los periodistas una imagen de asepsia científica, de neutralidad y de objetividad, sea el Ministro del Interior Florencio Randazzo, que pacientemente se presta a demostrar desde el púlpito las bondades del sistema electoral más vetusto y antiecológico (bosques y bosques devorados por las boletas sábanas de 7 secciones) de esta parte del planeta.
Con esa paciencia, esa neutralidad y esa capacidad didáctica, deslizó un concepto que rápidamente también caló en la primera mandataria ya reelecta, que en su conferencia de prensa repitió un par de veces: en estas elecciones PASO, se registró "la más alta participación electoral de los últimos 28 años".
Sabemos que a veces pecamos de obsesivos, y que a estas alturas, decimales más decimales menos, ni siquiera tendríamos que tener ganas de contradecir al Ministro. De hecho, en el artículo del día de ayer hicimos hincapié en la enorme participación ciudadana, que implica por supuesto la irreversibilidad del pasado plebiscito en el siguiente octubre.
Sin embargo, mencionaremos sucintamente, sin mayores abundamientos, los porcentajes de participación de votantes sobre el total de inscriptos en el padrón en las otras elecciones presidenciales de estos últimos 28 años (recordando, por otra parte, siempre siguiendo los razonamientos del Ministro, que el padrón ha sido enormemente depurado por ésta su gestión, en parte por la implementación de los nuevos DNIs y el cruce de información electrónica con el Registro Nacional de las Personas; es decir, que el padrón actual resultaría más "sincero", menos "inflado" que los otros que tomamos por referencia, y por tal motivo, el porcentaje de votantes efectivos debería ser aun mayor).
1983
Padrón: 17.929.591
Votantes: 15.350.186
Participación: 85,61%
Participación votos afirmativos: 83,26%
1989
Padrón: 20.021.849
Votantes: 17.086.704
Participación: 85,34%
Participación votos afirmativos: 83,64%
1995
Padrón: 22.178.154
Votantes: 18.203.452
Participación: 82,08%
Participación votos afirmativos: 78,43%
1999
Padrón: 24.201.563
Votantes: 19.878.018
Participación: 82,14%
Participación votos afirmativos: 78,30%
2003
Padrón: 25.480.440
Votantes: 19.930.111
Participación: 78,22%
Participación votos afirmativos: 76,09%
2007
Padrón: 27.091.037
Votantes: 20.673.170
Participación: 76,31%
Participación votos afirmativos: 70,51%
2011
Padrón: 28.853.153
Votantes: 21.757.053
Participación: 75,41%
Participación votos afirmativos: 71,74%
Lo expuesto no cambia nada, naturalmente, y sigue indicando un grado de participación muy interesante, máxime considerando el creciente escepticismo y la resignación en un público que ya no espera mayores cambios en la política, y tan sólo aspira a un módico pasar sin mayores sobresaltos.
Solamente nos vemos en la obligación de ponerlo de resalto, de la misma forma que en su momento indicamos los falseamientos que, respecto de inflación, costo de vida, canasta básica, etc., emanaban de las informaciones oficiales. La conclusión que puede establecerse de las diferencias entre discurso y realidad no son cuantitativamente relevantes. Aunque cualitativamente, señalan una discrepancia tendencial: no es que estamos cada vez mejor, sino que estamos cada vez peor, pero un poco menos mal de lo que creíamos. No es que nuestro dinero compre más este mes que el mes pasado, sino que no compra demasiado menos, tal vez dos o tres productos que habrá que bajar del changuito en cada compra. No es que haya menos crímenes violentos que el año anterior, sino que hay más, pero igual la mayoría sobrevivimos, tampoco el conurbano se transformó en Caracas todavía...
Dejamos, finalmente, un spot didáctico del mismo neutral, objetivo y aséptico Ministerio del Interior (en la jerga administrativa, Miniver), que por su naturaleza pedagógica y neutral, objetiva, etc., pasó los filtros de la veda. En él vemos que la silueta de la candidata ubicada a la derecha de la pantalla en color marrón, que inequívocamente remite a la actual presidenta (las otras dos mujeres precandidatas, Elisa y Alcira, distan un eón de esa figura; seguro que Alcira es la silueta naranja que se cae en la segunda parte del corto), es la que el dedito ejemplificador elije como su preferencia y obtiene el 48,1% de los votos. Prueba de que en tan neutral, objetivo y aséptico Ministerio rige como regla ética la mesura y la cautela.
lunes, 15 de agosto de 2011
El pueblo, siempre
sábado, 13 de agosto de 2011
Barba Azul y las lecciones de Landrú
viernes, 12 de agosto de 2011
Otras definiciones
lunes, 8 de agosto de 2011
Un cucú en el nido del pueblo
Hace un tiempo atrás Relato del Presente (que hoy cumple 3 años, y aprovechamos esta ocasión para saludarlo y felicitarlo) publicó un artículo al que ilustró, entre otras, con una de esas curiosas fotos que enriquecen su archivo con pintoresquismo y mucha bizarría (en el sentido anglo-francés del término).
En la foto, jóvenes “militantes” de $ 40.000 per cápita al mes pagados por Juan Pueblo, junto a un variopinto espectro de personajes del elenco estable de Buenos Aires La Provincia, practican el gesto ridículamente gastado e hipócrita de la “V” de “Perón Vuelve” (justamente, la situación menos deseada por el inspirador del nombre de la agrupación juvenil, y la banda de imberbes que se había enquistado en la Administración pública a partir del 25 de mayo de 1973, a la que la vuelta del viejo líder de masas vino justamente a aguarles el asado).
Uno de ellos, llama particularmente la atención. Y ello así, porque luce una remera con la imagen del Brigadier General y General de Campaña de la Provincia de Buenos Aires, Restaurador de las Leyes y Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, Don Juan Manuel de Rosas.
A partir de Juan José Hernández Arregui, y su intento de amalgamar el socialismo revolucionario marxista (internacional) con el nacionalismo argentino aparece, en esa juventud católica acomodada y acomplejada de procedencia claramente gorila que luego sería el famoso entrismo en el peronismo (el de “Perón y Evita, la Patria socialista”), la revisión de la figura del Restaurador en la historia nacional, que en el nacionalismo ya contaba para entonces, principios de los ’70, con una erudita, documentada y lujosa trayectoria.
En efecto, la historiografía liberal que había literalmente borrado al “Tirano” de la historia, reescribiéndola a partir de Caseros, y sobre todo con Mitre, encontró en el socialismo y el comunismo y los demás partidos tradicionales que integraron el contubernio de la Década Infame, a fervorosos adherentes, que en común consolidaron una historia oficial que no admitía disenso.
Postulado el trío San Martín – Rosas – Perón por el peronismo, y anatematizado Perón como “el Tirano sangriento” luego de la Reacción Libertadura en 1955 (al punto que era obligatorio llamarlo así), el 16 de septiembre de 1955 pasó a ser el equivalente cíclico del 3 de febrero de 1852, y los golpistas a asimilarse a los federales traidores y los unitarios que acompañaron a los brasileros para la derrota nacional en los campos de Morón.
Resultaba el camino evidente para lubricar el proceso de entrismo en un movimiento popular que les era ajeno y a veces incomprensible, la sobreactuación del revisionismo histórico. Así, el término “montoneros” evocaba las montoneras federales que resistieron el proceso centralizador posterior a Pavón, y el empleo de la estrella federal (punzó de ocho puntas) pasó a ser parte de la iconografía obligatoria, en emblemas y grafitos de los grupos marxistas como las FAR.
Hoy día, en este proceso de caretismo e impostura, las consignas y los dibujitos se repiten sin reflexión y en la mayor ignorancia. Aunque, claro está, no falto de intencionalidad, ese método publicitario berreta sostenido en la apropiación de un revisionismo venerable, llevado adelante por grandes y serios historiadores que siempre han perseguido el objetivo exactamente opuesto al de los usurpadores, es decir, la unidad y la nación frente al sectarismo y la facción; a veces es digerido con notable dificultad y litros de Reliverán. Léase al respecto como botón de muestra, la reacción visceral y diarreica del pateta de Horacio González ante el reconocimiento oficial del Día de la Soberanía, en el Boletín Oficial/12 de ese entonces.
El pájaro cucú es el pata de lana de la naturaleza, por lo menos, en la ornitología. Él pone sus huevos en los nidos de otros pájaros, para que éstos los empollen y luego alimenten a los pichones. Para hacerlo impunemente, primero desplaza del nido la misma cantidad de huevos que los que va a depositar en reemplazo, porque los pájaros saben contar. Además, elige especies más pequeñas, de modo tal que cuando el pequeño cucú nace, al poco tiempo arroja para abajo a sus “hermanastros”, para concentrar todas las atenciones de sus involuntarios tutores, a veces de un tercio del tamaño del pichón vividor.
Así venimos alimentando con cantidades ingentes de recursos a los pichones cucúes que prepotentes demandan nuestro atencioso servicio. Pero, claro está, no podemos, más allá de soportar estoicos semejante afrenta, desconocer la evidencia de la impostura. Podemos ser cornudos (de hecho, en varias lenguas, como el francés, se hace mención al cucú cuando se alude a esa infortunada condición), pero no podemos permitirnos al menos manifestar que lo sabemos, y que no lo aceptamos. Si no lo sabemos a esta altura, además de cornudos somos estúpidos. Si lo sabemos y lo aceptamos, somos cornudos conscientes.
Todo pichón de cucú ignora o no comparte esos mismos emblemas, símbolos, epónimos y personalidades con los que disfraza su condición alógena. Con los que decora sus remeras, sus banderas, sus pintadas callejeras. Cuando decimos que “ignora o no comparte”, decimos que “si no ignorara no compartiría”, eso está claro.
Yendo a un aspecto más elemental del intrusaje, detengámonos un momento en el asunto de lo popular. Allí apreciamos una desviación tan enorme que está en el plano de lo antitético.
El concepto de lo popular de Rosas (un gobernante indudablemente popular), por ejemplo, está vinculado con una idea de excelencia, que parte del reconocimiento de las propias esencia, capacidad e historia del pueblo, para potenciar, a través de la organización y la disciplina, las mejores virtudes de ese pueblo.
El concepto de lo popular de estos improvisados populistas, parte de un desconocimiento elemental del pueblo al que pretenden subyugar y seducir a través de sobornos y dádivas, y que por tanto se transforma en una profundización de sus defectos. El camino facilista, que invariablemente potencia las tendencias entrópicas. Lo contrario del adagio peronista de “los hombres son buenos, pero si se los controla, son mejores”. Así entonces, serán “populares” la jarra loca, la promiscuidad irresponsable, la música apologética del delito, la vagancia, el escarnio del que trabaja y del que estudia (el “gil”), la subcultura tumbera, la subcultura villera, la subcultura inmigrante… todos aquellos fenómenos disgregantes del pueblo, a favor de la masa informe y caótica de gente desarraigada y sin destino.
Ilustremos esta reflexión, frente a las actuales lamentables circunstancias, en las que por ejemplo, sólo se puede censar en las villas durante la mañana porque es cuando los malandras duermen, y en que se fomenta deliberadamente la holganza, con las instrucciones para los capataces en el Reglamento de Estancias de Juan Manuel de Rosas de 1825:
“Los capataces de las haciendas deben ser madrugadores y no dormilones; un capataz que no sea madrugador, no sirve por esta razón. Es preciso observar si madrugan y si cumplen con mis encargos. Deben levantarse en verano, otoño y primavera un poco antes de venir el día, para tener tiempo de despertar su gente, hacer ensillar a todos y luego tomar su mate y estar listos para salir al campo, al aclarar. En invierno deben levantarse mucho antes del día, pero no saldrán al campo hasta que aclare bien. En aclarando bien, ya deben salir. Si niebla no saldrán hasta que se quite, y en el acto de irse quitando, ya saldrán. En tanto no se quita la niebla, los entretendrán a los peones en lo que haya que hacer en las casas, si es que hay, y si no, les harán reparar las huascas y defectos que tengan sus recados”.
Y ya que hablamos de entropía, enunciaremos brevemente el otro equívoco basal: El que parte de confundir Justicia Social con Igualdad, grave equívoco lamentablemente muy difundido por nuestra creciente incultura política. Para tantos “Mordisquitos” que ofician de pichones de cucúes, vayan entonces estos versos de un cabal peronista, que había entendido y expresado claramente esa esencial diferencia y ese recelo para con la igualdad entrópica, y que consta en el que fuera durante décadas el Himno Social Argentino:
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor...
Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador.
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!
Enrique Santos Discépolo, Cambalache, 1934.