No vamos a hacer ahora una semblanza de León Arslanián, quien fuera entre otras cosas Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires en 1998-1999 y 2004-2007, mandato este último durante el cual implementó la Policía 2 y el 911, y llevó adelante una numerosa "purga policial" (según sus propias palabras a La Nación, el 13 de junio de 2004), tecnologizando los medios de espionaje interno de la fuerza (las famosas escuchas telefónicas del aún vigente Hugo Matzkin, desde 2011, Coordinador General de Seguridad de la Bonaerense), y dando de baja a más de un millar de efectivos en pocos meses, que se sumaron a los 300 que exoneró en 1998.
Para semblanza me resulta la más curiosa (aunque no inverosímil), la que apuntan Marcelo Larraquy y Roberto Caballero en su libro Galimberti. De Perón a Susana, de Montoneros a la CIA (Biografía No Autorizada), Grupo Editorial Norma, Bs. As., 2000. En la página 15 puede leerse:
"Terminamos hablando de la reforma policial bonaerense y (Rodolfo Galimberti) recordó una anécdota sobre el doctor León Arslanián: 'Tuvimos una reunión y mientras me habla veo que se va inclinando despacio, despegando el culo del asiento hasta que se larga un pedo, y siguió hablando como si nada. ¿Qué confianza se puede tener en un tipo así?', se quejó".
Tampoco conozco mucho de su entorno, y sólo puedo mencionar que, cuando fue Ministro de Justicia de Carlos Menem (1991-1993) hizo ingresar en esa cartera, más precisamente en la Dirección Nacional de Política Criminal, a alguna gente académicamente muy preparada, pero con una visión criminológica marginal hasta respecto del garantismo más ultraísta. Muchachos que cómodamente, café de por medio, se permitían calificar a Eugenio Zaffaroni de "facho" por enriquecer sus disertaciones en los '90 con la mención (ya de por sí encomiable, cuando le hubiera resultado más cómodo el plagio) de ciertos autores alemanes de difícil acceso para la comunidad de habla castellana.
El 13 de mayo de 1999 el Instituto de Seguridad Pública de la Fundación Novum Millenium (una suerte de think tank del entonces promisorio Recrear, dirigido por el Dr. Adolfo Sturzenegger) realizó la Jornada sobre Delito Urbano y Seguridad Institucional. En ese evento disertó Arslanián sobre Reforma Policial en la Provincia de Buenos Aires. Todo lo allí hablado quedó luego inmortalizado (para mortificación de alguno de los disertantes) en una publicación que realizara la Fundación y distribuyera gratuitamente 3 meses después.
Al momento del Debate posterior a las disertaciones, se le preguntó al orador acerca de ciertos datos estadísticos que había proporcionado. Concretamente, había dicho en su relato: "El fenómeno que observamos en la Provincia de Buenos Aires es que existen 400 villas de emergencia, incluso un solo departamento tiene 49. En las villas miseria han nacido, vivido, multiplicado, envejecido y muerto generaciones. Quienes viven allí están totalmente al margen de lo que es la sociedad de consumo, al margen de las posibilidades de satisfacer las necesidades mínimas. Es evidente que este grupo -3.000.000 de personas según el INDEC- no tiene ninguna razón para respetar el pacto social..."
Reproducimos a continuación ese intercambio, porque nos resulta particularmente interesante, no solamente desde lo discursivo (12 años, evidentemente, son un tiempo largo en la Argentina), sino sobre todo desde lo lógico. No nos detengamos mucho explicándolo, y vayamos al texto:
Pregunta: Esos 3 millones de personas que estarían en condiciones inferiores a la mínima, ¿están en las 400 villas o las exceden?
Dr. Arslanián: Para plantearlo en otros términos. ¿Son delincuentes todos los que viven en las villas? Esta sería la pregunta. Pienso que no. Hay mucha gente que no vive en una villa, que a lo mejor vive en cualquier tipo de asentamiento, en la vía pública, y también delinque.
Como decía San Agustín, no podemos exigir de la miseria la virtud y me consta por haber ido en mis operativos a villas. En las villas se establece un sistema bastante complejo mediante el cual gente que no delinque se ve cuando menos compelida a encubrir, ya sea colaborando en la reducción, receptando los objetos del robo, por temor a alguna consecuencia. En su interior se cobran peajes, una serie de historias.
El fenómeno tiene un grado de generalidad muy importante. No quiero entrar a etiquetar, pero ésta es la realidad que uno ve cuando concurre a lugares de esas características. Además, todos los episodios que la crónica diaria registra en la Ciudad de Buenos Aires, son cometidos por gente de condición misérrima que vive en las villas. A la Villa 31 inexplicablemente situada todavía a 200 metros del Patio Bulrich, van los jóvenes que arrebatan en el Microcentro, Recoleta y la zona del Obelisco.
***
Para terminar, dejo este artículo, que puede llegar a interesar a algún lector (por cuestiones técnicas, no está linkeado directamente, sino que debe copiarse la dirección y pegarla en una ventana nueva del navegador):
http://publicaronline.net/2011/02/27/cristina-quiere-que-arslanian-garre-y-verbitsky-manejen-la-seguridad-bonaerense/
9 comentarios:
Al margen del tema, parece que estos tipos brillantes tienen por otro lado una tara de indole corporal, dicen que el ex-juez trovato en la carcel lo golpearon a menudo por hacer lo mismo que este cerdo.
Strauss Kann, otro que tira y pega.
Pero con respecto al tema, ¿Occam en serio se pregunta porque esta la villa 31 todavia?, ¿no sera que balancea el padron de capital para intendente?
Hegeliano: Tenga usted en cuenta que el susodicho se hace la pregunta situacional en 1999, cuando la mayor parte de la gente pensaba que la Villa 31 era una cuestión provisoria, y el debate se planteaba en torno a cuál debería ser la nueva localización de las viviendas que les construirían a los desplazados de esos predios del Estado.
La Argentina es sorprendentemente unánime (por lo menos en la llamada "opinión pública") para construir consensos, como lábil para consolidarlos en el tiempo. Hoy día el consenso está en torno a la urbanización de ese asentamiento, en lo pintoresco que es, en sus ferias, sus casitas de varios pisos, las antenas de Direct TV y la peluquería de Rubén Orlando. En general, este reciente consenso debió ser previsible hace 12 años, pero sin embargo no lo era. Previsible porque en la Argentina todo lo que es transitorio, precario y de necesaria modificación, se transforma con el tiempo, la inoperancia y la inacción en perenne, pétreo y hasta deseable y necesario.
Hace 12 años no estaba planteado problema alguno con la Villa 21 (la temible Zabaleta), que era un conglomerado precario de casillas en una zona de riesgo sanitario, por proximidad con el Riachuelo, de obvia inminente remoción. Tampoco se presentaba problema con la 1-11-14, que era otro asentamiento irregular en terrenos destinados por el propio gobierno para viviendas. De modo que en poco tiempo éstas sustituirían a aquél. Todavía no se había producido el desembarco de las bandas narcos de ex senderistas que venían desde Perú desplazados por Fujimori, y que aquí hicieron su presentación en sociedad en 2001, con una feroz masacre de paraguayos en una canchita de futbol.
En fin, el discurso se orientaba de otra forma. De ahí lo curioso del archivo, teniendo en cuenta con qué otros dos personajes ahora el citado hace trío para el cabildeo.
Más allá de ello, confieso que encontré el texto de casualidad, buceando en cuestiones de política criminal (materia que, como hoy es inexistente, debe consultarse al menos respecto de la bibliografía nacional, en libros de una década o más de antigüedad), y me sorprendió la cantidad de contradicciones e incoherencias proferidas ante una pregunta. A si los 3 millones de personas viviendo bajo la línea de pobreza viven en las 400 villas relevadas, el consultado responde reformulando arbitrariamente la pregunta: si todos los que viven en villas delinquen, y se responde diciendo que no (?), que también delinquen los que viven en la calle o en otra situación de precariedad. Para después decir que todos los que viven en villas son de alguna manera cómplices de situaciones de encubrimiento o conexas con el delito. Y termina por sostener que todos los delitos en la ciudad se cometen por gente que vive en las villas.
Me pareció divertido. Me lo imaginaba a Alfredo Casero en una de sus monumentales sanatas de "Juzguemos a los otros" contestando un biribirloque semejante, con la pipa en la mano, e impostura de especialista.
Un cordial saludo.
Con total seguridad me atrevo a afirmar que el problema tal como ud. lo plantea trasciende las fronteras de la CABA.Pero a nadie le importa después del escrutinio.
MI admiración lleva un abrazo afectuoso como siempre
http://www.unla.edu.ar/public/saludColectivaNuevo/publicacion6/pdf/4.Armas%20de%20Fuego.pdf
http://www.unla.edu.ar/departamentos/desaco/carreras/maestrias/epidemio/archivos/publicaciones/violencia/muertesviolentas.pdf
Estos papers te van a gustar, refutan bastante los numeros del charlatan de anibal sobre la tasa de homicidios, lo bien que estamos y la sensacion que nos estan matando de a uno.
S.G.: Los problemas que venimos arrastrando desde casi antes de nacer... Buenos Aires y su capitalidad. Las capitales alternativas. El traslado de la capital. La federalización de Buenos Aires, con cruenta guerra civil de varios días luchando en barricadas y unos 4.000 muertos incluidos. El crecimiento desacompasado de Buenos Aires en detrimento del Interior. El centralismo y la macrocefalia económico-demográfica como su reflejo. El Estado Nacional es Buenos Aires: la nueva distribución de los ingresos fiscales durante los últimos 8 años acelera deliberadamente el proceso centralista.
Títulos para un curso de postgrado, que creo que todos sabemos cómo rellenar de contenidos.
Cuando Buenos Aires se federaliza, es decir, se separa a la Provincia de su capital, la que pasa a pertenecer al Estado Nacional, había varias poblaciones ya en su "campaña", en su área de influencia centrípeta. Dos de ellas, San José de Flores y Belgrano, fueron también federalizadas en el mismo paquete, junto con un territorio rural intermedio y circundante que por entonces se calculaba más que suficiente como para contener el crecimiento urbano ulterior. Barracas al Sur (la actual Avellaneda), en tanto, era ya un barrio de Buenos Aires, separado de ésta por el Riachuelo, pero que quedó del lado de la provincia. Todo lo que vino más tarde fue aleatorio, desmesurado, muchas veces provisorio, siempre ajeno a toda planificación. De hecho, la única planificación se hizo en 1938, a distancia y a través de Le Corbusier. De ese plan, quizás lo único que se ha respetado es la Ciudad Universitaria (aunque ella contiene solamente 3 facultades). Preveía una isla en donde estaría el área administrativa y financiera, fuera del casco histórico y del microcentro, pero cerca, aunque de acceso restringido por un puente. Y lo fundamental, preveía una alta densificación de edificios, con una superficie construida que no excediera de las 4.000 hectáreas. A partir de Acoyte y de Scalabrini Ortiz, más o menos, habría solamente parques, y Flores y Belgrano seguirían siendo poblaciones separadas, y cada nueva urbanización periférica seguiría la lógica de las ciudades satélites, pero no la de la continuidad urbana.
En cambio, la expansión cancerosa de Buenos Aires más allá de todo lo vivible está más vinculada con el fenómeno generalizado en el Tercer Mundo de las ciudades-cloacas: megalópolis amorfas, descontroladas, con problemas ambientales, polución, falta de control de los desechos, áreas de intercambio de personas abandonadas a la buena de Dios, y mucho asentamiento irregular, sin planificación, sin autorizaciones, sin autoridad.
La reforma constitucional de 1994 desapodera al Estado Nacional de la Ciudad de Buenos Aires y crea en ella un nuevo Estado (limitado, pero Estado al fin), reservando para la Nación los edificios nacionales y ciertas zonas federales (ferrocarriles, aeropuerto, etc.), aunque respecto de éstas, se prevé y nunca se realiza un progresivo traspaso o coadministración (caso del Puerto Nuevo de Buenos Aires). Ese punto, como tantos otros, fue una imposición que provenía de los radicales, que querían ganar la ciudad de Buenos Aires y sabían que de esa manera se aseguraban el territorio (y ello fue tan fuerte, que terminó poniendo al siguiente presidente de la Nación).
Entonces a los problemas jurisdiccionales se suma uno nuevo: ahora hay 3 jurisdicciones sobre un mismo territorio, es decir, coexistiendo sobre un entramado urbano orgánicamente interdependiente. Digo más: en realidad, a esas 3 jurisdicciones, habría que sumar las 24 de los municipios del AMBA, puesto que la reforma constitucional provincial, también de 1994, los dota de un fuerte estatus en la participación de las decisiones. El resultado: nunca nadie se puso de acuerdo en nada, y el abandono y la desidia fueron moneda más corriente que nunca.
A eso súmele otra consecuencia nefasta de la reforma del 94: la circunscripción única y el voto directo (supresión del Colegio Electoral) para elegir presidente. El peso de ese entramado precario y nefasto pasa a ser sumamente determinante, de modo tal que ya no se considera que el conurbano sea un problema a solucionar, sino un espacio demográfico a fortalecer con dádivas y crecientes recursos, para asegurarse la disciplina electoral de los minigobernadores de los municipios.
Pero me he expandido demasiado con el tema, que en verdad amerita un tratamiento reflexivo y por separado, que alguna vez afrontaré. Por ahora, lo mejor que he leído al respecto lo escribió Hyspasia un par de meses atrás en un comentario en Relato del Presente (esa costumbre de Hyspasia de no hacer artículos con sus comentarios). Voy a ver si lo rescato del archivo del amigo Relato.
Le mando un fuerte abrazo, un cordial saludo, y mi agradecimiento por su comentario.
Hegeliano: Ambos artículos son interesantísimos. Ya los guardé y voy a leerlos con detenimiento más tarde, para aprovecharlos convenientemente.
Mi cordial saludo, y mi agradecimiento por el aporte.
Las preocupaciones del doctor Arslanian por la vivienda y el consiguiente temor de carecer de ella llevaron durante el gobierno de Alfonsín -bajo cuyas banderas militaba el del metorismo inoportuno- a la que la esposa del antedicho, Isabel Poerio, entonces jueza correcional, solicitase un préstamo hipotecario a los fines de adquirir tapera al BHN, a cuya cabeza estaba entonces el doctor Aníbal Reinaldo. En el casillero profesión de dich solicitud, la jueza asentó "ama de casa". Telón rápido
Sambigliong: En general, los estatistas suelen ser consecuentes en su concepción del Estado asistencial, priorizando el provecho propio. Ejemplos, a la vista, durante el alfonsinismo y recrudeciendo en estos tiempos con avidez y desmesura.
Un cordial saludo, y gracias por el dato, que supera la capacidad de nuestra memoria, aunque no la de sorprendernos.
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