viernes, 4 de julio de 2008

Sobre ciertos triunfos formales

Termina la semana, y como todo está por venir, es bueno prevenirse con algunas citas célebres que sirven a la ocasión y a los acontecimientos inminentes, que referirán probablemente a ciertos triunfos formales, tamizados de obediencias automáticas y de exhibición de sobacos, como propaganda de desodorante. Sobre todo, si uno quiere lucirse en alguna tertulia más o menos refinada (se recomienda en cambio no utilizarlas en la toldería pluralista o al lado de la choripanera):

"No se trata tanto de tener un pueblo hambriento sino de impedirle estar malhumorado. No oprimáis más. Cada cual sabrá encontrar su felicidad. Un pueblo que tuviera por cierto que debe su bienestar a quien gobierna, no lo tendrá por mucho tiempo".

Saint-Just, Institutions républicains, París, 1946. (Aclaro que no se trata de San Justo ni de lo que pasa en La Matanza).


"No hay punto final para la invención de justificaciones. Es éste el lado oculto de la política basada únicamente sobre la proclamación de principios y de fines últimos.
"No todas las justificaciones políticas son evidentemente capciosas, sobre todo en atención a que los fines son generalmente buenos. La verdad estriba en que un partido multiplica las justificaciones cuando, en la realización de sus objetivos concretos, es infiel a su causa. Esto es particularmente notable en los partidos de masas, que reclutan militantes ardientes, entusiastas y orientados hacia los fines de que se hacen abogados, pero que exigen a sus jefes, en el caso dado, perdonar las mentiras, las falsificaciones y las contradicciones, y disculpar el cinismo y el crimen".

(Y siempre que sus jefes no sean directos responsables de esas conductas, agregaríamos. Cualquier parecido con D'Elía y sus adláteres y colegas de putsch son pura coincidencia).

Julien Freund, Qu'est-ce que la politique? París, 1965.

"La responsabilidad (la falta tanto como el mérito) está ligada a los actos, es decir se sitúa en el nivel de los medios y las consecuencias, o sea el de los objetivos, donde el hombre político decide, hace las leyes, construye la defensa del país, regla los conflictos sociales y obra en favor de la paz y de la libertad o, por el contrario, toma las medidas que obstaculizan directamente la realización de estos objetos. (...) El hombre político es responsable (lo cual no quiere decir, necesariamente, culpable) de los medios que utiliza y de las empresas odiosas que tolera u ordena".

Ibídem.


"Por todas partes domina el positivismo jurídico, lo cual significa el reconocimiento de la tesis de que el Derecho lo pone quien se impone de hecho. El positivismo jurídico no quiere decir otra cosa, sino la transformación del Derecho en una imposición de imposiciones".

"En los Estados débiles, un gobierno legítimo se complacerá en servirse de los efectos propios de la legalidad de las resoluciones adoptadas por el cuerpo legislativo".

Carl Schmitt, Legalidad y Legitimidad.


"Si la victoria ha sido obtenida con fraude o artificio, es decir contrariamente a la razón de la fuerza, es ineficaz; tarde o temprano, una victoria en sentido contrario, la anulará".

Proudhon, La guerra y la paz.


"La colectividad política exige al hombre político que se comporte como tal, es decir que regle su actividad según los imperativos del objeto específico de la política, y no lo condena salvo que utilice medios moralmente ilícitos por debilidad, que debilite al mismo tiempo a la colectividad".

Freund, op. cit.







5 comentarios:

Gabriela dijo...

Me crees si te digo que Carl Schmitt es parecido al Agente de C.I.P.O.L. encarnado por Robert Vaughn?

Occam dijo...

Napoleón Solo. Sí, un aire tiene.

Monsieur Sandoz dijo...

Hace unos días que me he encontrado con su blog, estimado Occam, y quiero felicitarlo por la claridad y valentía de sus palabras. Escojo este artículo al azar para hacer un comentario, pues considero a todos muy buenos. Y me permito dejarle una frase, por si desea agregarla a la notable selección que ha hecho. Dice así: "Con sectarismo no hay conducción. El sectarismo es el primer enemigo de la conducción política, porque la conducción es de sentido universalista, es amplia, y donde hay sectarismo se muere porque no tiene suficiente oxígeno para poder vivir." Esta frase obviamente no me pertenece. Es de Perón. Dudo que nuestra pareja presidencial la haya leído alguna vez. En fin... mis cordiales saludos.

Nicolás Lucca dijo...

Yo creo que si el hombre político fuera condenado por su falta de compromiso, en este país quedaría todo por hacer. Tendríamos que empezar de cero.xisws

Occam dijo...

Monsieur Sandoz:
Je suis desolé. J'ai parlé sûr cet affaire quelques posts avant.
Merci boucoup!