viernes, 22 de agosto de 2008

Misceláneas Olímpicas

Nuevamente a las puertas del fin de semana, y a menos de una hora de la cumbre alpedística, me permito efectuar las siguientes consideraciones, que tienen que ver con una necesidad natural de esparcimiento, y también con la proximidad del cierre de los Juegos Olímpicos de 2008.


Los anillos simbolizan los continentes. De allí la óptica de este artículo.

Como es bien sabido, ese acontecimiento, desde hace mucho tiempo, con seguridad desde Berlín 1936, tiene una significación que excede de lo meramente deportivo. En efecto, sobrevuela sobre cada prueba olímpica el sustrato de lo ideológico, que si bien se encuentra atenuado desde la caída del comunismo en Europa, no deja de ejercer un peso permanente y omnipresente, plasmado en el medallero, como si éste fuera el reflejo del éxito-fracaso de las naciones en sus aspiraciones de progreso. Y no deja de tener su atractivo, ya que en el fondo, no se aprecia cómo el medallero olímpico puede ser un indicador menos fiel de la potencialidad de las naciones que el PBI, el IDH o cualquier otro índice que enfoque parcial e insuficientemente la compleja realidad.

Berlín 1936. Los espectadores saludando.

Me refiero a que el deporte, sobre todo cuando vino a reemplazar en protagonismo otras formas de competición entre las naciones, como por ejemplo la guerra, puede resultar un buen indicio –o por lo menos, un indicio tan malo como el resto- para efectuar esas siempre arbitrarias mediciones.

Según el medallero olímpico, a poco de terminar los juegos, lidera China con 47-17-25 (89), seguida por Estados Unidos con 31-36-35 (102). Sin embargo, el liderazgo mundial, a nivel de los continentes, lo ostenta claramente Europa, con un total de 109-118-146 (373), y demostrando una eficiencia en la materia, al menos, llamativa, sobre todo si se tiene en cuenta que no representa ninguno de los modelos de desarrollo más o menos opuestos y extremos que siempre pugnan en este tipo de competencia.

Si antes la puja era entre el capitalismo libre, regulado tan sólo por el mercado, representado por EE.UU., y el comunismo de la URSS, ahora esta segunda pata se ha sustituido por el modelo híbrido chino, de capitalismo dirigista hacia fuera y socialismo colectivista hacia adentro.

Veamos qué ecuación arroja el medallero en función de la población:

Europa: 493 millones de hab. = 1 medalla / 1,3 millones de hab.

EE.UU.: 303 millones de hab. = 1 medalla / 3 millones de hab.

China: 1.314 millones de hab. = 1 medalla / 14,8 millones de hab.

Si sólo computamos las de oro, la ecuación no varía sustancialmente: Europa 1 oro / 4,5 mill.; EE.UU. 1 oro / 9,8 mill.; China 1 oro / 28 millones.

A todo esto, Argentina, con sus 5 medallas (que pueden ser 6, si en básquet gana la de bronce frente a Lituania), tiene una medalla cada 8 ó 6,7, en su caso, millones de habitantes. Una ecuación bastante menos auspiciosa que la europea y la norteamericana. En el hipotético caso de que repitiera las 2 medallas de oro de Atenas 2004, tendría 1 oro cada 20 millones de habitantes, el doble que los EE.UU., algo no tan malo, teniendo en cuenta el abandono que del deporte amateur hace el Estado y el escaso mercado interno que hay para la mayor parte de los deportes profesionales (de hecho, el básquet ha crecido últimamente por la exportación de jugadores y no por la liga local).

Otros ejemplos para tomar como referencia, son los siguientes:

Australia: Todo un portento. Con una población de sólo 20 millones de habitantes, está 6ta. en el medallero con 12-14-16 (42), o sea, una medalla cada menos de medio millón de habitantes, y un oro cada 1,7 mill.

Como para no desentonar, lo de Nueva Zelanda es también impresionante. Con tan sólo 4 millones de habitantes, tiene 3-1-5 (9).

Canadá: Un caso intermedio. Con una población de 33 millones de habitantes, tiene un 3-8-6 (17), o sea, una medalla cada 1,9 mill., y un oro cada 11 mill.

Brasil: El eterno rival, nos da lugar para el consuelo relativo. Sus 188 millones de habitantes han conseguido 2-3-7 (12), aunque antes del final sumarán con seguridad 3 más, lo que arroja una ecuación de una medalla cada 12,5 millones de habitantes, y un oro cada 90-50 mill. aprox., de acuerdo a cada posibilidad.

México: Para el llanto. Tiene una cosecha de 1-0-1 (2) y 107 millones de habitantes. No vale la pena ni siquiera hacer cuentas.

Paola Espinosa y Tatiana Ortiz, medalla de bronce para México, saltando como si lo hicieran en Acapulco.

Chile: Una medalla de plata para 16 millones de habitantes.

O sea que en Latinoamérica -con excepción de Cuba- mandamos cómodos, aunque ello no sea digno de demasiado elogio. En cambio, cuando nos comparamos con países de características similares del resto del mundo, la cosa empieza a deprimirnos bastante.

Ucrania, con sus 47 millones de habitantes, el granero de Europa, un país con marcadas similitudes con el nuestro, al menos con nuestra cultura pampeana (esteparia), tiene al día de hoy 5-4-12 (21) y más o menos duplica la ecuación europea, aunque se mantiene muy por arriba de la Argentina.

Dentro de los socialistas, si bien que intentando digerir la hamburguesa globalizadora, Cuba siempre ha sido el ejemplo proverbial, y sigue sacando la cabeza en el entorno latinoamericano, con 2-6-11 (19) para sus 13 millones de habitantes, o sea, una ecuación similar a la australiana para el total de medallas que se cae un poco si sólo se consideran las de oro, pero siempre por encima de los EE.UU.

Sin embargo, en lo deportivo, el socialismo real tampoco resulta una fórmula infalible. Mientras Corea del Sur y su feroz capitalismo obtiene hasta ahora 11-10-7 (28), su hermana comunista Corea del Norte se sitúa en 2-1-3 (6). Claro que la primera tiene 49 millones de habitantes y la segunda 23, pero en el medallero la relación es de 4,7 a uno.

El dictador norcoreano, public enemy number one.

En tanto al otro país socialista presente en el medallero, Vietnam, lo encontramos en el puesto 65º con una sola presea de plata para sus 86 millones de habitantes. En una situación parecida, aunque en este caso, sólo de bronce, se encuentra Venezuela, también autoproclamado socialista, aunque de cuño "bolivariano" (pobre Bolívar).


Medallero por continente (de Europa se excluyen los países turcos, como Turquía y Azerbaiján, que se agregan a Asia).

Europa: 109-118-146 (373). Pobl.: 493 mill. (1,3 mill./med.)

Asia: 79-54-75 (208). Pobl.: 3.960 mill. (19 mill./med.)

América: 47-62-67 (176). Pobl.: 900 mill. (5,1 mill./med.)

África: 8-9-10 (27). Pobl.: 955 mill. (35,4 mill./med.)

Oceanía: 15-15-21 (51). Pobl.: 34 mill. (0,7 mill./med.)

Estos fríos números rebaten cualquier consideración absoluta en cuanto al peso demográfico en la posibilidad de obtener mejores atletas. Sí podrían insinuar consideraciones en cuanto al estándar de vida, que se romperían un poco con el caso excepcional de Jamaica (11º) con 6-3-1 (10) para sus 2,7 millones de habitantes empobrecidos, pero naturalmente bien dotados para correr rápido. Bajo esa misma perspectiva, Kenia, con una población similar a la Argentina, también tiene una performance similar en el medallero. Pero no nos asustemos: todavía no llegamos a ser como Kenia.

Usain Bolt. La máquina jamaiquina.

Otra observación que cabe hacer tiene que ver con la exigua cantidad de medallas que obtienen los países africanos, siendo que desde hace mucho se sostiene (y parece comprobarse en algunas disciplinas) la extraordinaria capacidad atlética de los deportistas de raza negra. Tal vez ello se encuentre relacionado con dos factores: 1) Que los países más ricos (principalmente, de Europa), se llevan a los atletas africanos para que compitan bajo sus banderas anfitrionas; 2) que los atletas negros de países con mejor nivel de vida (de entrenamiento, de alimentación, etc.) son los que superan a los atletas negros africanos en aquellas disciplinas en las que son fuertes.

Voilà les galoises...

En fin, lo cierto es que Europa, la vieja Europa, el continente olvidado, prescindible en las consideraciones ideológicas que sobrevuelan los juegos olímpicos como resabios de la Guerra Fría, aquél que aplica en la actualidad modelos de desarrollo más cordiales y menos rimbombantes, menos extremos, es el que domina holgadamente la gran competición deportiva mundial. El resto del mundo, sigue a sus pies.

27 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Occam
Una que no deja de ser madre y argentina, no puede menos que sentir... que se yo, algo parecido al orgullo con los ciclistas, con la nena, con el mismo seleccionado.
y saliendo de tema
¿Te parece que la caída de las torres marcó una especie de final del posmodernismo?
Se está otra vez hablando de guerra fría.
Los actores: China, Rusia y EE:UU, son los mismos.
¿Y el libreto?

Anónimo dijo...

ud bien lo dice occam, el medallero es un indicador imperfecto, pero interesante (aunque bastante complejo en muchos sentidos) de la potencialidad de las naciones. Pero más allá del manoseo ideológico que se le dió al olimpismo (nazismo, comunismo, capitalismo, etc) sería bueno que acordemos que el deporte refleja calidad de vida de una comunidad(abarcando salud, recreación, disciplina y demás), y los rendimientos en competencias mundiales reflejan, más que la genética de la raza, la calidad institucional del país para poder llevar a cabo la práctica deportiva. Quizás podría decirse lo mismo del arte o la ciencia, aunque en estos casos sea más complejo hacer comparaciones como en una competencia deportiva (tal vez si en la ciencias básicas, en relación a las publicaciones internacionales o parámetros por el estilo)
En este sentido creo que considerando el medallero, y los rendimientos habituales en competencias mundiales, Oceanía gana por choreo escandaloso. Y no hay que olvidar que el deportes más importante en Australia y Nueva Zelanda es el Rugby (no olímpico).
Los países desarrollados entienden al deporte como algo culturalmente valioso y lo promueven seriamente desde colegios y universidades. Acá el deporte es un gasto, y es absolutamente inexistente en las universidades (en los colegios es solamente ridículo). El paulatino deterioro de los clubes y su distanciamiento de las clases medias y bajas, y la futbolización creciente hacen el resto. Bah, junto a Tinelli y muchos otros fenómenos culturales.
Los países de América no puede compararse en el contexto olímpico (salvo USA y Canadá) sino en el Panamericano, donde Cuba y Brasil nos ganan por afano (Canadá y USA también, a pesar de mandar equipos B).
Disiento respecto al básquet, la exportación de jugadores vino a consecuencia de un crecimiento extraordinario de la liga local, gestado por León Najnudel, a partir de lo cual surgieron 6 NBA. Es el claro ejemplo de que con dirigentes serios (a pesar de la inexistencia del estado) se pueden hacer cosas positivas. También ocurrió en parte con el hockey femenino.
Y disiento también en su conclusión final, quien gana por afano no es Europa sino Oceanía

Saludos!

piscuiza dijo...

El medallero olímpico tiene más de una punta para analizar y todas ellas son por demás interesantes.
Es cierto que el deporte, tanto como la educación y el arte son indicadores dignos de atención.

Un dato curioso de un tiempo a esta parte, es que no se consiguen logros en deportes individuales y si en los de equipo (fútbol, ciclismo en posta, hockey o basquet). Esto resulta un dato por demás llamativo en una sociedad como la argentina que se supone altamente fragmentada.
Y bueh a esperar otros cuatro años!
SALUTE

Victor dijo...

Estimado: Lindo post, interesante como siempre. Creo que indudablemente la cantidad de medallas es un indicador, aunque muy complejo y nada lineal. En principio pienso que la variedad y la calidad de deporte hacen a la riqueza cultural de un país.

Un gusto evento del viernes a la noche.

Saludos

Occam dijo...

Gilberto:
Le agradezco muchísimo su comentario, con el que no puedo dejar de coincidir en todo. El caso europeo fue citado, por evidentes condiciones de comparación, ya que Europa constituye un bloque cultural e histórico relativamente homogéneo, asimilable a los grandes espacios que componen EE.UU. y China. De Oceanía remarqué las extraordinarias performances de dos de sus países: Australia y Nueva Zelanda, aunque temo no tener mucho que decir acerca de Papúa Nueva Guinea, Tonga, Fidji, Micronesia, etc.
Respecto de lo del básquet, coincido en el mérito debido -y no suficientemente reconocido- a León Najnudel, y a la interesante estructura federal de nuestra liga. En junio posteé sobre el "unitarismo" de nuestro fútbol, y en la esperanza de que una apertura federal, otorgándole a los equipos del interior las mismas oportunidades que tienen los del territorio metropolitano, podía servir para dar un salto de calidad mayor (no olvidemos que nuestro fútbol subsiste en gran medida de los reclutamientos que los equipos grandes hacen en las provincias).
En todo caso, tanto respecto del fútbol como del básquet (y del rugby también) el fenómeno de ultra-profesionalización de esas disciplinas provoca que debamos quitarle consideración relativa en función de la evaluación de los méritos de un país en su política deportiva.
Mis más cordiales saludos.

Occam dijo...

Piscuiza:
Un español amigo me hacía hace un tiempo (alborozado por el campeonato mundial de básquet de dos años atrás) la reflexión inversa: España nunca se había lucido hasta entonces en los deportes por equipos, y sí -y mucho- en las disciplinas individuales (ciclismo, rally, Fórmula 1, tenis, etc.).
Yo preferiría distinguir, como dije en el comentario anterior, entre deportes ultra-profesionales, que se rigen por una lógica de mercado estricta, y en los cuales el seleccionador argentino tiene que ver lo que hacen las entidades privadas y elegir, como en una gran verdulería; y deportes amateurs o que por sus características sólo pueden ser desarrollados con apoyo oficial (y con política oficial de descubrimiento de talentos desde la escuela primaria, por ejemplo). En ese sentido, el ciclismo, la náutica y el remo (en los panamericanos, también el patín) son nuestras fortalezas, a las que ocasionalmente se suman sorpresas, como la natación, o en este último caso, el yudo.
Lo que refleja la carencia por usted apuntada es nuestra falta absoluta de política deportiva.
Mi más cordial saludo.

Occam dijo...

Igualmente digo, Víctor. Muchas gracias por pasar y por su comentario.
Un abrazo.

Occam dijo...

Cerriwden: Su pregunta da para hilar bastante. Prometo que será un tema a desarrollar. Para ser breve, diré que en mi opinión el "postmodernismo" tiene todavía un largo camino por delante. Los procesos históricos exceden de los humanos, así que es difícil que veamos su caída, como no vieron los romanos del siglo III y del IV la de su imperio.
Los síntomas de la decadencia ya fueron suficientemente advertidos por Spengler, Ortega y muchos otros a principios del s. XX, y sin embargo aquí estamos todavía, "cabalgando al tigre", como diría Évola, es decir, presenciando la aceleración de un modelo que tiene sólo 200 años, contados con generosidad.
Sí se ha producido una variación considerable a partir de los episodios de septiembre de 2001, que habían sido brillantemente preludiados por Ernst Jünger medio siglo atrás, cuando manifestó que, mientras el siglo XX fue el siglo de los dioses, el XXI será el de los titanes. No hay que olvidar el resurgimiento del Islam en todo esto, y la "fundamentalización" norteamericana, volviendo a sus raíces presbiterianas e invocando una misión histórica universal, que ya no se limita al control económico y político, ni siquiera a la "police bombing" que calificaran Carl Schmitt y Raymond Aron en la última parte del siglo XX, sino que se proyecta a la intervención militar directa.
Pero en el fondo, sólo se trata de una cuestión de matices o de estilos, si bien que exterioriza una progresiva (aunque lenta, repito) debilidad, que podríamos llamar "moral".
Mis más cordiales saludos.

Mensajero dijo...

Pero qué interesante Occam!
Y qué laboriosa tarea !
Un placer leer su post.
Saludos.

Occam dijo...

¡Muchas gracias, Mensajero! Placer el mío, de tenerlo por acá. Un abrazo.

Anónimo dijo...

así es occam, entendí lo de Europa, pero me parecía bueno remarcar el tremendo desarrollo social (reflejado en lo deportivo, claro) de Australia y Nueva Zelanda. Igualmente incluir a Rusia en Europa en relación a la comparación con China o USA todavía se me complica.
Pero como bien se dijo, el tema tiene muchísimas puntas para analizar, y sacar conclusiones a partir del medallero olímpico obliga a hacer simplificaciones.
Algo que no suele considerarse respecto a China es la incipiencia del profesionalismo en sus deportes, y a la vez la ausencia de un deporte egemónico que concentre masivamente atletas en detrimento de las otras diciplinas. USA tiene una cantidad tremenda de atletas en básquet, fútbol americano, hockey sobre hielo y béisbol, y el resto del mundo concentra futbolistas en cantidades monstruosas (o rugbiers en caso de Oceanía). Y esta enorme mayoría de atletas disputan pocas o ninguna medalla olímpica.
Su post futbolero federalista no terminé de leerlo, era sal en mis heridas de leproso. Ahora soy un ex hincha, solo atado por tibios recuerdos bielsistas (hasta llegué a encontrarme hace poco en el penoso estado de hacer fuerza por Chile en algún partidito de eliminatoria)
Ah, coincido en su observación a lo apuntado por piscuiza. En realidad el volumen de medallas que manejamos es escasísimo como para hacer generalizaciones sobre deportes grupales o individuales. El tenis ha sumado medallas individuales, pero cae en la lógica del profesionalismo del fútbol o en parte el basquet. Las leonas son un caso aparte, como algunos ejemplos en vela, o el vóley en los 80, con esporádicas buenas federaciones o buenas camadas. Y el resto son muy esporádicos superdotados, como el animal de Demiddi.

Saludos

Gabriela dijo...

El otro día lo escuchaba a Varsky comentar algo del medallero y su peso especifico dentro de los grandes competidores como han sido historicamente en estos casos USA. URSS y China.

Algo así como que la cantidad de medallas ganadas por los paises que se desprendieron de la vieja URSS si no sobrepasaban le daban justo en la frente a USA.

Un gusto leerte y un gusto haberte conocido el viernes.

Saludos cordiales!

Anónimo dijo...

parece que EF Moores tomó la posta

http://blog-olimpico.lanacion.com.ar/?p=493&pid=4962961&toi=6486

Occam dijo...

Gilberto y Gabriela:
Gracias nuevamente, por sus comentarios.
Intenté dejar de lado la puja de la Guerra Fría, por una cuestión cronológica, en el entendimiento de que ya 4 olimpíadas nos separan de la realidad del bloque URSS, y que por tanto el mismo ya no está sometido al modelo dirigista estatal. Usualmente se supone que el plazo de maduración de una potencia olímpica es de 8 años. Es más difícil saber cuál es el tiempo de decadencia. Es decir, si los "herederos" de la URSS -cuyos atletas ya están casi todos retirados- representan un coletazo de la antigua potencia comunista, o bien, son más vale el reflejo de un cierto temple y capacidad nacionales en determinadas disciplinas, que ya se han insertado culturalmente en la población (lo inverso a la "futbolización" que relata Gilberto).

Terminadas las Olimpíadas, el medallero quedó finalmente así:
China: 100 (51 de oro)
EE.UU.: 110 (36 de oro)
Ex URSS: 171 (45 de oro)
Europa: 437 (129 de oro)
Europa sin la URSS: 296 (90 de oro)

Porcentajes sobre el medallero total:
EUROPA: 45,6% (oros 42,7%)
Europa s/URSS: 31% (oros 30%)
URSS: 17,8% (oros 14,9%)
China: 10,4% (oros 16,9%)
EE.UU.: 11,5% (oros 11,9%)

Creo que, más allá de cualquier apreciación, la conclusión sigue siendo la misma, incluso, computando a la ex URSS como si todavía existiera.

Gabriela: El gusto sin dudas fue mío.

Mis más cordiales saludos.

Occam dijo...

Perdón: De la URSS nos separan en realidad cinco (5) olimpíadas.

Occam dijo...

Gilberto:
Efectivamente, el artículo de La Nación que usted recomendó sigue la línea de análisis del presente. Gracias por el dato.

Unknown dijo...

Mas allá de su alegato, ¿no les parece impactante la cara de boludo que porta el Prof.Cocca?.
Muy bueno su blog Occam.

Occam dijo...

Gracias, Liliana, por pasar por acá, y por su comentario. Sea usted bienvenida.
Mis cordiales saludos

efeope dijo...

Muy bueno, lo lei con mucho interes.
Estas semanas los JJ.OO. me han adsorvido...

piscuiza dijo...

Comparto hasta por ahí nomás la relación entre juegos colectivos y profesionalismo, y no por llevar la contra nomás. Paso a explicarle.

Dejemos de lado el fútbol -Pasión de multitudes por nuestras tierras- que constituye sin dudas el huevo de oro de miles de padres que en pos de salvarse venden al mejor postor a criaturas de 6 años.
Sin el fútbol, el resto de los deportes por equipo, sólo se hacen rentables luego de años de padecimientos amateurs para el bolsillo de los padres.
Son los padres quienes deben pagar las cuotas sociales, las cuotas del deporte en cuestión, los elementos necesarios para practicarlo, los viajes para competir y en la mayoría de los casos hasta la camiseta del club al que van a representar.
Creo que debemos buscar el éxito de los deportes por equipo en cuestiones que tienen más que ver cuestiones sociales, con la formación de los entrenadores, con el espíritu gregario de nuestro pueblo.
Saludos

Mensajero dijo...

Perdón por el copy-paste, me pareció pertinente:

What do you think? Who is likely to experience more regret? Someone who won the silver medal in the Olympics, or someone who won the bronze medal in the Olympics?

In one study Bob Willingham took thousands of photographs of athletes in the seconds after they had won or lost a medal. Next, David Matsumoto then coded the photographs according to the athletes’ expressions.

What did they find? bronze-medal winners looked nearly as happy as the winners of the gold medal, whereas the expressions of the silver medalists more closely resembled the athletes who placed fifth.

Silver medalists at the Olympics seem to perform what we call an upward comparison — they compare themselves against someone better off than them. Bronze medalists seem to perform downward comparison — they tend to compare themselves with people who did worse.

Of course, Olympic athletes are not the only ones who make such comparisons……

(Dan Ariely)

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Estimado Occam. Si bien leí el post el mismo viernes, no se bien cuál fue el mecanismo mental que hizo que olvidara si comenté o no.

El post es genial, nunca me había puesto a pensar el porcentaje de medallas, aunque siempre repito "con 1400 millones, algún atleta como la gente tiene que haber".


Es curioso notar como las medallas las utilizan para ostentar poder, como si fuera un desfile militar.

Es imperdible el texto de Caparrós "El Imperio del Centro" publicado en Crítica del 9 de agosto. Si lo rastrea en el buscador de criticadigital, lo encuentra.

Es realmente un gusto conocerlo.

Saludos!

Anónimo dijo...

piscuiza, lo que ud enumera de gastos corre para todos los deportes que conozco, individuales o por equipos (con matices, claro, que van desde las antiparras a la embarcación), y la enorme mayoría jamás tiene ni por asomo la espectativa de volverse rentable. La "salvación" solo corre para el fútbol, y un poco más abajo el tenis, básquet, rugby y voley (fundamentalmente fuera del país, claro).
Lo que ud rescata de los deportes por equipo yo lo haría extensible a la gran mayoría de los deportes, incluso en los que la expresión final puede ser individual, ya que implican trabajo en grupo durante los entrenamientos, y eso es el 99% del tiempo. En algunos deportes además tiene opciones de competencia individuales o grupales (ud nombró al ciclismo, en remo tiene opciones de 1, 2, 4 u 8 remeros, etc).
De todos modos le reconozco que los deportes comunmente considerados por equipos tienen un plus (y seguramente por eso sean los de más aceptación). Pero personalmente desearía que se busque el éxito del deporte en general, por todas las cuestiones sociales, culturales y obviamente de salud que implica.

Saludos

Occam dijo...

Gracias, Federico Mira, por pasar y por su amable comentario. Un cordial saludo.

Occam dijo...

Mensajero:
La observación apuntada es para mí bastante evidente. Quien sale segundo, a no ser que haya llegado a esa posición por pura casualidad, o a una distancia enorme del primero, tendrá siempre la espina de la frustración.
Quien sale bronce, está contento porque pudo subirse al podio, mientras que otros se quedaron afuera.
Igual, depende el deporte. En básquet, por ejemplo, creo que la plata se hubiera festejado mucho, si era frente a EE.UU., respecto del cual había una suerte de resignación por su superioridad.
Muchas gracias por el copy-paste. Muy interesante. Un cordial saludo.

Occam dijo...

Gilberto, Piscuiza:
Efectivamente, hay muchos deportes de apariencia individual, pero que estimulan la convivencia grupal. Un caso claro es el de las artes marciales. Más allá de que hay modalidades grupales, como es el caso en el karate de los katas por equipo, que deben ser coordinados entre 3 ó 5 integrantes, lo cierto es que las competencias se dan entre academias, y todos los que pertenecen a una se apoyan, colaboran e hinchan por sus representantes. Algo parecido he visto que ocurre, por lo menos en EE.UU., que es lo que pasa ESPN, con las distintas disciplinas de la gimnasia.
Cordiales saludos.

Occam dijo...

Señor del Relato:
El gusto fue mío, créame. Y ya nos volveremos a encontrar, que han quedado muchas cosas por hablar.
El texto de Caparrós lo voy a rastrear, porque corresponde al Crítica de un día sábado, que acá no se compra, así que recurriré a la internet.
Un abrazo.